Los pensionados en Trujillo capital están pasando las de Caín

El Banco Bicentenario de Trujillo, se ha convertido en el peor karma de los trujillanos.

Desde el martes las aceras donde están ubicadas las entidades bancarias, volvieron a convertirse en asientos públicos para los pensionados que vienen de tierras lejanas y cercanas a buscar su dinero. Pasan las de Caín, y a pesar de nuevas medidas no es que se le ve mucho el queso a la tostada

 

Muchas expectativas generaron la nueva modalidad del pago de pensiones por el terminal de la cédula de cada uno de los beneficiarios, tres días, fueron planificados; de ayer y hasta hoy, pero las cosas en algunas entidades bancarias no resultaron como muchos esperaban que fuera, la eficiencia, la buena atención y sobre todo evitar el sacrificio.

En la ciudad capital pocas fueron las entidades que no colapsaron, el BCV, afortunadamente para quienes les correspondió cobrar corrieron con suerte porque tanto el lunes como el martes el proceso de pago se efectuó con agilidad, los pensionados aunque siempre madrugan para agarrar agua fresca, en el Banco de Venezuela a las 8:30 o un poco más ya estaban con su dinero completo en su poder.

Incluso con quienes conversamos dijeron que fue muy rápido y fluido, incluso hasta sillas y un toldo para protegerlos del sol les colocaron, “¡Gracias a Dios!” dijeron, porque el Banco de Venezuela honró a los pensionados.

De igual forma pasó con algunos bancos privados, donde no hay mucha demanda de pensionados y pasaron muy rápido, caso del Banco del Sur y Provincial, pero, hubo otros que colapsaron, y que lejos de dar una buena impresión de esta nueva modalidad de pago fueron defraudados, y lo peor es que llegaron a sus casas con las manos vacías después de tantas horas de espera, casos específicos, el Banco Bicentenario.

La gente pide a gritos que Sudeban haga algo con este banco donde la atención a los pensionados es pésima, el espacio es insuficiente y es el lugar donde los pensionados y pensionadas viven la mayor humillación, y conforme pasan los días es peor. El grito en una sola voz es que el banco sea reubicado con un lugar más amplio y digno de los pensionados y clientela trujillana.

Por otra parte los clientes de Banesco manifestaron su inconformidad porque tardaron mucho tiempo para pasar, sin embargo, se observó y se conoció que sólo hay tres cajeros y dos fueron destinados a la atención de los pensionados, mientras que uno solo para el resto de los clientes que no pueden dejar de atender, aunque exista una orden de trato preferencial para los pensionados.

 


Para unos fue bueno, para otros no tanto

Mientras tanto las opiniones en la ciudad capital estuvieron encontradas porque para algunos pensionados la modalidad por número de cédula dio resultado mientras que para otros no, todo depende de la experiencia que le toque vivir al beneficiario, a grandes rasgos se observó que el alboroto y las colas no disminuyeron aún con la nueva modalidad. Habrá que esperar que se habitúen tanto los trabajadores de los bancos como los pensionados a este nuevo método de trabajo.


 

Hablan los pensionados

Carmen Venegas: “el proceso ha sido de maravilla, estoy muy contenta, hasta me quedó tiempo para echar cuentos, en el Banco de Venezuela nos atendieron muy bien, faltó fue el café. Ojalá que esto continúe así”.

María Rosario: “llegué a las 7 de la mañana y a un cuarto para las 8 ya había cobrado, yo cobré en Banesco y el proceso de las cédulas ha funcionado”.

ésar Lozada: “vine a cobrar ayer martes y fue muy rápido, hice mi cola por el número y fue exitoso, antes había mucha gente y ahorita es más rápido, pero hay que analizar el tratamiento que tiene la ciudad con los bancos, eso colapsa, muchos usuarios y poca inversión para atención al público”.

Carlos Cuevas: “llegué a las 6:00 am (martes) y me tocó bastante lejos del banco y a las 11 no había pasado y aún me falta, la cola muy lenta en Banesco y por número de cédula no me parece, no le veo resultado”.

Hugo Vásquez: “llegué a las 6:30 am y unos amigos me hicieron la cola porque soy discapacitado de una pierna y salí un momento, y al volver no me dejaron entrar, me sacaron de la cola y ahora estoy de último, no veo que esto funcione mucho en el Banesco, muy pocos cajeros”.

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