El caso de Manuel Linares hay que tratarlo como un tema de profunda reflexión, de análisis sobre lo que en verdad es un atleta salido de un extracto humilde, de la nada y que a pesar de sus éxitos y triunfos muchas veces anduvo a la deriva, sin rumbo, sin la mano amiga, sin el consejo oportuno ni el apoyo necesario
El 31 de octubre de 1983 hace ya 35 años, un joven trujillano del barrio San Isidro de Valera, estremeció los cimientos del deporte venezolano. Se tituló campeón mundial de lucha en la categoría de mayores, la élite de la especialidad.
Fue la ciudad de Madrid, capital española, la que vio catapultar a la diminuta figura del valerano. En ese difícil y extraño escenario europeo deslumbró al mundo. Cargó con los máximos honores de dicho evento.
Manuel “El Mono” Linares fue el estandarte deportivo de Trujillo en los años ochenta. Época en la cual conquistó eventos de gran jerarquía a nivel nacional e internacional.
La actuación de Manuel quedó plasmada para siempre en nuestra historia y memoria. Su éxito fue una conquista que no solo llenó de orgullo a los trujillanos. A nivel nacional el título mundial se convirtió en uno de los hechos de mayor importancia de la Venezuela de esa época, la cual vivía momentos de incertidumbre a nivel socio-político y de escasos logros a nivel deportivo.
Previo a ese mundial, Manuel, meses antes conquistó el subcampeonato mundial, pero en Sambo, hecho ocurrido el 10 de junio de 1983. Es que Manuel ya se había asomado, sus cualidades eran innatas. En 1978 se colgó la medalla de bronce en el campeonato Mundial Infantil, efectuado en los Estados Unidos. Al año siguiente asistiría a su tercer mundial con tan sólo 15 años y vuelve a subir al podio con la presea de bronce.
Tres títulos en siete mundiales
El gran ídolo del barrio San Isidro en Valera, alcanzó lo que ningún atleta trujillano ha podido lograr, representar a su país en cinco campeonatos del mundo, “El Mono” Linares lo hizo y derrochó clase en cada uno de ellos y conquistó tres títulos de campeonatos del mundo. Todo un hazaña.
Esa historia mundialista comenzó en la categoría infantil cuando en 1976 se catapulta con medalla de bronce en el Mundial de Minneapolis, tenía apenas 13 años. Dos años más tarde repite la dosis ya con 15 años se cuelga su segunda medalla mundialista en Alburquerque, EE.UU.
En 1978 viaja al mundial juvenil de San Diego, Estados Unidos, allí se colgaría la medalla de bronce.
Ya en la categoría de mayores, una lesión lo aparta del Mundial de 1980. Pero un año más tarde, 1981 conquista la cima, sube al podio en Moscú como Campeón del Mundo en la categoría élite, lo máximo. En 1982 defiende su título en el Mundial realizado en Puerto La Cruz donde retiene la medalla de oro, ya era bicampeón mundial. Lo mejor estaba por venir.
Al cumplir los 17 años ya se había colgado una medalla mundialista
El gran momento
En 1983 viaja con mucho optimismo a los Juegos Panamericanos de Caracas y regresa con la Medalla de Oro.
El 31 de octubre de 1983 era el día fijado para la disputa de la final del Mundial de Lucha en España de mayores, es decir la élite de la especialidad a nivel mundial. A esas instancias había llegado el héroe trujillano. Su rival fue un francés, en la categoría 52 kilogramos. Según los relatos que nos ofreció en diversas entrevistas que le realizamos, el combate fue bastante duro y complicado. Era la lucha por el título, el trujillano sabía que se jugaba el trono y el triunfo le tocaba a las puertas para hacer historia. Le costó mucho pero pudo aguantar y así coronarse tanto en libre como en greco, fue una victoria en doblete y como él siempre solía pregonar, “este título vale doble mi pana”.
“Tuve que fajarme duro por la calidad de los participantes, gané seis combates ante luchadores de Alemania, España, Israel y soviéticos. No es nada fácil ir a un mundial, allí hay que parir para poder ganar. Fue una experiencia única”, dijo a su regreso de España a Diario de Los Andes. Esa sería prácticamente la última gran escala de Manuel Linares como atleta activo, la falta de apoyo, el abandono y desinterés de las autoridades deportivas y públicas, le obligaron al retiro. Con ese tercer título mundial, se cerraba la estela gloriosa de un muchacho salido de las entrañas del barrio para conquistar el mundo.
