Luis Briceño (28) no mostraba indicios de algún problema emocional. Al contrario, se mostraba alegre con sus amigos y allegados. Por eso, todos se sorprendieron al saber de su muerte. El Cicpc investiga el suceso ocurrido en la Zona Baja
Hacía planes para su futuro. Tenía una carnicería y hasta el domingo en la mañana pensaba comprar carne a uno de sus primos. De hecho, esa mañana, su familiar no notó nada extraño en él. Era el mismo de siempre, alegre y trabajador. Por eso se sorprendieron al saber de su muerte. Según la versión oficial, el carnicero fue encontrado dentro del local con una herida de bala en la cabeza. No había señales de una irrupción criminal y el arma estaba en el lugar.
Luis Ramón Briceño Juárez, como fue identificado el hoy difunto, manipulaba un revólver y – presuntamente de manera accidental- este se accionó. El hombre, de 28 años de edad, cayó muerto en el acto. Aunque no hubo testigos, sus familiares consideran que él no tenía motivos para quitarse la vida. Desde su adolescencia se desempeñaba como comerciante y había logrado mantener su propio local en el sector La Cachapera, parroquia Buena Vista, del municipio Monte Carmelo.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) arribó al lugar después de las 2:00 de la madrugada, cuando ocurrió el episodio sangriento. Indagan para confirmar si se trató de un suicidio accidental o hay otra historia detrás del suceso.
Padre y amigo
Carlos Quintero, primo del hoy fallecido, comentó que Luis no mostraba signos de problemas emocionales. Tenía una vida por delante, incluso una pequeña niña, de 3 años de edad. Aunque no vivía con ella, siempre la cuidaba. Él estaba residenciado en la entrada de San Marcos, con su papá.
Algún juego mortal
El Cicpc investiga las verdaderas circunstancias en las cuales Luis Ramón Briceño Juárez falleció. Indagan si el hoy fallecido tenía motivos para quitarse la vida o si se trató de una muerte accidental, como lo plantea la familia. Por otro lado, buscarán descartar si el incidente fue provocado por algún juego mortal, como la ruleta rusa. Sin embargo, la tesis que cobra más fuerza es el suicidio involuntario.