Los culebreos del año que se va y del que viene

Pastor Heydra

 

Enero fue un mes polémico e interesante, Juan Guaidó un líder poco conocido de VP el día 5 asumió la presidencia de la AN; el 10 Nicolás Maduro se juramentó ante la ANC como Presidente de la República Bolivariana escogido en unas elecciones consideradas irritas por buena parte de la oposición y de la comunidad internacional. El 23, Guaidó asumió la presidencia interina lanzando un programa de tres puntos: 1. “Cese de la usurpación» de Maduro. 2.La conformación de un Gobierno de transición y 3. La convocatoria de elecciones libres, en un plazo máximo de 12 meses” que le permitió surgir como el líder de la esperanza de un cambio, aglutinando a todos los sectores descontentos con el régimen en torno a su figura.

Recibió el respaldo de más de 54 gobiernos representados en el “Grupo de Lima”, la Unión Europea, Estados Unidos, Japón, Canadá. Inglaterra, y Nueva Zelanda. Mientras Maduro se reducía a un respaldo de Cuba, Nicaragua, Bolivia, Irán, Turquía y uno más discreto de Rusia y China, México y Uruguay, a lo cual sumaría a posteriori al Grupo de “Los No alineados”.

Todo iba sobre rieles hasta el 30 de abril cuando comienzan los zigzags con un conato fallido de insurrección cívico militar en Base Aérea de La Carlota, que tan solo facilitó la huida de Leopoldo López, líder de VP que llevaba 5 años encarcelado en “Ramo Verde” y en su domicilio, a la cual le sigue a los16 días la del Comisario de la PM Iván Simonovis detenido desde el 2004.Guaidó anunció esa liberación y anunció, paralelamente el inicio del diálogo con el gobierno, impulsado por la Corona noruega en Oslo, el cual se detiene y se reabre en Barbados. Ambos se producen entre junio y agosto, pero quedan congelados entre otras cosas por las posturas antagónicas de hacer elecciones parlamentarias (NM) o presidenciales (JG); la protesta del gobierno de NM ante las sanciones impuestas por Estados Unidos y en el caso de la oposición por el asesinato del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo a manos del cuerpo represivo DGCIM.

Guaidó en octubre convoca a una gran concentración el 16 de noviembre, la cual tiene mucha aceptación y repercusión en la provincia, lo que le reitera a JG la confianza popular en su liderazgo.

Sin embargo, después de estas manifestaciones exitosas, en vez de hacer un balance de lo actuado y las razones por las cuales no se pudo cumplir el programa del 23E, Guaidó lanzó un impulsivo, voluntarioso e irreflexivo llamado a una “toma permanente de las calles” que evidentemente, en las postrimerías de las fiestas decembrinas y con un clima que no era precisamente de eclosión, difícilmente podía prosperar.

A los 10 días el 26 en una escueta carta pública, donde no da razones convincentes y sin medir consecuencias, anuncia la destitución de uno de sus embajadores estrellas, Humberto Calderón Berti, ex Ministro con LHC y ex Canciller de CAP, ex Presidente de PDVSA, un hombre con un peso específico muy grande en el mundo del poder petrolero internacional y en el colombiano, donde se mueve a sus anchas, lo cual trastorna parte de los esfuerzos para la solución de la tragedia que vive el país, por problemas que parecen provenir de desavenencias menores.

Esto hizo que se destapara una primera olla de manejos indebidos y conductas poco éticas de los fondos de ayuda humanitaria en Cúcuta, realizados por algunos de los miembros del entorno de Guiadó y López; a lo que se sumó la denuncia de HCB sobre la designación inicial de una directiva poco profesional y muy partidista en una empresa que Pequiven tiene en Barranquilla MONOMEROS COLOMBO-VENEZOLANOS (S.A), manejada por la presidencia de Guaidó, gracias a la acción del Presidente Duque contra el gobierno de NM y quien le ripostó, “la junta directiva de la empresa petroquímica venezolana, son todos profesionales calificados, comprobados, sin afiliaciones partidista y expertos en su área».  También ha debido estar presente el desacuerdo del ex Embajador con posturas que calificó de contradictorias, como las de acusar a NM de usurpador y sentarse a dialogar con él.

De inmediato el 1 de diciembre, el medio de comunicación digital Armando Info, publicó un reportaje en el que un grupo de diputados a la Asamblea Nacional (AN) pertenecientes a partidos políticos de oposición que estarían participando con empresarios colombianos vinculados con el Gobierno de NM, en una trama de corrupción que sostiene a los Comité Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). El trabajo reseña la participación de integrantes de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional (AN) solicitando indulgencias en la Fiscalía colombiana y en el Departamento del Tesoro de USA, para el empresario Carlos Lizcano, subalterno de los ya conocidos y sancionados por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y otros entes de diversos países, Álex Saab y Álvaro Pulido; además de propietario de la empresa Salva Foods, compañía que maneja Tiendas CLAP.

Los diputados presuntamente involucrados serían: Luis Parra, hipotético coordinador del grupo, además de Adolfo Superlano, José Brito; Conrado Pérez Linares, Emilio Fajardo de Primero Justicia. Así como Richard Arteaga y Guillermo Luces, de Voluntad Popular; y Chaim Bucaram, Héctor Vargas y William Barrientos de Un Nuevo Tiempo.

Ante ello Juan Guaidó en su condición de Presidente de la AN declaró: “No permitiré que unos cuantos sinvergüenzas conspiren con el régimen”. Anunció una serie de medidas que aplicará, entre ellas, “la invalidez de los documentos presentados en la investigación y expedidos por la Comisión de Contraloría o diputados del Parlamento que exculpen corruptos”. Decretará la intervención y reestructuración inmediata de la Comisión de Contraloría de la AN y suspender a los diputados involucrados en estas acusaciones de todas sus responsabilidades en el Parlamento.

Guaidó señaló que también abrirá una investigación independiente y exhaustiva de los hechos señalados.

Un caso típico de cenáculos partidistas que nada tiene que ver con los problemas cotidianos de la ciudadanía.

Así llegamos a enero con varias interrogantes ¿Será ratificado Guaidó en la Presidencia de la AN el 5 de enero? Para la oposición no hacerlo sería un conflicto mayor, pues Guaidó sigue siendo el líder con mayor reconocimiento y respaldo popular ¿Se avanzará en el camino de nombrar un CNE negociado y equilibrado en el seno de la AN o el gobierno preferirá irse por la tortuosa y poco creíble vía del TSJ? ¿Podrá NM superar la gravísima crisis económica, social y de servicios que padece el país? ¿Adónde va Venezuela? Año nuevo. Allí veremos por donde irán los tiros.

 

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