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Más allá del Crecimiento: El Emprendimiento Social como Arquitectura del Futuro | Por: Mauricio Parilli

por Redacción Web
20/09/2025
Reading Time: 4 mins read
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En el corazón de América Latina late una poderosa contradicción. Mientras celebramos con justificado entusiasmo cada nueva startup tecnológica y cada avance en las cifras de crecimiento económico, una brecha silenciosa se ensancha. Es la distancia entre el progreso que se puede medir en hojas de cálculo y el bienestar que se siente en las calles, en las comunidades y en el alma de nuestra gente. Durante más de dos décadas, he caminado junto a emprendedores, he sido testigo de la tenacidad humana convertida en empresa y he celebrado el ingenio capaz de generar empleo. Pero también he visto la otra cara: la de un sistema que, en su obsesión por el crecimiento productivo, ha dejado en la sombra su propio antídoto, su más brillante oportunidad de evolución:el emprendimiento social.

Nos hemos acostumbrado a un guion donde el éxito es sinónimo de expansión económica, y el gobierno, un facilitador de ese único modelo. Se aplaude al joven que lanza una aplicación, pero se mira con extrañeza a quien dedica su vida a restaurar la confianza en una comunidad rota. Se ofrecen incentivos al que exporta un producto, pero se ignora al que diseña un sistema local de acceso al agua o a la salud mental. Esta ceguera selectiva no es inocua. Genera desigualdad, desestimula a los innovadores más conectados con el dolor colectivo y nos condena a un ciclo de resolver problemas superficiales mientras sus causas profundas se osifican. El resultado es un ecosistema de emprendimiento vibrante en la forma, pero a menudo hueco en el fondo, desconectado de los colapsos sistémicos que nos urgen.

El emprendimiento social, en su esencia más pura, es un acto de empatía radical convertida en acción estratégica. Es la capacidad de ver las fallas del sistema (la exclusión, la desconfianza, la degradación ambiental) no como fatalidades, sino como oportunidades de diseño. Es aquí donde debemos cambiar el lente. Necesitamos líderes, tanto en el sector público como en el privado, que comprendan que el emprendimiento social no es una actividad filantrópica o secundaria; es la vanguardia de la investigación y el desarrollo para una nueva economía. Los emprendedores sociales son los arquitectos de la infraestructura invisible que sostiene a una sociedad.

Para construir esta nueva arquitectura, no basta con la pasión. Necesitamos nuevos modelos mentales. El trabajo de pensadores como Otto Scharmer con su Teoría U nos ofrece una pista fundamental: debemos dejar de liderar reaccionando al pasado y empezar a liderar desde el futuro que quiere emerger. Esto implica un profundo descenso personal y colectivo para conectar con las necesidades reales, no con las supuestas. Implica escuchar a las periferias del sistema, porque es allí donde el futuro se está gestando en forma de soluciones resilientes y colaborativas. Un liderazgo así no pregunta «¿cómo podemos crecer más?», sino «¿qué futuro estamos tratando de hacer nacer y cómo nos organizamos para ello?».

 

Hacia una nueva praxis: De la invisibilidad a la demanda

El desafío es inmenso porque no se trata solo de crear nuevas organizaciones, sino de rediseñar las reglas de juego. El innovador Indy Johar (de quien recientemente estuve revisando su investigación) lo llama la «materia oscura» institucional: esa red de políticas, regulaciones, normas culturales y modelos de confianza que dicta lo que es posible. El emprendimiento social más potente es el que no solo ofrece un servicio, sino que desafía y transforma esta materia oscura. Cuando una cooperativa de energía solar en una comunidad aislada no solo provee electricidad, sino que fuerza un cambio en la regulación energética nacional, está actuando a nivel sistémico. Cuando una iniciativa de salud mental juvenil logra integrar sus metodologías en el sistema de educación pública, está rediseñando la arquitectura del cuidado.

Este es el verdadero potencial que estamos desaprovechando. En toda Latinoamérica, desde experiencias de agricultura regenerativa que enfrían el planeta y reconstruyen el tejido rural, hasta plataformas que conectan a artesanos con mercados globales bajo principios de comercio justo, ya existen los modelos del futuro. No son anécdotas. Son prototipos de una economía más consciente, distribuida y resiliente. En lugares como Venezuela, a pesar de las complejidades, vemos surgir a diario una increíble capacidad propositiva desde la ciudadanía, diseñando soluciones donde antes solo había carencia, demostrando que la inteligencia colectiva es el recurso más valioso en tiempos de incertidumbre.

Pero la existencia de estos prototipos no es suficiente si permanecen aislados, tímidos o invisibles. Es hora de que el sector del emprendimiento social abandone su silencio. Es hora de articularse no como un conjunto de proyectos bienintencionados, sino como un movimiento coherente con una demanda clara: un puesto en la mesa donde se diseña el futuro. Necesitamos exigir marcos legales que nos reconozcan, incentivos que valoren el impacto social y ambiental por encima del mero retorno financiero, y la creación de laboratorios de innovación cívica donde gobierno, empresa y emprendedores sociales co-creen las soluciones del mañana.

Si estas palabras resuenan contigo, si reconoces en ellas la frustración de ver el potencial desperdiciado o la chispa de una posibilidad distinta, no dejes que esta reflexión se evapore. La tarea de construir un futuro diferente es demasiado grande para los héroes solitarios. Es una tarea de inteligencia colectiva. Te invito a cuestionar, a escribir tus propias ideas, a iniciar esta conversación en tus espacios, gremios, gobierno local, empresas. La invitación es a contactarnos, a compartir experiencias y a explorar cómo podemos, juntos, dejar de ser una nota al pie de página en la historia del desarrollo latinoamericano y convertirnos en los autores de su próximo, y más esperanzador, capítulo. El futuro no se predice, se construye. Y su arquitectura debe ser social.

 

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Mauricio Parilli

#VainasMias

 

Más allá del Crecimiento-2

 

 

 

 

Tags: emprendimiento
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