Manifiesto de intelectuales y artistas ante elecciones del 28 de julio

 

La deplorable situación venezolana de hoy atrae la atención del mundo civilizado, pues se ha producido en el país suramericano una metamorfosis que implica un análisis sobre el origen de los hechos que, indudablemente, resultan sorprendentes e insólitos. De haber sido una floreciente y próspera nación, Venezuela se ha convertido en el país que arrastra las peores estadísticas en materia social, económica, cultural, política y, fundamentalmente, en el área de los derechos humanos totalmente conculcados.

En los últimos 25 años Venezuela pasó de ser uno de los referentes económicos de esta parte del mundo a integrar el grupo de los países más atrasados, en completa regresión a períodos que, gracias a la democracia que se inició en 1958 con elecciones libres y con la participación de todos los sectores, considerábamos ya superados. La república exportadora de hidrocarburos se derrumbó y arrastró consigo la seguridad jurídica y social, así como también las condiciones laboral, cultural, educativa y política de los venezolanos.

Tras el arribo del llamado “proceso revolucionario”, Venezuela perdió la sostenibilidad y autonomía de una industria petrolera que quedó bajo una administración sin pericia y sin norte, sin gerencia ni personal calificado, lo cual fue a todas luces una de las causas de su posterior derrumbe; además, la desaforada corrupción y el mal uso de los recursos de la renta petrolera terminaron socavando a la segunda transnacional de hidrocarburos del mundo.

Venezuela es un país en bancarrota. A pesar de poseer las mayores reservas petrolera del mundo y una inestimable riqueza aurífera, luego de la larga agonía de PDVSA nuestro país padece pobrezas semejantes o peores que las de Haití.

Estos índices se reflejan en los siguientes hechos: más de veinte millones de venezolanos soportan estoicamente los diarios cortes eléctricos, la mayoría carece de agua potable y los servicios asistenciales y educativos operan a medias; el cierre de empresas y comercios, la agricultura y la ganadería agonizantes; el desempleo y la inflación alcanzan cifras escandalosas. Todo esto junto nos ha convertido en el tercer país, después de Ucrania y Siria, con la mayor población emigrada, pues casi 9 millones de connacionales se han visto en la perentoria necesidad de huir de la tragedia imperante.

La pesadilla que vivimos es inocultable. Venezuela se debate entre seguir siendo espectadora de su despoblamiento y extinción, o reacciona ante esta crisis inédita. Es el momento en que la conciencia colectiva proponga cambios y se levante con inusitada fuerza para decir: “¡Basta!”.

De ahí que los abajo firmantes, escritores, intelectuales, profesionales, científicos, investigadores y artistas que sí creemos en un mejor porvenir para Venezuela, apoyamos la alternativa que representa el candidato presidencial doctor EDMUNDO GONZALEZ URRUTIA, porque encarna a la nación decente y hace posibles todas reservas morales y éticas que sustentan la preocupación ciudadana de conquistar un gobierno profundamente democrático que respete el estado de derecho, la libertad de expresión y, obviamente, todo el texto constitucional convertido por este régimen en letra muerta o inexistente.

Es el momento de dar un paso al frente, de hablar claro a los venezolanos. La disyuntiva está planteada, o seguimos viendo la agonía de una nación que pierde diariamente a sus hijos por el camino del Darién o buscamos la democracia este 28 de julio sufragando por la institucionalidad, la justicia y el respeto a los derechos humanos. No perdamos este llamado de la conciencia ni desoigamos clamor de nuestra amada Venezuela.

Firman: Rafael José Alfonzo, María Elena Delgado, Francisco González Cruz, Ramón Rivasáez, Eladio Muchacho Unda, Francisco Graterol Vargas, Argimiro Briceño León, Raúl Díaz Castañeda, Víctor Bravo, Fernando Aranguibel, Anuar Saldivia Najul, Benjamin Díaz Castañeda, Hugo Boscán, Josefa Zambrano Espinosa, Luis Eduardo Pepper, Freddy Torrealba Z, Rafael Angel Rivas Dugarte, Carlos Yusti, Ana María Marín, Oscar Sjostrand, Libertad León González, Eddy Reyes Torres, Alexis Rojas Paredes, Anna Maria Cian, Simón de Jesús Linares, Romel Escalona, María Eugenia Oropeza de Guardia, Julio César Rondón, Carlos Andrés Segura y siguen más firmas…

 

 

 

 

 

 

 

 

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