Ganar: tarde o temprano, espero que sea más temprano que tarde, los venezolanos tendremos que resolver nuestra crisis de más de veinte años, en las urnas electorales. Cuando llegue ese día tenemos que conjugar el primer verbo: ganar.
Se dice fácil, pero no lo es. Para ganar es indispensable construir una plataforma de unidad. Con un candidato, un programa, una organización, una mística que logre el apoyo de una mayoría contundente.
No basta que todas las encuestas digan que el gobierno apenas tiene el 20% de la votación. Si el 80% que se dice opositor no está unido alrededor de una plataforma unitaria. Ese 80% puede perder frente al 20%. Especialmente si, como ocurrió en el año 2018, los ciudadanos no están motivados para votar.
Entre la abstención y la división el 80% puede perder frente al 20%. Para ganar hay que construir una plataforma de unidad con un candidato, con un programa, con una organización y con una estrategia de unidad.
El segundo verbo es: cobrar. Tampoco es fácil. No basta con ganar esas elecciones que indefectiblemente vendrán en un futuro próximo, es necesario proceder con inteligencia y con amplitud para poder hacer efectivo el triunfo. Hay ejemplos de países que tuvieron que hacer inmensos sacrificios para poder asegurar una transición pacífica y con éxito.
Basta con recordar el caso de Chile, en donde los demócratas, con un pañuelo en la nariz, tuvieron que soportar que el dictador permaneciera como comandante de la Fuerza Armada y como senador de la república.
El sacrificio fue grande, pero el éxito fue absoluto. Si amenazamos constantemente a quienes detentan el poder con una “braga anaranjada” en una cárcel norteamericana a los que tienen en sus manos el poder, haremos más difícil conjugar el segundo verbo: cobrar.
Jóvito Villalba ganó clamorosamente las elecciones en 1952. Pero no pudo cobrar. Se prepararon para ganar pero no para cobrar. Hoy en Venezuela tenemos que tener muy presentes los tres verbos: ganar, cobrar y gobernar.
Supongamos que la Alternativa Democrática en Venezuela logra ganar y cobrar. Todavía nos falta considerar el tercer verbo: gobernar.
Después de ganar y de cobrar hay que gobernar. La primera condición para poder gobernar con éxito es asegurar que prevalezca un clima de unidad, de reconciliación y de armonía. Con un país enguerrillado se dificulta enormemente la tarea de gobernar.
Asumir el gobierno en Venezuela, en las actuales circunstancias, es una tarea extremadamente exigente y complicada. Por eso, conviene trabajar por crear un ambiente que facilite la gestión y que permita la gobernabilidad del país.
Ojalá tengamos talento y éxito para conjugar los tres verbos: ganar, cobrar y gobernar.
Seguiremos conversando.