Más del 80% del personal del Hospital Central de San Cristóbal se ha ido del país por los bajos salarios y las presiones que enfrentan a lo interno a la hora de desarrollar su trabajo, por lo que trabajadores de diversas áreas decidieron protestar este jueves y exigirle a las autoridades del gobierno nacional y regional hacer algo al respecto.
La secretaria Ejecutiva del Sindicato de la Salud, María Ramírez indicó que de 130 repartidores de alimentos solo quedan 30 y de ellos hay cuatro o seis de vacaciones, permiso o reposo, por lo que quienes quedan tienen que redoblar su trabajo en los pisos. Igual pasa con el personal de camareras, donde deberían ser más de 250 y tan sólo quedan 40 lo que los obliga a redoblar horario, situación que se repite en la cocina y el laboratorio.
“Hay una diáspora del 80 o 90% del personal. Estamos cobrando un sueldo mínimo de 40 mil bolívares, un sueldo integral de 60 mil bolívares, un cesta ticket de 25 mil bolívares que no alcanza para comer. El sueldo se desaparece en el momento en que un trabajador tiene que pagar transporte. Un trabajador paga por transporte urbano 60 mil bolívares cuando el sueldo está en 40 mil, los trabajadores que son extraurbanos que viven lejos tienen que pagar 150 mil bolívares de transporte, y cuando llegan al centro tienen que venirse a pie para economizar los otros 60 mil bolívares”, expresó.
A esto le sumó que ya no tienen cómo adquirir el uniforme que les exigen dentro del centro asistencial, y desde el ejecutivo nacional les aprobaron 20 mil bolívares para uniformes y zapatos, lo cual no les ha llegado y ya no les alcanza.
“No alcanzan ni siquiera para las trenzas de los zapatos, pero si hay un problema aquí, el patrono se ha dedicado a exigirle a los trabajadores uniformes, al personal de enfermería, al personal de camareras, al personal de otros servicios que traigan el uniforme o los devuelven. ¿Cómo va a comprar un trabajador un uniforme con 20 mil bolívares, si un par de zapatos cuánto está costando? El personal está renunciando por la situación que estamos viviendo y el personal que se está quedando está siendo presionado, está siendo amenazado, les dicen si usted llega tarde se devuelve para su casa, cuando un trabajador hizo lo humanamente posible para llegar y los han devuelto. A un trabajador le dicen que si se muere un paciente él es responsable y lo pueden mandar preso, cuando una enfermera tiene que doblarse para cumplir con su trabajo. Nosotros no estamos diciendo que no vamos a trabajar pero no vamos a aceptar la recarga laboral, no vamos a aceptar el acoso laboral”, añadió.
Por su parte, Melquiades Delgado, presidente del Sindicato de Trabajadores de la Salud, manifestó que el área de Laboratorio no tiene bionalista, Banco de Sangre no tiene hematólogo, casi no hay enfermeras, y la mayoría de trabajadores esperaron las vacaciones de sus hijos para irse del país. “¿Qué van a hacer ustedes con nuestro hospital?, ¿lo van a cerrar? Eso es lo que no queremos los trabajadores, queremos que busquen un mecanismo para que los trabajadores tengan un salario digno, porque estos compañeros se nos van a ir y qué van a ser los pacientes que vienen a buscar asistencia médica”.
Martha es camarera del centro asistencial. Indicó que le ha tocado redoblar horarios hasta cuatro días seguidos sin tener mayor remuneración, pero lo hace porque le da compasión con los pacientes a quienes muchas veces les dicen que no los pueden atender porque las áreas están inundadas o sin limpieza.
“Lunes, martes, miércoles y jueves cubrí dos y tres servicios porque no hay personal y lo hacemos porque nos da lástima porque no van a pasar la consulta porque está inundado, la consulta de hipertensión no la pasan porque está inundado, llaman a la camarera y no soy capaz de ver a 20 pacientes que se están muriendo de hipertensión y no irles a secar el piso, pero mi columna no aguanta, entonces a quién le voy a decir que yo tomo para la columna, para la tensión, para la circulación. Nadie me escucha, ni nadie me da los medicamentos”.
Ingrid Murillo es enfermera, denunció que la jefe de enfermería maltrata al personal verbalmente y siempre los amenaza con que deben renunciar si algo no les gusta, cuando el centro asistencial no tendría prácticamente personal de este tipo.
“El poco personal que quedamos lo hacemos por vocación, no por parte económica. En mi servicio cumplo quimio, estando sola, atiendo a 19 o 20 pacientes yo sola, ¿qué necesitamos de nuestros jefes? que nos motiven, si ya no tenemos motivación económica ayúdennos, incentiven al personal, no con groserías”, dijo.
“Necesitamos más recursos”
En medio de la discusión de los trabajadores llegó el gerente General de la Corporación de Salud del estado Táchira –Corposalud-, Ildemaro Useche, quien después de escucharlos expresó su solidaridad por los bajos salarios, pero destacó que al depender sólo de la Onapre, no tienen cómo garantizarles más ingresos.
“Cuando ustedes hablan de salarios tienen toda la razón, qué lamentable es que los trabajadores de la salud que en su gran mayoría están dedicados y esforzados no tengan buenos salarios, pero ¿qué pasa en la Corporación de Salud con el tema salarios? Nosotros todos los servicios que prestamos son gratuitos, la Corporación de Salud no genera un bolívar de ingresos porque todo es gratis, dependemos del dinero que envían vía Onapre para cancelar los salarios. La única manera de que eso se solvente es que nos lleguen más recursos, y para que nos lleguen más recursos tiene que haber un país próspero, y para que haya un país próspero tiene que cambiar el sistema, mientras eso no pase esa tragedia la vamos a seguir viviendo”, explicó.
Indicó que mientras no se paralicen las funciones vitales del hospital, Corposalud tolerará todos los mecanismos de presión que ejerzan los trabajadores para ser escuchados a nivel nacional. Aclaró que la intención no es la de cerrar ese ni ningún hospital de la entidad, a pesar de que tienen 840 enfermeras menos y más de 600 de ellas han renunciado sólo en lo que va de año.
Useche informó que este jueves iniciaron trámites para los procesos de compra de implementos de limpieza, suficiente para dos meses, y que en el caso del Banco de Sangre que casi no tiene personal, trasladarán de otros municipios para resolver esa carencia.