Los educadores presentes en el desarrollo de Valera / Por Jesús Matheus Linares

Sentido de Historia

 

En nuestra ciudad, siempre de niños recordamos a los personajes que formaron parte de esa historia local, que nos ayudó a crecer y convertirnos en hombres de bien. Siempre recuerdo los personajes que servían de referente, en cada una de sus actividades. Los había comerciantes, trabajadores, panaderos, farmaceutas, maestros, conductores, jardineros, caleteros, deportistas, religiosos y hasta militares. Todo una conglomerado social entorno a una urbe, dinámica y progresista.

En el colegio teníamos a nuestro primer referente que eran las maestras, que desde las aulas de clase, nos enseñaban las primeras letras, los conocimientos de historia de Venezuela y de la historia universal, como la maestra “Chepita” Barrios, Aura Rulo, la maestra Umbría, Vicenta Jerez, entre otras, que nos ayudaron a forjar el temple y espíritu de valerano hoy día.

Cuando empezamos a conocer la ciudad, empezaron a aparecer personajes como el señor Pulido, que trabajaba en tránsito, siempre vestía de impecable ropa blanca con su sombrero tipo panameño, o el inefable Manuelito, al que nunca pude conocerlo su apellido, pero que siempre me daba “la cola” en su bicicleta de reparto hasta la Escuela Nuestra Señora de La Candelaria, y luego dedicarse a repartir el pan de La Vencedora, en cada uno de los expendios repartidos en la ciudad de la 7 colinas.

Había un personaje que trabaja en la Sanidad, llamado Malabar, creo que era de apellido Lozada. Era el portero de » la Sanidad”. Se había ganado una fama entre los párvulos de la época por ser el encargado de hacernos tomar el aceite castor para los parásitos. Además, a uno lo llevaban a la Sanidad para vacunarnos.

También por allá en 1966, otro hombre venido de la península  itálica al estado Trujillo, don Casimiro De Micheli, no sólo impulsaba un emporio industrial con la crema de arroz Kel, en Campo Alegre, sino que también soñó e hizo realidad una pista de carrera para los valeranos, como una añoranza de Monza,  cuando  inauguró la pista de Karting,  en el mismísimo  Campo Alegre, en  Carvajal.

También en Carvajal, cerca de la Cantarrana había hasta un cine y el aeropuerto local nos comunicaba con el resto del país, especialmente con Maiquetía y Barquisimeto, y en algunas ocasiones con Mérida. Éramos una importante plaza comercial para el transporte aéreo, estaban Aeropostal y Avensa.

En Valera teníamos al  siempre recordado Giuseppe Tosco, quien era el propietario de la Heladería Roma, en plena avenida 10, al lado de Radio Valera. Allí una visita nos reconfortaba con los sabrosos helados de tutifruti, ron pasas, mantecado, fresa o chocolate, los había para todos los gustos.

Supimos  a través de una fotografía dedicada por Libertad Lamarque al periodista Alejandro Azuaje en el año 1955, con motivo de su visita a la ciudad de Trujillo, el periodista para la época laboraba para Radio Trujillo, ese dato nos reveló que  la diva argentina, estrella del cine mexicano también estuvo en Valera, en la inauguración del Teatro Libertad.

Pero también Valera ha sido cuna de grandes beisbolistas, gracias al siempre recordado Mariano Quintero, un gran ciudadano, compañero de trabajo, de softball y de “las birras”, para quienes le conocieron. Dejó un legado inolvidable como pelotero y luego como entrenador deportivo, sobre todo en el béisbol menor, donde encargó de enseñar la “pelota caliente”.

Carlos Peña recuerda que “el profesor Mariano fue el primer entrenador en llevarme a un campeonato nacional de béisbol, en esa ocasión se trató del Campeonato Nacional de Béisbol infantil en Mérida, allá por el año de 1980”.

Este próximo 15 de enero quiero brindar un homenaje a los maestros locales. El profesor Reyes de Jesús Butrón nos recordó que “este 15 de enero cumpliría la Federación Venezolana de Maestros 86 años. Ocasión propicia para recordar en mi caso el 23 de agosto de 1964 cuando perdieron la vida 32 maestros que participaban en la Convención de Guayana. Allí terminaron su misión Pascual Ignacio Villasmil y José Antonio Velasco, compadre el primero y compañero de estudios el segundo. A ellos dedico mi recordatorio junto a otros colegas de inolvidable trayectoria con quienes compartí ideas y tiempos: Jesús María García, Aura Salas Pisani, Antolín Arana, Aura Briceño Monreal, Pedro Lucas Espinoza, Saúl Rodríguez, Jerónimo Velásquez. El mensaje para el maestro Prieto es que la Venezuela de hoy está muy distante del viejo lema de la Federación del cual fue su autor: «Venezuela será lo que sus maestros quieran que ella sea».

Así es mi Valera, la ciudad de las siete colinas.

 

jmateusli@gmail.com

 

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