Más de medio millar de migrantes llegaron el jueves a la isla griega de Lesbos, una de las mayores cifras en un solo día desde que estalló la crisis de refugiados en 2015. Según un primer recuento de la guardia costera, en tan solo una hora llegaron 13 botes con 600 personas a la playa de Skala Sikaminia, en el norte de la isla.
Fuentes de los guardacostas citados por la cadena privada de televisión Skai, señalaron que a pesar de los repetidos intentos de contactar con las autoridades turcas, no hubo respuesta. El Ministerio de Asuntos Marítimos ha convocado para este viernes una reunión extraordinaria para analizar el repunte de llegadas que se ha experimentado a lo largo de todo el mes de agosto y el incidente del jueves.
Las llegadas diarias a comienzos de agosto fueron tres veces más numerosas que en el mismo periodo del año anterior y, por primera vez desde 2016, el número de refugiados superó los 20.000. Los centros de refugiados de las islas del Egeo están desbordados, en unas instalaciones diseñadas para 6.000 personas.
El nuevo Gobierno ha prometido descongestionar las islas a través de la aceleración del examen de demanda de asilo y de las devoluciones a Turquía de las personas cuyas peticiones de protección internacional hayan sido rechazadas.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, señaló durante su visita a Berlín este jueves que Grecia hará lo que sea necesario para acelerar los retornos a Turquía y al mismo tiempo mejorar las condiciones de vida de los refugiados en este país. Mitsotakis y la canciller alemana, Angela Merkel, insistieron en la necesidad de formular una política europea unificada de asilo y de que la carga de los refugiados no la asuman solo los países de llegada, sino que debe ser compartida por todos los miembros de la Unión Europea.