Kabul, 14 ene (EFE).- El Gobierno de los talibanes aseguró este sábado que las restricciones impuestas sobre las mujeres en cuanto a la educación, trabajo, y el libre movimiento, son necesarias para moldear la realidad del país dentro de las normas de la ley islámica o sharia.
«El Emirato Islámico trata de regular todos los asuntos a la luz de la sharia islámica. Por su sentido de responsabilidad hacia su religión y su pueblo, no podemos permitir acciones ilegales en el país”, dijo en un comunicado el principal portavoz del Gobierno fundamentalista, Zabiullah Mujahid.
La declaración del portavoz llega un día después de la reunión a puerta cerrada del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la rígidas prohibiciones sobre las mujeres y niñas de Afganistán.
En un comunicado conjunto firmado por once de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, los representantes instaron a los talibanes a revertir de inmediato todas las medidas opresivas contra las mujeres y las niñas, adherirse a sus compromisos establecidos por Naciones Unidas.
«Las organizaciones internacionales y los países deben comprender nuestro país y los deseos religiosos de nuestra nación de que las cuestiones humanitarias no se vinculen con las cuestiones políticas», defendió Mujahid.
Aun así “estamos listos para cooperar con los países en todas las áreas de acuerdo con los principios y valores religiosos del país”, añadió.
Desde la caída de Kabul en agosto de 2021 las mujeres han experimentado un deterioro en sus derechos con restricciones como la segregación por sexos en lugares públicos, la imposición del velo o la obligación de ir acompañadas por un familiar masculino en trayectos largos.
Una realidad que se asemeja cada vez más a la época del primer régimen fundamentalista entre 1996 y 2001, cuando, según una rígida interpretación del islam y su estricto código social conocido como pastunwali, prohibieron la asistencia femenina a las escuelas y recluyeron a las mujeres en el hogar.
Consultado por EFE, el erudito islámico Malavi Mohammad Amin, sostuvo que prohibir a las adolescentes la educación, las universidades y el trabajo no es un valor islámico, ni tampoco parte de la cultura afgana.
«Tengo que decir que los afganos eran y son musulmanes y ya estaban haciendo lo que dice el islam. En caso de alguna desviación, sólo algunas pequeñas reformas de pocos días eran necesarias, no estas larga prohibiciones”, concluyó.
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