Luego de la hazaña su progenitora, María Rangel, dejó saber su sentimiento de orgullo por alcanzado por su hijo. “Me sentí muy orgullosa por el triunfo de mi hijo. Ha cumplido como los buenos y eso me llena de mucha satisfacción. Hemos recibido con gran emoción esta medalla de oro, él me lo prometió antes de salir de viaje, me dijo: “vieja esa medalla será para mí, y ese será mi más preciado regalo para usted, quiero hacer historia”. “Esas palabras me conmovieron como madre, mi hijo es un gran ser humano”. Así lo expresó Doña María Rangel en una entrevista en el mes de noviembre de 1983.
Manuel Linares como tema de reflexión
Fue el gran ídolo del barrio San Isidro de Morón y se erigió como uno de los más grandes del deporte trujillano.
Manuel Linares ha sido el único atleta trujillano en haber ganado un título mundial en tres oportunidades.
Linares, desde muy temprana edad, tuvo que lanzarse a la calle para laborar, a los 15 años su primer empleo fue en un puesto de buhoneros ubicado en la calle 9 con avenida 12 de Valera, allí se fue levantando para ayudar a su familia, en vez de estar gozando de una beca socio-económica o de estudio, pero no fue así. Muchos le prometieron y muy pocos le cumplieron. “Tuve que asociarme con un amigo y montar un tarantín para vender lo que sea, y así ayudar a mamá y mis cuatro hermanos”, declaró a Diario de Los Andes el 31 de diciembre de 1978 en entrevista Francisco Graterol Vargas. “No quería pasar estas navidades limpio”.
Para esa época ya Manuel Linares era un experimentado de la lucha. Desde los seis años estaba de colchoneta en colchoneta. Comenzó en el Cuerpo de Bomberos del sector El Bolo donde un grupo de jóvenes, entre ellos, Mario Angulo, Enrique Avendaño y Pablo Mancilla, se daban cita todas las tardes para practicar la disciplina.
Linares se sobrepuso al problema de su estatura, le daba ventaja a los contrarios. Pero era tanto el amor que sentía por la lucha que su pequeña figura pasó a un segundo plano, se formó primero bajo la ayuda y tutela del entrenador Hernán Ontiveros y luego Carlos Cárdenas.
Es que Manuel Linares siempre fue noticia, todo gracias a sus continuos triunfos. Fue un atleta, un ser humano noble, sencillo, humilde, que dio mucho y recibió muy poco. Aún recordamos, y seguiremos recordando sus títulos mundiales como una hazaña sin precedentes.
El caso de Manuel Linares, hoy debemos tratarlo como un tema de profunda reflexión, de análisis sobre lo que en verdad es un atleta salido de un extracto humilde, de la nada y que a pesar de sus éxitos y triunfos muchas veces anduvo a la deriva, sin rumbo, sin la mano amiga, sin el consejo oportuno ni el apoyo necesario. Como Manuel Linares, aún hoy día son muchos los atletas que viven una situación similar. Tuvo altos y bajos en su vida que en nada empañan su brillante trayectoria como representante de Trujillo y Venezuela a nivel internacional.
Con su progenitora al momento de llegar al aeropuerto de Carvajal el 27 de agosto de 1983 como Campeón
Caso de mucha sensibilidad
Su medalla de Oro de 1983 se la dedicó a su esposa, Thais y a su hija de apenas mes de nacida, Yordana quien hoy debe tener 35 años
Coincidimos con Francisco Graterol Vargas quien fue gran amigo, cuando tocamos el tema de Manuel y nos dice: “el caso de Manuel ha sido uno de los de mayor sensibilidad a nivel deportivo vistos en el estado Trujillo. No es posible que un muchacho que dio tanto al Estado recibiera tan poco o nada, eso es algo que no aceptamos. Nuestra sociedad, autoridades tanto deportivas como gubernamentales fueron mezquinos con Manuel, incluso fue vejado y humillado. Un atleta de esa magnitud no merecía un final tan lamentable”, y es verdad, lo que pasó con Manuel Linares debe ser visto para dignificar al más alto grado a nuestras verdaderas glorias e ídolos deportivos regionales. Manuel lo fue, y a nuestro entender es junto a “Tarzan” Hernández, Ricardo Salas y Vicente Laguna como nuestros máximo ídolo de todos los tiempos, pero Linares con tres títulos mundiales de lucha no alcanzó a recibir lo que en verdad merecía. A Manuel le llovieron infinidad de promesas de políticos y dirigentes oportunistas que tan solo se burlaron de él, caso similar ocurrió con Ricardo Salas. Fueron muchas promesas como la del famoso apartamento en La Beatriz en el bloque 18, número 01-06, el 23 de diciembre de 1983 cuando fue a recibir las llaves un licenciado de apellido Chacón le informó que primero debía hacer un depósito de la inicial, Manuel fue al banco y efectuó el depósito, cuando volvió a Inavi por las lleves de su apartamento, le notificaron que se lo había adjudicado a otra persona y que debía esperar para el próximo año, pasando por encima de una orden de la entonces Gobernadora del Estado, Dora Maldonado. Así como esa, fueron muchas otras las promesas que no se cristalizaron lo que provocó en Manuel una profunda decepción y depresión de la cual según cuentan allegados a él, nunca pudo salir.
