Madrid, 22 may (EFE).- Luis Suárez. Los uruguayos siempre funcionan en el Atlético de Madrid. El aroma que dejó Diego Forlán y luego Diego Godín dejaron una impronta, un legado que sitúa al fútbol uruguayo en el granero ideal para triunfar en el Atlético de Madrid, que cimentó su título de campeón de Liga en España en un bloque de guerreros, donde Luis Suárez puso el glamour.
La dupla de Luis Suárez con el argentino Angel Correa resultó providencial. Correa remontó la adversidad con un punterazo. Un recurso del fútbol. Una alternativa que a menudo usa también Luis Suárez. Recursos del barrio, de chavales que salieron de inferiores con ganas de comerse el mundo.
Luis Suárez acabó emocionado su última aportación este sábado en Valladolid. Orgulloso puede estar de sus números. Estadísticas de crack. 21 goles que demuestran al planeta fútbol, que también sabe buscarse la vida sin Leo Messi, su amigo y ‘hermano’ que le dio lustre en el FC Barcelona.
Los nueves de verdad manejan infinidad de registros. El primero, ser ambidiestro. Luis golpea igual con derecha que de izquierda y uno duda cuál es su pierna buena. Hoy enganchó un control del balón a la contra que acabó con un disparo de zurda seco que le sirvió al Atlético de Madrid para dar alegría a una afición, que olvidó la pandemia para ser feliz durante un domingo inolvidable.
Necesitaba este título el Atlético para seguir creciendo. Su entrenador, Diego Simeone siempre tiene un reto: Despertar el talento en la adversidad. Simeone ha inventado un jugador polivalente como Marcos Llorente, el jugador revelación de la temporada. Y ha dado un nuevo status de figura a Angel Correa, que desde el uno contra uno limpia rivales, adquirió confianza en los días clave y ha acabado driblando con alegría cuando la tensión rodeaba al equipo.
El Atlético de Madrid ganó una Liga al Real Madrid y al FC Barcelona, intratables imperios económicos en la última década. El título además pone en valor a una nueva plantilla que necesitaba levantar un título para comenzar a ser leyendas como lo fue el equipo de Juanfran, Godín, Filipe, Gabi, Fernando Torres y David Villa. Se asoman ya futbolistas de fuste, con energía y poderío como Savic, enorme todo el año; Trippier y Lodi, fiables; Carrasco, sorpresa emergente; Lemar, recuperado para la causa Simeone y en la lista de Deschamps con Francia en la Eurocopa; más el liderazgo de Oblak y Koke, que dan poderío al equipo.
Si el uno y el 9 funcionan hay siempre medio trabajo hecho. Oblak y Luis Suárez picaron piedra y pusieron su talento al servicio de un Atlético de Madrid, que mereció este título labrado a golpe de cincel, de sufrimiento y una resiliencia digna de un campeón. Luis Suárez puso la guinda. El nombre y el apellido, como apunta Simeone, lo dice todo. Puro fútbol.