El señor Todd Robinson, encargado de negocios de EEUU en Venezuela, declaró recientemente en entrevista radial que “hay varias teorías sobre los resultados de las elecciones y al final los venezolanos van a decidir si las elecciones tienen credibilidad o no, y nosotros vamos a esperar la decisión de los venezolanos”. Esta afirmación le da un vuelco a la posición pública hasta ahora mantenida por EEUU, sobre las elecciones presidenciales del 20 de mayo próximo, pues el desconocimiento de las mismas no estaría planteado desde ya, sino esperaría por su realización y sus resultados.
Hasta ahora, el gobierno del presidente Trump sostenía el desconocimiento de las elecciones presidenciales, aun antes de conocerse sus resultados, por calificarlas como ilegítimas y fraudulentas.Las juiciosas declaraciones de Robinson fueron descalificadas por el agresivo senador republicano Marcos Rubio, quien negó que existiera un cambio en la posición de Trump y de su gobierno sobre el régimen de Nicolás Maduro. En todo caso, amenazó, los cambios podrían producirse en la jefatura de la Embajada de su país en Caracas, dejando ver la posible destitución del señor Todd Robinson.
Es difícil pensar que las declaraciones señaladas reflejen sólo la opinión del diplomático. Venezuela tiene años de conflicto declarativo con el gobierno norteamericano y el país y muchos de sus gobernantes han sido sometidos a sanciones económicas. Debe recibir una atención específica del más alto nivel gubernamental, por lo que cualquier cambio en la política debe ser aprobado en ese nivel. La posición del encargado de negocios, en este momento la persona de mayor rango en la embajada, no puede tener un carácter circunstancial.La rabiosa respuesta del senador Rubio, obedece a las contradicciones internas sobre la materia y debe ser parte de las presiones de sectores del Partido Republicano sobre el propio Trump.
Este hecho obliga a reexaminar los posibles escenarios políticos futuros y requiere comprender que en el proceso venezolano no está dicha la última palabra. Aquéllos que han impulsado con vehemencia la intervención militar externa, disfrazada o no de ayuda humanitaria, deberían deliberar al respecto, pues fácilmente pueden, en un abrir y cerrar de ojos, quedar fuera del juego político, totalmente aislados, abandonados por el imperio norteño y frente a desenlaces inesperados. Surge un escenario por el que no se han paseado y es que Nicolás Maduro, victorioso en la elección presidencial, haya llegado a un acuerdo de convivencia con EEUU aceptable para estos, y pueda continuar gobernando hasta 2024.
Maduro bien podría seguir garantizando la explotación de nuestras riquezas naturales por empresas estadounidenses en términos muy desfavorables para el país o incluso extender las concesiones otorgadas. Y, más importante aún, pudiera dar garantías de que su gobierno no participará en alianzas geopolíticas extra continentales contrarias a EEUU. Su triunfo sería entonces reconocido y sufriríamos su segundo gobierno. El país continuaría su debacle y se profundizaría el sufrimiento de los venezolanos. La única forma en este momento de tratar de evitar este odioso escenario sería el voto masivo por Henri Falcón y la derrota de la claque gobernante.
El triunfo de Henri Falcón permitiría salir de quienes han llevado al país al desastre y orfandad totales; ya esto sería positivo para Venezuela. Lograría el reconocimiento internacional poniendo fin al peligro de una intervención externa; otro punto positivo muy importante.La sobrevivencia de Falcón lo llevaría a hacer una gestión de gran amplitud, amplio consenso e integrada por gente honesta y muy capaz, única forma de enfrentar con éxito la gravísima situación actual; otro punto positivo a su favor. Está en manos de los venezolanos salir a votar masivamente y derrotar a Nicolás Maduro en las urnas, para iniciar de inmediato la recuperación del país, proceso duro, difícil y largo. No votar es someterse al eventual triunfo de Maduro dentro de un arreglo con el gobierno de EEUU, cuyo pragmatismo es más que conocido y no le importa el bienestar del pueblo venezolano.