El 3 de junio pasado unos vecinos llevaron tres insectos muertos al Instituto de Biología Experimental de la Facultad de Ciencias de la UCV. De los tres, dos estaban infectados con flagelados del parásito Trypanosoma Cruzi. En otras palabras, esos chipos, como comúnmente se les conoce, eran portadores del Mal de Chagas.
Lo trágico de esto es que, como me dijo un amigo médico, se trata de “una enfermedad llanera de casas de bahareque y techos de palma, ahora en el jardín de tu casa”. En efecto, los chipos fueron encontrados en el jardín de un edificio en Colinas de Bello Monte, en Caracas.
Hasta hace poco tiempo, cada vez que uno entraba a Venezuela procedente del exterior, lo obligaban a llenar unos formularios del Ministerio de Salud donde hacían una cantidad de preguntas sobre síntomas, enfermedades, lugares visitados y la dirección donde uno se alojaría las próximas dos semanas, en caso de alguna epidemia. Hasta aquí no veo algo malo en esto. Lo contradictorio es que -si el Ministerio se ocupara realmente de la salud de los venezolanos- debía advertirnos también que aquí hay malaria, tuberculosis, fiebre tifoidea, zika, chikungunya, dengue y otra cantidad de enfermedades que estaban erradicadas o que se producen por la acumulación de inmundicias y albañales tapados. Siempre que llenaba mi cuestionario aprovechaba para preguntar si hacían esas advertencias, pero jamás me respondieron (tampoco esperaba que lo hicieran).
Mi papá era médico internista, especialista en Medicina Tropical. Su tesis de grado en 1954 fue sobre el Chagas: “Estudio sobre trypanosomiasis americana por trypanosoma rangeli”, un tipo de parásito no infectivo para el humano. Los únicos chipos que yo había visto en mi vida eran los retratados en la tesis de mi papá. ¡Y ahora resulta que 65 años después de la publicación del trabajo encontraron chipos a unas cuantas cuadras de mi casa!
El Chagas es curable si se diagnostica a tiempo y se trata con medicamentos que matan al parásito. No todos los chipos son vectores de la enfermedad, pero hay que saber cómo lucen y si uno es picado por alguno de ellos, hacerse las pruebas de inmediato. No es de tomárselo a la ligera. El Chagas puede ser mortal en un 30% de los casos. Y el régimen de Maduro es incapaz de hacerle frente a una situación así.