Yolcarvirg Marín salió de su casa en Mesa Cerrada, Timotes, estado Mérida, la noche del miércoles abordo de un Ford Fiesta, color negro, para llevar a la muchacha que le ayudaba en los quehaceres del hogar hasta su residencia.
La mayor de sus hijas, Isabella, de 3 años de edad, la acompañó. Había oscurecido y llovía parcialmente en la localidad, pero regresarían enseguida.
A las 8 de la noche, su esposo vio desde la ventana de la cocina que se aproximaban pero de repente escuchó un ruido extraño y el llamado a gritos de la infante abordo.
El tono en que la niña gritó – ¡Papá, papá! – lo alarmó. Corrió hacia afuera y fue testigo de la desgracia que desmembró su familia. Por motivos aún bajo investigación, la mujer perdió el control del vehículo y aunque el hombre se apresuró para alcanzarlo no pudo detenerlo, lo vio caer hacia el precipicio.
No podía rescatarlas solo, pidió ayuda. Cuando llegaron las autoridades y descendieron por el terreno las hallaron sin signos vitales. Sus cuerpos fueron remitidos al Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses (Senamecf) en Valera, estado Trujillo, para la autopsia de ley.
En las adyacencias de la morgue se congregaron amigos y parientes de la pareja, oriunda de Boconó, expresaron sus condolencias y acotaron que los restos de las víctimas serán velados en El Barzalito y el sepelio se efectuaría en el cementerio municipal de Boconó.
Mientras, en el lugar del siniestro, se desplegó una comisión de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) para sacar los restos del vehículo del precipicio y trasladarlo hasta su sede para las pesquisas.
Mujer dedicada
Yol, como la llamaban sus amigos, tenía dos años residenciada en Timotes, estado Mérida, junto a su esposo, y dividía su tiempo para atender a sus hijas y desempeñarse como gerente de Inversiones Akios C.A., empresa dedicada a la venta de víveres al mayor y detal.