Ante el continuo incremento de los casos confirmados para COVID-19 en Mérida, que ya suman los 5.495, los integrantes del secretariado Solidario de Un Nuevo Tiempo (UNT) en Mérida, realizaron un pancartazo para llamar a la conciencia de los ciudadanos.
La actividad que se realizó este domingo en las inmediaciones del Instituto Autónomo Hospital Universitario de Los Andes (Iahula), uno de los hospitales centinelas del estado, consistió en recalcar la importancia de mantener en estricto cumplimiento las medidas de bioseguridad para evitar el contagio y propagación de la COVID-19.
Mario García, secretario de UNT Solidario, junto a los compañeros de esta organización política, enfatizó en la importancia de contribuir a frenar la propagación del virus debido a la grave crisis que vive el sector salud, sumando además las dificultades económicas que también tienen incidencia en la pandemia.
“Es preocupante ver el alto índice de personas que deben recurrir a medios alternativos como son las Redes Sociales para solicitar ayuda económica y así poder sufragar los gastos de algún familiar que esté sufriendo este padecimiento, pues tristemente quienes hoy tienen secuestradas las instituciones democráticas del país no brindan los requerimientos mínimos para la atención de los pacientes con covid19”, dijo García.
Flexibilizar las medidas, más ahora cuando ya se habla de vacunación sería un error, aseguró Mario García, pues son esas acciones de protecciones que hemos tenido las que de una u otra manera han permitido el control de la enfermedad.
Un “arepazo” en apoyo
Una vez realizado la actividad para crear conciencia, los integrantes de UNT Solidario se dirigieron hacia la emergencia del Iahula para dar un pequeño aporte con alimentos a los familiares de los pacientes que se encuentran allí recluidos, al igual que a todo el personal de salud tanto de la emergencia como del Área Covid, quienes están en la primera línea de atención combatiendo la pandemia, haciendo miles de esfuerzos por no tener en muchos de los casos los insumos necesarios.
Hay que reconocer, dijo García, la mística de trabajo y el compromiso del personal de salud, que hace –a diario- todo lo posible para mitigar los efectos de la pandemia y otras enfermedades crónicas que en diversas partes del mundo pueden ser tratadas o vistas como un problema común, pero que en Venezuela producto de la crisis humanitaria compleja que se vive, se dificulta más.