París, 7 ene (EFE).- El presidente de Francia, Emmanuel Macron, defendió este viernes su polémicas palabras sobre los no vacunados, a quienes dijo querer hacerles la vida imposible, y subrayó que le correspondía dar la voz de alarma para hacer avanzar la situación.
«Creo que era mi responsabilidad dar un poco la voz de alarma, es lo que hice esta semana, para que las cosas puedan avanzar más rápidamente», dijo en una conferencia de prensa conjunta con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Macron desató una tormenta política en Francia después de afirmar el martes en una entrevista en el diario Le Parisien que tenía ganas de «fastidiar» o «joder» hasta el final a los no vacunados, según se traduzca el verbo «emmerder».
El presidente dijo ser consciente de que «expresiones que son coloquiales» hayan sorprendido, pero alegó que la verdadera fractura en el país está provocada por quienes «hacen un eslogan de una libertad que se convierte en una irresponsabilidad».
Este martes había avanzado ya que cuando la libertad de uno amenaza la del resto esa persona se convierte en un irresponsable y, en su opinión, «un irresponsable deja de ser ciudadano».
El jefe de Estado incidió este viernes en esas palabras alegando que «ser ciudadano implica tener derechos y deberes», pero que los deberes se anteponen a los derechos, y subrayó que la imposición de restricciones a quienes no están inmunizados es una estrategia extendida en Europa.
«Es un movimiento completamente europeo. La mayor parte de países ponen restricciones a la vida social diciendo que si no estás vacunado no tienes acceso a tal lugar o tal actividad», añadió desde el Elíseo.
Macron consideró que están obligados a hacerlo por quienes sí han hecho el esfuerzo de vacunarse y por quienes «se dejan llevar por discursos oscurantistas, de miedo, y no se protegen, cuando la ciencia, la investigación y la excelencia tecnológica europea sí lo permiten».
La visita de la presidenta de la Comisión Europea y del colegio de comisarios es tradicional al inicio de cada presidencia rotatoria de la Unión, que Francia asume desde el pasado 1 de enero hasta el 30 de junio.
Tras haber mantenido ayer una primera cena de trabajo en el Elíseo, esta tarde el colegio de comisarios se reunirá con miembros del Gobierno francés y con representantes de la Asamblea Nacional y el Senado galos.