Para unos, Manuel “Cocha” Tarazona de 55 años, era un hombre colaborador con las causas sociales de su pueblo. Un emprendedor y que daba trabajó a muchas personas de la comunidad en una empresa de su propiedad que levantó con sacrificio y dedicación. “Fue colaborador humanitario, desprendido, servicial con quienes acudían a su ayuda, atento con su comunidad, con los niños y hasta con algunos dirigentes del oficialismo que le solicitaban su mano amiga». Dijo el concejal Danny Carrillo.
La gobernadora de la entidad tachirense, Laidy Gómez, fue una de las primeras en reaccionar y se pronunció al respecto: “En nombre del pueblo de Rubio solicitó versión oficial y real del hecho por el cual fallece el ciudadano Carlos Tarazona debido a que las extrañas condiciones de su muerte tienen a la población consternada”.
El Concejo Municipal de Junín mediante acuerdo por mayoría calificada de sus Concejales declaró tres (3) días de duelo y rechazaron el asesinato del comerciante y ganadero Carlos Manuel Tarazona de 55 años de edad. «Rechazamos los señalamientos que hacen voceros del régimen sobre la humanidad de «Cocha», pues ni era financista de quienes pertenecemos a la Unidad Democrática, ni era el terrorista que quieren hacer ver, no vamos a permitir que con mentiras también se asesine su memoria y su moral; simplemente fue un ganadero exitoso y eso a los socialistas frustrados les incomoda.
De igual forma Lelis Bautista, directora de política de la Gobernación, profundizó en el tema, indicando que: Consideramos que el uso de armas de fuego y la violencia en las visitas que ha realizado Freddy Bernal a los diferentes sectores no se justifica, pues nosotros podemos entender desde todo punto de vista que sí existen investigaciones en torno a posibles hechos de corrupción, de contrabando, de bandas organizadas, o cualquier otra situación que vaya en contra de la norma y de los intereses de los ciudadanos, estos delitos deben ser revisados, atacados y controlados”.
Ejecución extrajudicial
Las organizaciones de derechos humanos del Táchira, entre ellas Fundación El Amparo que preside Walter Márquez, Redes, que coordina Javier Tarazona y Vinotinto que representa Clara Ramírez, están exigiendo una inmediata investigación, que no sea efectuada por los mismos organismos involucrados que fueron responsables de este operativo
Walter Márquez destacó que “en este caso estamos en presencia de una ejecución extrajudicial o sumaria, que violenta la Constitución de la República y tratados internacionales y de un linchamiento moral porque se ha querido vincular a Tarazona a hechos ilícitos haciéndolo ver ante la opinión pública como un representante de la mafia de la carne en la frontera y en caso de que esos argumentos tuvieses algún asidero, para eso existen mecanismos legales que permiten investigar, conseguir la verdad y no asesinarlo como lo hicieron. Igualmente parten del argumento de que él estaba armado ante lo cual debemos destacar que hubo un uso desigual de la fuerza y una desproporción del armamento que llevaba el grupo FAES. La propia hija del señor Tarazona señaló que él no tenía armas y en caso de que apareciera podía haber sido sembrada por ese organismo de seguridad”.
El diputado tachirense a la AN, Franklin Duarte, señaló que fue constituida una comisión de la AN para investigar el hecho. “Asesinaron a un empresario a quien mucha gente le tenía afecto. El ministro de Agricultura Urbana, Freddy Bernal, lo acusó de contrabandista, pero lo extraño es que si fuera así, no debieron ajusticiarlo en su sitio de trabajo. Tenía derecho a un debido proceso”, dijo Carlos Albornoz, presidente de Fedenaga.
Versión familiar
“Asesinaron a mi papá”
Beatriz Tarazona, hija de Carlos Manuel Tarazona Medina, rechazó la versión que dieron las autoridades oficiales sobre el suceso que se presentó en el matadero de su propiedad, en el sector Baritalia, en Rubio, estado Táchira. «La gente de la Fuerza de Acciones Especiales (Faes) asesinaron a mi papá. Lo acusan de que es el jefe de capos del estado Táchira. Eso es una total mentira que dijo Freddy Bernal, es una total mentira, y el alcalde de Rubio, Ángel Márquez”, afirmó su hija a las afueras del hospital «Padre Justo Arias» de Rubio, lugar donde ingresó en estado de gravedad Tarazona y minutos más tarde perdiera la vida.
«Son unos asesinos porque lo acusaron de que él era el mayor contrabandista y todo el pueblo de Rubio puede dar fe de que es una total mentira, porque él colaboró con las personas de Rubio, se vendía la carne más barata que en otros lugares».
De acuerdo al parte policial, Tarazona ofreció resistencia luego de notar la presencia de efectivos policiales y resultó herido en el pecho, inmediatamente fue trasladado al hospital «Padre Justo Arias», donde falleció a pesar de los esfuerzos de los galenos de salvarle la vida. Los funcionarios incautaron un arma de fuego tipo revolver calibre .38 sin marca ni seriales visibles, además de tres proyectiles sin percutir y dos percutidos, y una concha 9mm.
Sin embargo, la versión de la sobrina de Tarazona, Andrea Pinzón Tarazona, dista mucho de la versión oficial, asegurando que alrededor de las 10 y media de la mañana, un grupo de la Faes se presentó al matadero con pasamontañas, y sacaron a todo el personal durante sus labores habituales. «Nos sacaron apuntándonos con las pistolas, sacando a todos los obreros y a la señora que estaba con él, y a él dejándolo solo en su casa. A nosotros nos montaron en dos camionetas Hilux, nos llevaron hacia La Vega donde nos dejaron botados», detalló. Cuando regresaron, vecinos comentaron que habían escuchado varios disparos dentro de la finca. Andrea Pinzón Tarazona sobrina del ganadero Carlos Tarazona, asesinado negó que su tío estuviese armado al momento del hecho en donde perdió la vida.
Heidy Monsalve, pareja de Tarazona, relató que fue sometida por los funcionarios de la FAES de la PNB y amenazaron con matarla cuando estos irrumpieron en el matadero. ¿Por qué tienen que decir que estaba con narcotráfico? Llegó esa gente con fusiles a ponerlo a uno contra el piso. A mí me amordazaron y me subieron a un camión. Él no tenía armas. Lo mataron como un perro y lo subieron a un camión. Me quitaron una cobija de la casa y lo tiraron en el hospital de Rubio”, dijo.
Texto publicado en Los Andes Semanario edición 113