Por Ivanna Laura Ordoñez
Caracas. La COVID-19 parece ser historia, pero en realidad es pasado reciente. El 13 de marzo de 2020 esta enfermedad, consecuencia de una infección por el virus SARS-CoV-2, apareció en Venezuela. Su llegada obligó a implementar un confinamiento prolongado. Este lunes se cumplirán tres años de estos hechos.
Sin embargo, “la pandemia todavía no ha terminado”, alertó Jarbas Barbosa, director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), durante la más reciente conferencia de prensa de la OPS a propósito de los tres años de la pandemia.
En el caso de Venezuela, el anuncio de los primeros dos contagios lo dio la vicepresidenta Delcy Rodríguez. En ese momento también informó sobre la suspensión de clases en todos los niveles (a partir del lunes 16 de marzo) y el uso obligatorio de mascarilla dentro de las instalaciones del Metro de Caracas.
Datos de la COVID-19
Hasta el 8 de marzo de este año, América Latina registró 190.695.286 casos acumulados. Con reportes diarios de unos 9322 contagios y más de 2.934.450 personas fallecidas por causas relacionadas con la COVID-19.
De esos casos, Venezuela acumula unos 552.157 en una población de más de 28 millones de habitantes, según cifras oficiales. Este es el número más bajo de América del Sur.
Paraguay, por ejemplo, un país con una población de aproximadamente 6 millones, tiene un número de 735.709 casos acumulados.
Cómo está Venezuela tres años después
En Venezuela los datos sobre la incidencia del virus provienen de la Comisión Presidencial para el Control y la Prevención de la COVID-19, la cual ha centralizado las estadísticas relacionadas con la pandemia.
Con respecto al número de casos, en lo que va de marzo de 2023 el Gobierno ha admitido un promedio de 24,86 infectados diarios. Hay que recordar que la capacidad de diagnóstico en Venezuela ha sido limitada desde el principio de la pandemia.
Patricia Valenzuela, infectóloga y vicepresidenta de la Sociedad Venezolana de Infectología, aclaró que el monitoreo no oficial de esta enfermedad también refleja que, realmente, hay un número bajo de casos en el país.
No tenemos la certeza de los reportes de las autoridades sanitarias. El subregistro en este tipo de procesos siempre persiste. A partir de hace una o dos semanas la transmisión disminuyó un poco, pero sigue habiendo casos. Hasta hace dos semanas, aproximadamente, la sumatoria semanal de casos en el mundo era de un millón de casos”.
La cobertura de vacunación, de acuerdo con datos de la OPS, se mantiene en 49,8 % de la población con un esquema completo de inmunización. Esto evidencia el número de personas que recibieron la última dosis recomendadas de cualquier vacuna (incluidos los refuerzos). Aún hay cierta cantidad de personas (más de 600.000) que se mantienen solo con dos dosis.
Otros datos
Un dato importante a tomar en cuenta es que el año en que hubo mayor número de casos fue 2022. Eso significa de que el virus se hizo más efectivo en su transmisión y más contagioso con el pasar del tiempo.
Durante 2022 la administración de vacunas alcanzó 4000 millones de dosis aplicadas, pero ese mismo año se inoculó a menos personas que en 2021.
Los laboratorios privados son la mayor opción de diagnóstico en el país. El costo de una prueba PCR es en promedio de 80 a 100 dólares. Mientras que dentro de la salud pública ha sido limitado el diagnóstico y no hay un directorio preciso de donde se hacen las pruebas. Testimonios apuntan que un día puede haber pruebas en algún centro de salud y al otro no.
No hay datos oficiales sobre la capacidad de procesamiento de diagnósticos en Venezuela con respecto a la COVID-19. Al principio de la pandemia, por ejemplo, para procesar pruebas solo estaba habilitado el laboratorio del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel.
Otra referencia en comparación con Venezuela es Perú. Según datos gubernamentales, hasta 2022 ese país contaba con 58 laboratorios públicos, seis laboratorios de universidades y 60 laboratorios privados con capacidad para la detección molecular de SARS-CoV-2. Este tipo de datos no están precisados en Venezuela.
Otro dato que evidencia el subregistro en Venezuela: la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó unas 22.325 muertes asociadas a la COVID-19 en el país hasta diciembre de 2021. Para esa fecha, las cifras de la administración de Maduro solo admitieron 5328 muertes acumuladas.
Lo que mantiene la OMS
A principios de año, el Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional emitió un informe en el que recordó que la pandemia sigue siendo una emergencia pública de importancia internacional.
La OMS reconoce “la fatiga pandémica”, la cual se refleja en la reducción drástica de medidas de prevención desde hace aproximadamente un año. Uno de los primeros cambios se observó en cómo poco a poco se redujo el uso de la mascarilla en espacios públicos y cerrados.
A pesar de esto, la OMS recuerda que la COVID-19 aún representa un riesgo significativo para el padecimiento de problemas cardiovasculares, neurológicos, respiratorios, y metabólicos posterior a la infección.
Algunas de las recomendaciones que mantiene la OMS a sus estados miembros son:
- Centrarse en la vacunación y los refuerzos
- Mejorar la notificación de datos a la OMS/OPS
- Aumentar la utilización y la disponibilidad a largo plazo de vacunas, medios de diagnóstico y terapéuticos contra la COVID-19
- Prepararse para futuros brotes
- Mantener el diagnóstico
Valenzuela explicó que es entendible que los ciudadanos, no solo en Venezuela, estén cansados de las exigencias de la pandemia.
Ha sido un fenómeno dinámico donde va cambiando la información porque vamos entendiendo y descubriendo a través del desarrollo y la investigación científica las características del virus como es la transmisión, todo lo relacionado con vacunas y tratamiento y las prácticas de las medidas de prevención”.
Las prácticas que se recomienda mantener:
- Insistir en el uso de la mascarilla: hay lugares emblemáticos en los que hay que mantener el uso la mascarilla, como por ejemplo, el transporte público, en sitios con grandes aglomeraciones en las que no se pueda guardar distancia (aún siendo al aire libre).
- El lavado de manos: siempre ha sido una de las medidas costoefectivas de mayor importancia en el mundo y que se debe mantener porque no solo previene la COVID-19, sino otras enfermedades infecciosas.
- Hacer el llamado a no olvidar que hay que completar el esquema de vacunación: en Venezuela todavía existe una brecha importante entre las personas que no están vacunadas o que tienen un esquema de vacunación incompleto.
- La ventilación es importante: es una práctica que hay que mantener en la actualidad. Eso conlleva abrir las puertas y ventanas, si es posible, para que haya un recambio del aire dentro de la habitación, salón u oficina.
Estas son medidas sencillas con matices no tan estrictos. Recordemos que cada vez que en el mundo se hizo el intento de quitar o retirar la obligatoriedad del uso de la mascarilla emergió una variante nueva y más contagiosa”, añadió Valenzuela.
Fuente: Crónica Uno
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