La pobreza y el abandono lo fueron consumiendo, los constantes desplantes, sin empleo, matando tigres de esquina en esquina lo llenaron de desesperanza. Así se fue la vida de aquel pequeño que había nacido un 24 de abril de 1959, que a los 17 años tenía una medalla mundialista, de un momento a otro se vio a la deriva como barco sin rumbo. Murió solo, en completo abandono un 19 de julio de 2006 en una fría cama del Hospital Pedro Emilio Carrillo en donde solo sus familiares le acompañaron hasta su último suspiro. Así terminaba, de la manera más trágica y triste la vida de un ser que nació para ser grande y Manuel Linares el ídolo del barrio San Isidro, lo fue.
Así se lo contó a DLA
Diario de Los Andes y Radio Turismo realizaron una gran campaña para contribuir en la remodelación de la casa de Manuel Linares en el barrio San Isidro.
“No todos los deportistas tenemos la dicha de poder representar al país, y ser campeones mundiales, y yo lo logré en tres ocasiones, ese es mi mayor orgullo. Les respondí a mi familia, y a toda la gente de mi barrio que me seguía, fueron ellos los más felices y quienes más disfrutaron de mis triunfos. El barrio San Isidro fue una locura el día del recibimiento”.
Septiembre 1983
“No saben cuánta hambre tuve que pasar. Las dietas eran rigurosas, hay que tener mucho aguante. Yo lo hacía porque me sentía comprometido con el deporte, era mi pasión”.
Octubre 2002
“A mí me decepcionaron los dirigentes, había muy pocos honestos, entre ellos puedo nombrar a Régulo Godoy y Carlos Cárdenas. De los políticos ni hablar, son campeones de la mentira, de la burla, cuando quedé campeón en 1976 me prometieron de todo y nunca me dieron nada, tenía 15 años, fui atleta del año, me ofrecieron una beca de estudio y aún la estoy esperando, se burlaron de mí, jugaron con mi dignidad. Fui el primer deportista trujillano en ser elegido tres veces como el Atleta del Año, 1976, 1978 y 1983, me ofrecieron trabajo fijo y eso nunca se dio, me daban contrato a destajo y muchas veces trabajé de gratis solo por brindarle apoyo y ayudar a las nuevas generaciones ya que no había casi entrenadores de lucha solo estaban Gílmer Avendaño, Oswaldo Rubio y yo, a mí me trataron muy mal, mis triunfo y el haber colocado el nombre de Venezuela y Trujillo en lo más alto valió era para que fuera realmente reconocido y respaldo por nuestras autoridades. Lo único que pude lograr fue la remodelación la casa de mi mamá en San Isidro y eso gracias a la campaña que hizo Diario de Los Andes”.
Octubre 2003
La gobernadora Dora Maldonado le había designado un apartamento en La Beatriz, a pesar de la orden emitida a INAVI esto nunca se cristalizó.
Carrera brillante
1974
Debuta a nivel nacional con una medalla de plata en el nacional infantil en la categoría de 29 kilogramos.
1976
Conquista su primera medalla de oro en el campeonato nacional de Mérida en la categoría infantil en los 32 kilogramos.
1976
Medalla de bronce en el campeonato del Mundo Infantil en Minneapolis, tenía apenas 13 años. Es elegido por primera vez Atleta del Año.
1978
Siendo aún infantil acude al campeonato nacional juvenil de Barinas, allí deslumbró a todos al conquistar la medalla de oro en los 45 kilogramos.
1978
3er Lugar en el campeonato del mundo (medalla de bronce) en Alburquerque, EE.UU, a los 15 años ya había subido a un podio mundial. De nuevo es electo como el mejor deportista del estado Trujillo.
1983
30 de agosto de 1983 fue la antesala de lo que el destino le deparaba a Manuel Linares. El orgullo de San Isidro se proclamaba campeón de los Juegos Panamericanos realizados en Caracas. Linares vencía al subcampeón mundial de los 48 kilogramos, el cubano Juan José Castillo.
1983
31 de octubre de 1983, Linares le brindó al deporte nacional y regional la hazaña de conquistar medalla de Oro en el Mundial de España en la máxima categoría.
La desesperanza y depresión fueron consumiendo la vida de este gran campeón.
LA CIFRA
35
Años de una gran hazaña para el deporte trujillano, que igualmente dejó un sentimiento muy profundo entre quienes pudimos vivir ese momento.
Sus últimos días los vivió lleno de angustias, enfermo, y sin atención