• Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina
domingo, 28 septiembre 2025
Diario de Los Andes
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Inicio
  • Actualidad
    • Entretenimiento
    • Bienestar
  • Deportes
  • Economía
  • Mundo
  • Opinión
    • Sentido de Historia
  • Política
  • Sucesos
  • Trujillo
    • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Revista Andina
No Resultados
Ver todos los resultados
Diario de Los Andes

No Resultados
Ver todos los resultados
Inicio Opinión

Los Panchito Mandefuá

La octava colina

por Redacción Web
17/05/2019
Reading Time: 3 mins read
Compartir en FacebookCompartir en TwitterComparteComparte

Segundo Peña Peña

 

Lea también

Navidad, tiempo de encuentro y  reconciliación | Por: Antonio Pérez Esclarín

Pedagogía crítica | Por: Antonio Pérez Esclarín

28/09/2025
VERICUETOS POLÍTICOS |  ¡MARIA CORINA AVANZANDO!  |   Luis Aranguren Rivas. 

Réquiem para Fernando Delfino | Por: Carolina Jaimes Branger

28/09/2025
Liderazgo Micelial: Tejiendo el Futuro de las Organizaciones con Conexiones Genuinas  | Por: Mauricio Parilli

Liderazgo Micelial: Tejiendo el Futuro de las Organizaciones con Conexiones Genuinas | Por: Mauricio Parilli

27/09/2025
Consultorio para el Alma |   ¡Sujétalos fuerte, mientras los dejas ir!

Consultorio para el Alma |  Alegría es Escuchar la Voz del Señor | Por: José Rojas

27/09/2025

En la literatura venezolana, solamente una obra del autor valenciano José Rafael Pocaterra (1889-1955) refleja realmente la desgracia vivida por los niños en situación de calle y ésta no es otra que “Cuentos Grotescos” (1922), donde en uno de sus capítulos, “De cómo Panchito Mandefuá soñó con el Niño Jesús”, narra la tragedia de un niño que se convirtió en icono del infortunio de la infancia abandonada en nuestro país. Basta un breve extracto para sopesar esta dura realidad: “…nacido de cualquiera con cualquiera… a los nueve años de edad, abriose a correr un buen día calle abajo, calle arriba… y aunque se convirtió en vendedor de billetes de lotería y limpiabotas, fue un pilluelo, producto del frío y el hambre que rodea por todas partes en la soledad de las calles… demostró que tenía arrestos de generosidad, pues luego de sacar de un aprieto a una niña pobre como él, murió arrollado por un carro un 24 de diciembre y así fue como aquel chico desaliñado voló a cenar esa Navidad con el Niño Jesús…” Tenga visos de ficción o verosimilitud, este drama narrado con tanta crudeza, representa el día a día de un alarmante porcentaje de los niños venezolanos. Algún poeta dijo, “Los niños hasta los ocho años son un papel en blanco y al encontrarse desasistidos en la calle, entran en el mundo del pánico, la carencia y la frustración, y por esta razón, en la mendicidad y la delincuencia”. En nuestro país, largo período hace que el Instituto Nacional de Estadísticas no informa al respecto, pero los organismos internacionales dan cuenta que Venezuela tiene 11 millones de jóvenes entre 0 y 19 años de edad, con una proporción inquietante de niños marginados por la exclusión social. ¿Cuántos estarán en Valera? Tan solo pongo un ejemplo. La noche del 3 de mayo del presente año, mi hijo y yo, salimos a llevar una pareja visitante de nuestro hogar. Eran las diez de la noche y la señora nos pidió el favor de detenernos en una farmacia. En la espera, se presentaron tres niños de muy corta edad, dos hembras y un varón. De carita sucia y vestido ruinoso, se dirigieron a mi hijo: -tenemos hambre-
dijo el varón. Obvio que los auxiliamos y luego, expresando un Dios se lo pague con una triste sonrisa, continuaron su camino. Yo, me quedé mascullando mi impotencia y pesar. En esta ciudad, basta recorrer el centro para presenciar a diario un significativo número de niños mendigando. Son niños sin nombre, X o Y, víctimas de sus propios padres, ya que provienen de hogares disfuncionales que han tenido que abandonar por violencia familiar, drogadicción o alcoholismo de su grupo, o carencia de la asistencia básica (llámese alimentación, educación y amor). En esta insolente adversidad, la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (2007) es letra muerta. De igual manera, una sociedad inconmovible e insensata, amén de los entes oficiales que aún pregonan aquella arenga de pacotilla de Chávez, “En mi gobierno no existirá un niño en la calle”. He abordado esta inhumana situación que tiene trazas de calamidad de postguerra, en las redes sociales hasta la saciedad, bajo el título de “Niños de la calle con hambre en Valera”, pero hasta ahora, a nadie le preocupan estos niños sin hogar, desnutridos, analfabetas y sin destino. Y como corolario, materia prima para la prostitución y el tráfico de menores. Dolor y esperanza, van de la mano.

 

Tags: OpiniónSegundo Peña PeñaTrujillo
Siguiente
Tres detenidos por causar dos muertes en hechos del 29-A

Tres detenidos por causar dos muertes en hechos del 29-A

Publicidad

Última hora

Pedagogía crítica | Por: Antonio Pérez Esclarín

Réquiem para Fernando Delfino | Por: Carolina Jaimes Branger

Trujillo | Alcaldía de Sucre reactivó servicio de agua potable en el Km 23 de la parroquia Junín

UVM inicia ciclos de diálogos con sectores de la Sociedad Civil

Realizan acercamiento al lenguaje de señas en el Asic Boconó 

Publicidad

Diario de Los Andes

Ediciones

  • Trujillo
  • Táchira
  • Mérida
  • Andes Legales
  • Revista Andina

Síguenos

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In
No Resultados
Ver todos los resultados
  • Trujillo
  • Boconó
  • Táchira
  • Mérida
  • Inicio
  • Actualidad
  • Entretenimiento
  • Bienestar
  • Política
  • Deportes
  • Sucesos
  • Mundo
  • Opinión
  • Sentido de historia
  • Economía
  • Revista Andina
  • Andes Legales