En prosecución de las jornadas sociales que el programa Rescate Venezuela adelanta en el estado Trujillo, en el municipio rural Carache, mejor conocido como “la tierra de la amable libertad”, se llevó a cabo un campamento humanitario que benefició a más de mil 500 personas, cerca de 600 de ellas con atención médicas y fármacos gratuitos, mientras que todos recibieron una comida balanceada.
Lulimar Linares, dirigente social, agradeció la asistencia en la localidad agrícola que se encuentra a 108 kilómetros de distancia del municipio Valera, el principal centro urbano del estado, quien además indicó que en la entidad las enfermedades que más afectan a los habitantes son infecciones de la piel y estomacales.
“Para un pueblo tan olvidado por los gobernantes como éste, que un campamento humanitario de tales dimensiones se haya realizado es un bendición, no saben cómo agradecen los caracheros esta atención en momentos en que todo el país pasa por una catástrofe humanitaria que se siente más en poblados rurales como el nuestro”, compartió.
En el marco de la actividad que se efectuó a los pies del monumental templo religioso que guarda una reliquia de San Juan Bautista que data de hace 480 años, también fueron atendidos por la vía de visitas domiciliarias a 16 personas cuyo estado de salud impedían su presencia física en el campamento, además de 16 abuelos recluidos en la Casa del Adulto Mayor Juan Bautista Meléndez.
Dulce Salinas, coordinadora regional del programa, expresó que se siente complacida de poder llevar la ayuda humanitaria a los sectores más rurales de la región, los cuales sufren por partida doble los embates de la crisis de los servicios básicos y la desatención gubernamental. Yoni Toro, coordinador operativo del programa en Trujillo, acotó: “agradecemos que nos permitan que venezolanos podamos ayudar a venezolanos”.
Jonathan Graterol, beneficiado, manifestó que no esperaban tener esa actividad en el pueblo, “estamos muy agradecidos, nadie que no viva en Venezuela sabe lo difícil que es conseguir un medicamento”. Mientras que María Justiniana Gudiño, otra de las personas atendidas, señaló que el campamento humanitario no solo les dio un poco de alivio a los habitantes de la localidad, sino que nuevamente les enciende la esperanza.