Jerusalén, 8 ago (EFE).- Los muertos por desnutrición en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023 superaron los 200, según informó el Ministerio de Sanidad del enclave, que los sitúa en 201 después de los últimos cuatro reportados este jueves, dos de ellos niños.
En su boletín diario de fallecidos publicado este viernes, que se refiere a los registros del día anterior, Sanidad informa de que casi la mitad de los fallecidos por desnutrición (98) son niños.
La Franja de Gaza se encuentra en una situación que roza la hambruna tras casi dos años desde que comenzó la ofensiva israelí, que siguió a los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 que dejaron 1.200 muertos.
La mayoría de las muertes por falta de alimento se han producido en las últimas semanas, después de meses de bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria por parte de Israel, que controla todos los accesos al territorio.
Entre el 2 de marzo y el 19 de mayo el bloqueo fue total, mientras que el flujo de ayuda es ahora muy limitado e insuficiente, denuncian las organizaciones humanitarias.
Las agencias de la ONU advirtieron recientemente de que Gaza enfrenta un grave riesgo de hambruna: más de uno de cada tres habitantes pasa días sin comer, y el resto de indicadores de nutrición han alcanzado sus peores niveles desde que comenzó el conflicto.
Ante esta situación y la creciente presión internacional, las autoridades israelíes anunciaron a finales de julio «pausas humanitarias» de los combates en algunas rutas para permitir a los camiones con ayuda que entran al enclave distribuir la carga, aunque la mayor parte acaban siendo saqueados por la población y las bandas.
Según las organizaciones humanitarias, deberían entrar un mínimo de 500 camiones diarios en la Franja. De acuerdo a datos oficiales israelíes, en junio entraban entre 50 y 100 diarios y desde que Israel anunció las pausas están entrando alrededor de 200 diarios.
De acuerdo con Sanidad gazatí, más de 60.000 personas han muerto en el enclave palestino desde octubre de 2023, en una situación denunciada como genocidio por países como Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), una calificación que también han usado organizaciones internacionales e israelíes de derechos humanos.
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