Lucio Augusto Viloria, el maestro / Por Oswaldo Manrique

Sentido de Historia

Para 1907, los portenses recibieron con gran alegría, la apertura de la primera escuela de primeras letras, en el área urbana de La Puerta, esfuerzo de un hombre preocupado por la formación cultural y la educación, se le conoció como don Lucio, fue su director y dio impulso a este plantel sin ayuda del gobierno.

Su nombre completo: Lucio Augusto Viloria, nació en un pueblo serrano del estado Trujillo, en el año 1859, lo que significa que le tocó vivir el tiempo violento de los caudillos trujillanos, pero a pesar de su férrea estampa, fue un hombre de serenidad ilustrada, con esa virtud dialogante, acompañada de muy buen humor. En los primeros años del siglo XX, forma parte del grupo de hombres y mujeres, que realizan el nuevo poblamiento de La Puerta, tras el destierro violento de los indígenas Bomboyes.

Su porte de hombre educado, atento, bondadoso, solidario, de conversación fraterna y sabia, como lo describió Rafael José Abreu, en su cronicario, «su afán por aprender y de su interés por las veladas de lectura abierta de los clásicos, entre ellos, Los Miserables de Víctor Hugo y Valle Negro de Hugo Wast»; al morir, entre sus tesoros, más preciados se encontraron ejemplares de la «revista El Cojo Ilustrado, de impecable impresión y contenido, editada en Caracas»; Don Lucio, se hizo familiar a los antiguos portenses, cuando en la pequeña área urbana, apenas habían unas doce casas, la mayoría de paredes de tapia y techos de tablones y fajina, que proveían los cañaverales.

Lucio Viloria, es un personaje que se distingue por sus labores de agricultor, comerciante y también por su vocación como educador y su marcada espiritualidad y práctica católica; en su diario, se encontraron apuntes del acontecer y cotidianidad del pueblo y anotaciones sobre la construcción de la Capilla del Calvario o de la Santa Cruz de la Misión, de la que fue entusiasta promotor, y donde se llevaba cada Viernes Santo, el Santo Sepulcro, en procesión.

Quizás del ambiente hogareño, iluminado por sus padres, le provino el sentido amor por la educación, por el estudio de la historia y por las tradiciones y cultura andina. Por aquel tiempo lleva adelante iniciativas para el desarrollo de la naciente comunidad, fundó la primera escuela del pueblo, organizó junto al legendario coronel Américo Burelli, las tradicionales festividades de enero de 1909, dedicadas al patrono San Pablo Apóstol y a la Virgen de la Paz, igual las tributarias a San Isidro, patrono de los agricultores.

Casado con Elba Abreu de Viloria, vivieron en una casa ubicada en la avenida Bolívar, antes Calle Real de La Puerta, donde fomentaron familia. Fue esta residencia de los Viloria, centro de veladas culturales, lectura de textos de la literatura universal, declamación de poemas, organizan presentaciones dramáticas, musicales, en fin, se fue constituyendo como un punto de la cultura para los portenses.

Lucio Augusto, era pariente de la destacada educadora Carmen Delia Viloria, quien dejó huella en la comunidad de La Lagunita, por sus enseñanzas y virtudes morales y sociales, en tributo a ella, la escuela de ese lugar lleva su nombre.

Por vía de sus evidentes conocimientos en diferentes disciplinas, incluyendo la política, el maestro Viloria llegó a figurar en la administración pública municipal; no fue el típico hombre audaz y trepador que se aprovechaba de la desinformación y el analfabetismo de aquella época, sino lo contrario, sin proponérselo por su dedicación a la escuela, a la cultura, a su actividad religiosa, y a los valores familiares y comunitarios, se hizo acreedor a los honores de la figuración pública. Así lo vemos como presidente de la junta comunal. En 1909, junto con el coronel Américo Burelli García, llevaba las riendas del gobierno y los asuntos municipales.

A mediados de 1935, su agotado cuerpo comienza a dar señales de estar afectado de enfermedad, la que fue tratada por los médicos, pero que no pudo superar. Murió el 28 de enero de 1938, su partida de defunción, reza lo siguiente:
«N°3.- Ramón Briceño Araujo, primera autoridad civil del Municipio La Puerta, hace constar que hoy día veintinueve del mes de enero de mil novecientos treinta y ocho, se presentó a mi Despacho, el ciudadano José Antonio González, mayor de edad i vecino de este Municipio i expuso que anoche a las diez posmeridien falleció en esta población, Avenida Bolívar Casa N° … el Lucio Augusto Viloria de setenta i nueve años de edad, casado, comerciante i vecino de este Municipio, que al tiempo de su muerte estaba casado con Elba Abreu de Viloria i según las noticias adquiridas aparece que el fallecido estuvo enfermo por más o menos tres años, bajo asistencia médica i que su muerte fue ocasionada por enfermedad mal definida. Los testigos presenciales del acto fueron: Pedro Manuel Rangel i Rafael Asuaje Rivas, mayores de edad i de este domicilio. Leída como le fue la presente acta al presentante i testigos manifestaron estar conformes i no firman por no saber. El Jefe Civil (Fdo.) Ramón Briceño. El Secretario (Fdo.) José Antonio González» (Defunciones año 1938. Unidad de Registro Civil de la parroquia La Puerta).

Buen padre de familia, educador, autodidacta, justo y prominente funcionario municipal, Don Lucio sigue vivo en el recuerdo de los hijos y descendientes de sus coetáneos paisanos, tanto por aquellas virtudes legadas como educador, que inculcó valores y principios morales, como por su condición de esforzado constructor de pueblo y fiel exponente de la tierra serrana.

 

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