Nicolás Maduro cumplió su promesa de celebrar los comicios para renovar los escaños de la Asamblea Nacional. Con una masiva abstención, el chavismo tuvo el respaldo de más de 3,5 millones de votantes en unas elecciones que fueron rechazadas por una parte significativa de la oposición y por la comunidad internacional por falta de transparencia en el proceso.
“Con un 31 por ciento de participación no son cifras muy halagüeñas (satisfactorias) para que Maduro pueda presentarse ante la comunidad internacional para pedir que validen esta Asamblea Nacional”, dijo Jesús Seguías, consultor político en gerencia de crisis y presidente de la encuestadora venezolana Datincorp, en entrevista con la Voz de América.
Pese a eso, y si no cambian los pronósticos, el organismo venezolano será reconfigurado el próximo 5 de enero con la mayoría chavista. Según algunos expertos consultados, entre ellos Seguías, esa situación podría provocar el debilitamiento de la imagen de Juan Guaidó como líder opositor a Maduro ante la comunidad internacional.
“Nicolás Maduro con esa nueva Asamblea Nacional podría lograr debilitar el apoyo de la comunidad internacional a la oposición venezolana”, señaló Seguías.
Lectura equivocada de una oposición fragmentada
Pero el consultor advierte que “la oposición hace una lectura equivocada si cree que ese 69 por ciento de los venezolanos que no fueron a votar lo hizo obedeciendo la petición y el liderazgo de Juan Guaidó”.
Seguías, que preside una de las empresas encuestadoras más reconocidas en Venezuela y en el resto de la región, hace esa afirmación tras analizar los sondeos en el país, que revelan que el apoyo popular a la oposición “se ha ido debilitando” en los últimos tiempos.
“Nos damos cuenta ahora que ambas facciones políticas perdieron capacidad de convocatoria y la noticia no es cuántos no fueron a votar el domingo, sino por qué el gobierno y la oposición perdieron su capacidad de convocatoria”, remarcó.
Considera que la oposición debe hacerse una autocrítica porque “los políticos no han sido capaces de comprender la dimensión real de la crisis” en el país y lamenta la profunda división que hay entre los seguidores de Guaidó fruto de una falta de “buen desempeño” en esas filas.
Juan Guaidó, sin embargo, celebró la gran abstención que hubo en los comicios asegurando que los resultados representaron un rechazo al gobierno de Maduro.
Alejandro Velasco, profesor de historia latinoamericana en la Universidad de New York, señaló que el reconocimiento a Guaidó como presidente encargado de Venezuela, reconocido por más de 55 países en todo el mundo, “estaba condicionada en base a la salida rápida de Maduro del poder”.
Han pasado casi dos años de ese reconocimiento y Maduro aún continúa ejerciendo poder en el Palacio de Miraflores.
¿Qué es lo que puede pasar a partir de ahora? Según Velasco, Maduro “no quiere reconocimiento como tal” pero su objetivo pasaría por “debilitar” a Juan Guaidó en las esferas internacionales, una maniobra que puede ser “efectiva” tras la celebración de las elecciones parlamentarias en Venezuela.
“Maduro quiere aislar aún más a Guaidó en un campo externo en donde él tiene un poder muy reducido. Eso es lo que está ahora encima de la mesa”, subrayó durante una entrevista con la VOA.
Sobre eso, el profesor universitario especializado en políticas en América Latina sostiene que “la política de Maduro hacia Guaidó va a ser una política de autodestrucción” consciente de la fragmentación que hay en el seno de la oposición.
“(Maduro) no necesita ningún empuje para que haya un quiebre dentro de la oposición. Guaidó como tal es muy impopular y eso es lo que está tratando: que la oposición misma se arregle, se autodestruya, se construya y veremos qué hay después de eso”.
El apoyo a Guaidó en cifras
El apoyo a Guaidó podría debilitarse en los próximos meses si se tienen en cuenta algunas encuestas que apuntan al “descontento” que hay entre la población hacia la política venezolana.
“El 84 por ciento de los venezolanos considera que lo más relevante para ellos es que se tiene que superar la crisis económica, la crisis de los servicios públicos, la crisis social, emocional y la crisis de la pandemia. Apenas el 16 por ciento considera que la crisis política es lo más relevante”, apunta Seguías, de la encuestadora Datincorp.
Además, incide en que “la división que existía hace poco entre chavistas y opositores ya desapareció” y, a su juicio, “el país no está dividido entre chavistas y opositores como hace 5 o 10 años”, sino “entre un bloque político conformado por chavistas y opositores que tiene apenas el respaldo del 40 por ciento de los venezolanos”.
“Tenemos a una población que no cree en ninguno de ellos (ni en Guaidó ni en Maduro), que supera el 50 por ciento”, remarcó el presidente de Datincorp basándose en las encuestas dentro del país.
Destaca también que el 52 por ciento de la población “no se identifica ni con el chavismo ni con la oposición”, pero lo más preocupante, dice, es que “el 88 por ciento no cree en los dirigentes políticos venezolanos” y que “el 2 por ciento confía en los partidos políticos venezolanos”.
