Las condiciones de vida de todos los maestros venezolanos en plena pandemia mundial del COVID-19 y cuarentena nacional bolivariana y colectiva, es de supervivencia extrema en todos sus niveles sociales por el crecimiento exponencial y criminal de los precios en los productos alimenticios y los medicamentos como derechos fundamentales y humanos de vida, lo que en términos reales hace imposible comprarlos. Son declaraciones del profesor José Miguel Briceño, presidente Suma Trujillo, filial de Fetramagisterio.
Esta realidad inocultable – agrega el dirigente sindical – se profundiza porque el estado-patrono socialista cerró las vías de acceso municipal a la ciudad, complicando aún más esta realidad porque en el municipio donde vive, no se encuentra nada que comprar y lo que aparece es lo básico y necesario, dificilísimo para adquirir por lo desmedidos y feroces precios que sumado a lo elevado al costo de los pasajes y la escases de efectivo oscurecen severamente la mayor suma de felicidad y seguridad social en los educadores activos, jubilados, pensionados, sobrevivientes e interinos.
Inédita esta cruda realidad revolucionaria – prosigue Briceño – porque jamás en la historia democrática del país un binomio presidencial y revolucionario como Nicolás Maduro y Aristóbulo Isturiz en pleno siglo XXI les pulverizó total, absoluta y abiertamente los sueldos y salarios, condenándolos a sobrevivir en la miseria y en la pobreza revolucionaria, binomio bolivariano que durante los 260 días de reuniones de trabajo con la Coalición Sindical del Magisterio Nacional (CSMN), jamás manifestó un ápice de voluntad política para solucionar la calidad de vida de todo el magisterio.
En reiteradas veces – recordó – la CSMN insistió en que se cumpliera con la vigencia de la progresividad humana, contractual, laboral y constitucional, mucho menos en esta grave y delicada situación mundial y nacional ha presentado un plan de emergencia como contingencia humanista y laboral para dignificar la calidad de vida de todos los educadores y su grupo familiar, todo lo contrario, ha acelerado vertiginosamente la cuarentena colectiva obligatoria, en detrimento del bienestar social y laboral que no es otra cosa que vivir con dignidad.
Aunado a esta palpable realidad – puntualizó – encontramos los pésimos y deficientes servicios públicos que también, son derechos humanos irrenunciables, el propio estado-patrono presidencial, tampoco garantiza: agua potable, energía eléctrica e internet, loscuales viola sistemática, diaria y constantemente, lo que permite demostrar pública y comunicacionalmente que el futuro de los más insigne de América y el mundo que son los maestros, es bastante incierto porque afecta de hecho y de derecho el desarrollo emocional, psicosocial y sociales en todas sus dimensiones. Sin embargo, cumplen con estas medidas sanitarias y en los momentos de grandes dificultades como la que atraviesa la patria de Bolívar, la vocación, humildad, solidaridad, responsabilidad y profesionalismo, se anteponen a estas dificultades, concluyó José Miguel Briceño