Inspirado en la canción francesa de 1709 «Marlboroughs’en va-t-en guerre», traducida el español con el nombre de “Mambrú se fue a la guerra”, Nicolás Maduro por boca de su cancillerJorge Arreaza, ratificó desde la lejana India, la de Ghandi y de quien fuera el generoso líder espiritual de la pareja miraflorina, Sathya Sai Baba, que, como lo ofreció con lluvias, truenos y relámpagos de por medio,irá a Lima el 13 y 14 de abril, cuando se celebre la VIII Cumbre de las Américas, retando el desaire público que le han hecho, por autoritario y anti democrático,Pedro Pablo Kuczynski y otros mandatarios continentales.
Es posible que Maduro, en sus atrevimientos, hasta ahora solo verbales, quiera entrar de contrabando en el avión de Evo o de Castro, como lo hizo Felipe González con CAP en 1976 en Madrid, a la muerte de Franco, pero esa fue una operación que contaba con la venia del rey Juan Carlos; mientras que la de Lima es de otro tenor, pues tiene la oposición férrea del presidente Kuczynski y de la mayoría de los 35 países asistentes. ¿Quién se atreverá a llevarlo en esas condiciones?
¿Quién sabe? Habrá que esperar unas semanas. CAP fue recibido por el Rey, y Felipe salió, prudentemente, por la puerta de atrás para lograr, poco tiempo después, la mayoría parlamentaria que llevaría al Psoe al poder. Ya veremos que pasa, si hay astucia y juego político en condiciones adversas; si el reto a la mayoría de países representados en esa VIII Cumbre es real o es un simple amagode un hablachentode barrio para crear ruidos y falsas expectativas.
Hará discursos, en Venezuela por supuesto, donde usurpará la bandera de la batalla de Ayacucho, que obviamente no tiene nada que ver con él, ni con su historia, para ocultar su miedo que lo lleva por la senda del aislamiento internacional, dentro de la más grave crisis que haya vivido el país en toda su historia patria, y que en las últimas dos semanas acumuló 24 oficiales retirados de las Fanb sin justificación alguna; nueve militares activos, detenidos y acusados de traición a la patria, instigación a la rebelión, sin que hayan pruebas, y supuestamente por formar parte de un movimiento clandestino “Transición a la Dignidad del Pueblo”, y más recientemente, el martes 13,el encarcelamiento, sin orden judicial, del ex ministro del Interior y ex jefe del Sebin de Chávez, Mayor General Miguel Rodríguez Torres.
¿En qué anda Maduro? Hay mucho nerviosismo y poca certeza en él y en sus mandos, amenaza con quitarles, nada más y nada menos que la nacionalidad a los diputados Borges y Florido por su delito preferencial de “traición a la patria”, endosable a cualquier hecho o palabra opositora. Lanza dardos a lo loco, por todas partes. Habla, habla, y nada queda.
Lamentablemente la dirección política opositora actual, no está a la altura de las circunstancias, y es probable que no tenga como sacarle provecho a la coyuntura actual. Una parte llamó a no votar, pero sin una estrategia clara sobre el particular, ¿qué harán en estos dos meses que faltan para el 20 de mayo? ¿Y en los días consiguientes? ¿Acaso no se puede repetir “la gracia” de la abstención en las elecciones parlamentarias de 2005, con la que le regalaron a Chávez el control de todos los poderes públicos? Por ahora no van a la presidencial, tampoco a las legislativas regionales, ni a las municipales ¿No estará jugando con fuerza la incapacidad para entender la realidad, que está haciendo que pese más el componente emotivo que el racional? Habrá que ver. Lo cierto es que el panorama está muy oscuro, y las luces que se ven, solo vienen del exterior.