Un escenario muy “delicado” que dejaría en evidencia el rechazo mayoritario de la población tanto al presidente en disputa como al encargado. “Maduro tuvo un 82 por ciento de rechazo y Juan Guaidó tiene el 88 por ciento de rechazo”, subraya.
Mayor represión
De lo que sí que están convencidos los analistas es que “va a haber una ola de represión” distinta a lo que se ha visto en el pasado en Venezuela.
“No va a ser dirigida únicamente a la oposición tradicional, sino a la gente que se rebeló dentro del chavismo en contra del madurismo”, alertó Velasco.
En ese aspecto, el magistrado venezolano Antonio Marval, que ahora vive exiliado en Estados Unidos, cree que “no hay ningún riesgo para los diputados de la Asamblea Nacional ni el presidente encargado Juan Guaidó”, pero también prevé más “persecuciones” en torno a las voces críticas a Nicolás Maduro.
“La comunidad internacional y el pueblo venezolano estarán vigilantes de cada una de las acciones para llevar esto a todas las instancias, no solo para que se cumpla con la decisión de la justicia sino para que se siga con el mandato popular y que, en todo caso, esos diputados sean renovados a través de unas elecciones legítimas”, concluyó.
Joe Biden y su política a Venezuela
Joe Biden, próximo presidente de Estados Unidos, en campaña electoral criticó las medidas impuestas por el presidente Donald Trump en torno a Venezuela porque “no habían causado efecto”. Por eso, aseguró que su intención era sentar a todas las partes implicadas en la crisis en Venezuela en una mesa de diálogo, incluyendo a Maduro, para tratar de buscar una solución diplomática al conflicto.
“Yo no tengo claro que la administración Biden vaya a reconocer a Guaidó después del 5 de enero. Teniendo en cuenta que varios países de la Unión Europea se han manifestado de una manera más incierta sobre la continuidad legislativa, y eso está en veremos”, puntualizó el profesor Velasco.
Los retos de la oposición para ganarse la confianza de Biden
La posición de Biden frente a Maduro parece clara aunque pueda cambiar de matiz y centrarse más en el diálogo y la diplomacia, pero lo que falta por definirse es la postura del nuevo gobierno frente a la oposición venezolana. Esta enfrenta varios retos para ganarse la confianza del Partido Demócrata y del presidente electo.
El primero es la cercanía de la oposición venezolana con los republicanos. Donald Trump fue el primero en reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela y apoyó muchas de las iniciativas de la oposición. Su apoyo estrechó un vínculo que le ayudó a ganar el estado de Florida. La financiación y el respaldo del gobierno de Trump ha sido agradecido en repetidas ocasiones por el embajador designado por Guaidó en Estados Unidos, Carlos Vecchio, y otros líderes de la oposición, quienes han participado en sus discursos públicos.
Trump ganó el condado de Miami-Dade por 200 mil votos más que hace cuatro años contra Hillary Clinton, impulsado por el sufragio de los cubanos, colombianos y venezolanos. Actualmente hay cerca de 200 mil venezolanos en Florida, de los cuales 50 mil están aptos para votar y representan el 0,5% de la población habilitada para sufragar en el estado.
Otro de los retos es la fragmentación de la oposición venezolana y la dificultad que esto representa para diseñar e implementar una estrategia sólida y unificada contra Nicolás Maduro. En este momento hay aproximadamente 27 grupos de oposición en Venezuela, con líderes como Henrique Capriles, que asegura que la “oposición no tiene un líder”.
“La división no es solo entre distintos sectores -minimalistas, el llamado G4, y máximalistas- sino también a lo interno de los partidos. Estos niveles de fragmentación le impiden tomar una decisión y ruta estratégica común”, sostuvo Maryhen Jiménez, doctora en Ciencia Política de la Universidad de Oxford.
Un tercer reto son las denuncias de corrupción en las filas de la oposición. Entre ellas, la que pesa sobre Humberto Calderón Berti, exdiplomático designado por Guaidó en Colombia, quien tras ser sacado del cargo dijo que se presentaron irregularidades en el manejo de los fondos destinados a la operación de ingreso de ayuda humanitaria de Estados Unidos y otros países hacia Venezuela el 23 de febrero de 2019. Según denunció, personal de la embajada detectó casos de «doble facturación» y agregó que las autoridades colombianas le entregaron documentos que mostraban cómo el dinero se usó en «prostitutas, alcohol y otros abusos”.
El año pasado también se conoció, a través del portal Armando.info, que diputados de diferentes partidos opositores, entre ellos Voluntad Popular y Primero Justicia, gestionaron cartas ante el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y la Fiscalía General de la Nación de Colombia recomendando a empresarios para que no los investigaran por supuesta corrupción en torno al sistema CLAP, un hecho que golpeó de manera significativa la credibilidad de la dirigencia opositora en su conjunto.
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Por: Alexander González
IG: @AlexGonzalezDigital