Hay manos que escriben generosas
arrullos de palabras al viento,
otras siembran en la madre tierra
cosechas de esperanzas
bajo el albor del sol.
Hay manos que llevan
el clamor del corazón
a la dulzura de las palabras
en el papel escritas,
otras te acarician el alma
con tan solo estrecharlas
ante la tibieza de una mirada.
Hay manos creadoras
que dan formas y pintan belleza,
otras se tienden generosas
como si fuesen soles
en ayuda permanente.
Hay manos que trabajan sin tregua
aún cuando las fuerzas
opriman el corazón,
otras abrazan silencios
por la ausencia de promesas
perdidas en el tiempo.
Hay manos que lo dan todo
sin esperar prebenda alguna,
otras te besan el alma
ante la presencia súbita
del inesperado encuentro.
Hay manos que arrullan corazones
y oran con fervor
ante la imagen del Creador,
otras expresan arte
en torrentes sentimientos
albergados en el alma.
Y hay manos que ofrecen la vida
con el dulce canto del amor
como único pensamiento blanco.
Blanca Reixach.
Valera, Venezuela