La delincuencia no tiene contemplación con nada ni con nadie. Y en Mérida, Ciudad de los Caballeros, cuna de las artes y de la cultura, sitial de un importante abanico de estatuas ecuestres que van desde próceres de la independencia, importantes personajes que estuvieron presentes en el descubrimiento de América, escritores, personajes de la Iglesia y héroes que dieron aportes significativos a la región, la constante descomposición social ha hecho estragos.
Este mágico lugar ahora se ve afectado por el robo de placas, medallones, monumentos, cartelas y estatuas que forman parte de la merideñidad.
Ante esta situación, la comisión de Patrimonio del Municipio Libertador, encabezada por la profesora Noris Pereira Coll, ofreció un encuentro con los medios de comunicación para anunciar los planes de contingencia para salvaguardar este patrimonio y buscar los mecanismos necesarios que permitan mejorar la seguridad de estas piezas que no escampan del vandalismo en el estado.
La coordinadora de esta comisión, en concordancia con los demás integrantes de la misma, decidió juntar esfuerzos con las cámaras de Turismo y Comercio, Fedecamaras, Fundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida (Fundecem) y la Corporación Merideña de Turismo, para activar un plan ante la pérdida de un patrimonio baluarte.
“La acción es motivada por los robos masivos de piezas irrecuperables, pero además del robo también el vandalismo de la mutilación de una serie de esculturas y estatuas, sin dejar de mencionar el hurto de placas conmemorativas y cartelas identificadoras”.
Pereira lamentó como parte de la historia merideña se ha perdido por bandas delincuenciales que se dedican al hurto de toda estatua de bronce, la cual es vendida y fundida en Cúcuta, Colombia, y pagada a un elevado precio, por eso se ha convertido en un blanco fácil para el robo de las misma.
Acciones visibles
La coordinadora de la comisión detalló que algunos de los planes de contingencia que decidieron activar fue el retiro de varias esculturas, las cuales fueron colocadas bajo el resguardo de las comunidades y la Iglesia; por ello, acudirán a la empresa privada e instituciones del estado, para lograr que presten sus instalaciones y resguardar dichas piezas.
Una de las consecuencias de esta situación, es que en la ciudad se evidencia la ausencia de un patrimonio que también servía como atractivo turístico.
Otras de las acciones que ha emprendido esta comisión, fue acudir a la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) para denunciar estos robos masivos, pero cuestionó la inacción de estas instituciones ante este tema relacionado con la delincuencia organizada.
“Lo único que nos ha servido es para saber cuál es la cadena, al indigente se le paga por el trabajo, se llevan la escultura o placa, luego la venden a una empresa de fundiciones y llevan el bronce hacia Colombia porque allá lo están comprando a buen precio”.
Aseveró que han encontrado –en flagrancia- a varios indigentes intentando robar las estatuas, pues las van aflojando con sierras o herramientas hasta llevárselas, y todo bajo la ausencia de los cuerpos policiales, al no contar con un sistema de seguridad para el resguardo de las figuras estatuarias.
“Ha sido difícil intentar proteger las piezas que aún quedan, aproximadamente 84 piezas, de las cuales muchas están resguardadas, otros se las llevaron”, expresó Noris Pereira Coll.
Enfatizó que comenzaron hacer un inventario para contabilizar las piezas existentes, tener en cuenta de cuáles son, donde están resguardadas y bajo la responsabilidad de quien “para nosotros hacer un plan acción que nos permita recuperar esas piezas, pero el problema continúa, porque nosotros podemos hacer todo eso, pero toda la estatuaria sigue corriendo peligro al estar en la calle sin seguridad”.
En cifras
Por su parte, Luis Homero Carrillo, director del Museo de Arte Colonial, adscrito a Fundecem, dio a conocer las cifras y porcentajes del patrimonio estatuario que está afectado, indicando que hasta el momento han registrado 142 referentes “le decimos referentes porque en esos espacios que quedaron solos, habían esculturas o placas”, pero adicionalmente quedan 84 que aún siguen en esos espacios.
Para esta comisión, más del 45% de estos bienes públicos fueron hurtados para contrabandear la materia prima del mismo, por ello han decidido priorizar los riesgos de las esculturas, estatuas y placas en cuatro puntos clave: factibilidad, seguridad, accesibilidad y propuestas de reubicación.
Actualmente están ejecutando un trabajo de registro, catalogación e inventario para determinar el estado de conservación de la estatuaria que aún queda, estudio que está dividido en cuatro niveles de riesgos: altos, medios, intermedios y bajos. “Cuando hicimos la propuesta se establecieron algunos parámetros, reubicar las piezas que están en mayor grado de vulnerabilidad, es decir, expuestas a la inseguridad y el deterioro que representa, así sucesivamente”.
En cuanto al lugar donde estaban estas piezas y para evitar que quede un espacio vacío, la comisión está estudiando la posibilidad de elaborar en articulación con los estudiantes de la Universidad de Los Andes y otros entes, una réplica provisional; pues aseveró, que las reubicaciones de las piezas originales no puede convertirse en algo permanente, ya que Carrillo consideró la necesidad de rescatar con seguridad los espacios públicos. Aquellas estatuarias que no corren peligro, permanecerán en sus lugares.
“El propósito es hacer una campaña de educación ciudadana, formativa, incluso de educación cultural, generando un trabajo que permita que las obras que están esos sitios permanezcan en el tiempo”, expresó.
El director del Museo de Arte Colonial, sostuvo que abordarán masivamente a los medios de comunicación, páginas web, redes sociales, espacios públicos y otros, para desarrollar una campaña de formación que tenga como objetivo principal crear conciencia ciudadana para que cuiden y preserven este patrimonio.
Comunidades deben vigilar
Los miembros de esta comisión concuerdan que la preservación y el cuidado del inventario estatuario debe comenzar por la sensibilización de las comunidades, a través de los consejos comunales y asociaciones de vecinos, las cuales deben organizarse para diseñar un plan que permita contribuir al resguardo del patrimonio cultural visible, en este caso las estatuas y placas, pues consideran necesario que los merideños ayuden a preservar la historia de la ciudad y del estado.