La fuerza bolivariana de trabajadores, habría amenazado con llamar a una división, convocarían un paro desde el sector oficialista de empleados públicos, pero acordaron una tregua de unos días a cambio de un bono con el mal llamado «carnet de la patria» de 250 mil bolívares
Javier Antonio Vivas Santana
En el madurismo las cosas van de mal en peor. De hecho, el propio Nicolás Maduro había dicho que haría anuncios económicos este 6-9-2019, entre los cuales se esperaba el nuevo salario mínimo cuyos límites estarían entre 5 y 20 dólares mensuales. El primer rango entre 5 y 10 dólares sugerido por su gabinete económico, y el segundo que no acepta menos de 20 dólares –como si eso fuera mucho– cuya presión viene del grupo de trabajadores que dicen apoyar esta barbarie de neoesclavitud bajo un régimen seudosocialista.
Ante las discrepancias en donde un conjunto de masa laboral de la llamada «fuerza bolivariana de trabajadores», habrían amenazado con llamar a una división de ese sector en caso de no acatar las exigencias de los 20 dólares, éstos convocarían un paro desde el sector oficialista de empleados públicos, acordaron una tregua de unos días a cambio de un bono con el mal llamado «carnet de la patria» de 250 mil bolívares, que a su vez serviría de «ensayo» para ver el comportamiento de los precios, que se han disparado de manera espantosa, y aunque el dólar paralelo se ha mantenido con tendencia hacia la baja en los últimos días, un cartón de huevos tiene un costo superior en los dos salarios mínimos vigentes, llegando incluso a rozar los 90 mil bolívares, lo que quiere decir, que si llegara a fijarse el nuevo monto salarial, cercano al mal llamado bono de «útiles y uniformes escolares» que sirvió de justificación para la entrega de tal generación inorgánica de dinero, la verdad es que quincenalmente un trabajador, apenas si pudiera adquirir un cartón de ese alimento y el resto, con suerte, medio kilo de queso duro.
Gasolina
El madurismo no encuentra salida al desastre de la economía. Otro de los puntos que no ha podido solucionar es el aumento en el precio de la gasolina, cuyos costos referenciales de producción estarían en el orden de los 0,33 centavos de dólar, mientras simplemente se regala. Esta enorme complejidad ha colocado al madurismo contra las cuerdas, porque el mismo grupo de trabajadores que amenaza con llamar a paro, dicen que no aceptarán un aumento del precio de los combustibles, sobre lo cual se sumaría un paro general de transporte que pondría al régimen prácticamente tirado en la lona.
Ante lo anterior, si por ejemplo, el madurismo decide que los precios de la gasolina se quedarán en esos costos de producción, llenar un tanque de unos 30 litros costaría unos 10 dólares, pero este monto se elevaría hasta el doble en una unidad de transporte público diariamente, es decir, 20 dólares, estimación sobre la cual, aún siendo conservadores de una tasa referencial en este caso de 20 mil bolívares por dólar, el dueño de esa unidad necesitaría unos 400 mil bolívares por día, sobre lo cual el régimen les ha ofrecido un subsidio gratuito al momento de llenar el tanque, pero, no existe consenso.
Primero, en razón de que el subsidio sólo aplicaría en unidades adscritas sobre su red bolivariana de transportistas, y segundo porque quienes son parte de este gremio aseguran que el monto de un pasaje, al internacionalizar los precios de los combustibles, estos no deberían ser inferiores en ese mismo valor de la gasolina, razón por la cual, han surgido voces de ir hasta un paro con tranca de calles y avenidas, y eso ha generado inmensas reservas dentro del madurismo que las oculta.
La situación con la gasolina está tan compleja que el madurismo ha tenido que aceptar que grupos de militares y «gerentes» de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) estarían llevándosela en contrabando, es decir, la situación está en niveles de máxima alerta política y económica, porque simplemente ya no hay más dólares para importar un litro de ese líquido, y más grave, no se puede continuar regalándola en el medio de esta hiperinflación. Es decir, en la praxis de la gasolina si algo arde no es precisamente la vanguardia, sino la retaguardia.
Correr la arruga
El madurismo se encuentra entre la bazofia y el aroma del azufre. Sabe que aumentar el salario mínimo activando la máquina de dinero inorgánico va a acelerar la hiperinflación en el último trimestre, y faltando unos días para el inicio del año escolar, razón por la cual no es casualidad la formación de «docentes especiales» o «maestros emergentes» en cinco semanas, sino que el seguir corriendo la arruga del aumento de la gasolina, no sería exagerado afirmar que ese mismo salario mínimo de unos 10 o 20 dólares al mes, sería pulverizado en horas con una protesta social sin precedentes en el país.
Pareciera que mientras se intenta revivir el tema del Esequibo, – tema sobre el cual dijimos se perdió por forfait para desviar lo que ocurre en el plano interno, y tener otros eufemismos para seguir fuera de la mesa de diálogo, la verdad es que todo apunta a que es la división y presión interna del país lo que está hundiendo al madurismo. No hay recursos. No hay instituciones.
La corrupción se hace enemiga de la propia cúpula, y lo que es peor, Nicolás Maduro desconfía hasta de Diosdado Cabello y deshoja la margarita entre designarlo vicepresidente o «ministro de la defensa», para ver si con ello, calma las aguas en su contra de un eventual golpe de Estado que estaría en el ambiente, en caso de que como usurpador de Miraflores tenga la oportunidad de dar un discurso en la Organización de Naciones Unidas (ONU) aunque sea con sillas vacías, porque siendo el miedo lo más libre que tiene el régimen, Maduro no quiere salir del país, y menos sin suficientes garantías.
Para reflexionar
La historia está llegando a su final. Maduro lanza bono desesperado de Bs. 250 mil, mientras un cartón de huevos llega a Bs. 90 mil, es cada venezolano necesita hoy dos salarios mínimos por la medida pequeña para adquirirlo. A propósito de ser ciego. Quien tenga ojos que vea.