Ginebra, 14 ago (EFE).- Recicladores de distintas regiones del mundo pidieron este jueves reconocimiento al rol clave que juegan en la lucha contra la contaminación de plásticos, en el marco de las negociaciones internacionales que hoy llegan a su punto final en Ginebra y en las que sus representantes han podido participar como observadores.
Estos trabajadores aclararon cualquier confusión al señalar que ellos no quieren que haya más desechos plásticos para tener más trabajo, sino que abogan por una reducción de la producción porque así aumentará la demanda para su reciclaje y reutilización.
Como parte de la delegación de la Alianza Internacional de Recicladores, que representa a medio millón de personas dedicadas a esta actividad en 34 países, la presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores de Chile, Soledad Mella, dijo que vino a defender en Ginebra «el derecho al trabajo, a ser reconocidos y a tener voz propia».
«No sabemos qué va a pasar con este tratado, si va a ser bueno o malo, pero sabemos que saliendo de aquí volveremos a nuestros países y una vez más, tomaremos el saco, la bolsa, y saldremos a recoger lo que muchos tiran a basura. Somos la última frontera para parar la contaminación por plásticos», declaró en una conferencia de prensa organizada al margen de las negociaciones.
Dio también las gracias a «países generosos» y a «aliados» que les han ayudado a ser parte activa en este proceso diplomático, con el que se pretende reducir la contaminación de plástico, a través de nuevas medidas para limitar la producción y repensar el uso y el reciclaje de los plásticos, y que la gran mayoría de países quieren que sean de cumplimiento obligatorio.
Las estimaciones señalan que los trabajadores del reciclaje recogen el 60 % de todo el plástico que se recicla en el mundo, evitando así que termine en rellenos sanitarios que contaminan los suelos, en la naturaleza o en los océanos.
En el mismo evento, la representante del Sindicato de Recicladores de Bangladés, Kulsum Begum, recordó que en el mundo hay cerca de 40 millones de recicladores y que estos no solo están en los países menos desarrollados, sino en todos los países del mundo, incluidos de economías avanzadas.
Begum reclamó que el tratado imponga medidas obligatorias porque anticipó que, de no ser así, los gobiernos no las cumplirán.
Los trabajadores del reciclaje reclaman una transición justa de una producción descontrolada e insostenible de plásticos -que de no hacerse nada será en 2060 tres veces mayor que en la actualidad- a una producción sostenible, lo que implica mejorar sus condiciones de trabajo, contar con las maquinarias necesarias y que los vertederos solo se cierren si se garantiza el derecho al trabajo.
El presidente del Sindicato de Recicladores de Brasil, Severino Lima, aclaró: «Los recicladores no queremos ser empleados de la industria (de plástico), sino mantener nuestro modo de organización en cooperativas, asociaciones o empresas sociales; lo que queremos es un trabajo digno y seguir siendo autónomos».
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