Los Beatles en «The Cavern»: Sesenta años del concierto que lo cambió todo

Houston (EE.UU.), 8 feb (EFE).- Cada jugador de los Tampa Bay Buccaneers, nuevos campeones del Super Bowl tras ganar 31-9 a los Kansas City Chiefs en la final de este domingo, recibirá un premio en metálico extra de 255.000 dólares, que serán 187.000 en el caso de los componentes del equipo perdedor. Según el acuerdo de negociación colectiva de la NFL con el Sindicato de Jugadores, cada miembro de la plantilla del equipo campeón recibirá 130.000 dólares y los del perdedor 65.000 dólares. Pero los Buccaneers ya habían recaudado 125.000 dólares por jugador en los partidos anteriores de playoffs, incluidos 33.000 dólares por el partido de la Ronda de Comodines, otros 33.000 por la Ronda Divisional y 59.000 por ganar el Campeonato de la Conferencia Nacional (NFC). Cada jugador de los Chiefs había ganado antes del partido del Super Bowl 122.000 dólares, debido a que no compitieron en la Ronda de Comodines al tener la mejor marca de la Conferencia Americana (AFC) y recibieron 3.000 dólares menos. Para que los jugadores califiquen y reciban las ganancias de los playoffs, incluida la bonificación del Super Bowl, deben estar en la lista activa o inactiva de su equipo durante al menos tres partidos anteriores, según el convenio colectivo. Cada jugador que califique recibirá la misma cantidad, independientemente de su posición. Los jugadores que estuvieron en la lista activa o inactiva de cualquiera de los equipos al menos ocho partidos durante la temporada regular, incluso si no lo están ahora, también son elegibles para los bonos. Los que estuvieron en cualquiera de las listas de tres a siete partidos recibirán la mitad de los montos de bonificación. El jugador mejor pagado este año en la NFL fue el mariscal de campo Tom Brady, la gran figura de los Buccaneers, que logró su séptimo anillo de campeón del Super Bowl y el quinto de Jugador Más Valioso (MVP), que recibió 25 millones de dólares de un contrato de dos temporadas y 50 millones de dólares garantizados, que podría incrementar hasta los 55 con las bonificaciones. Patrick Mahomes, el mariscal de campo de los Chiefs, recibirá este año un salario de 10,9 millones de dólares, pero después de la extensión de contrato que firmó en el 2020 por 10 temporadas más será el mejor pagado de todos los tiempos con un promedio anual de 45 millones de dólares.

Madrid, 8 feb (EFE).- Hace ahora sesenta años los Beatles se subieron por primera vez al escenario de “The Cavern Club”, un local de su Liverpool natal que dejaron dos años y medio más tarde y casi 300 conciertos después, cuando ya estaban a punto de convertirse en el grupo más famoso de la historia de la música.

Los Beatles debutaron en «The Cavern» el 9 de febrero de 1961 en una sesión de mediodía («lunch sesion»), que por entonces ofrecían algunos clubes a la hora del almuerzo.

El grupo actuó de 13.00 a 14.00 de la tarde y cobró cinco libras a repartir entre sus por entonces cinco miembros: John Lennon, Paul McCartney, George Harrison, Pete Best -sustituido después por Ringo Starr como batería- y Stuart Sutcliffe -quien abandonó la banda poco después-.

Los Beatles iniciaron ese día su larga residencia en el local del número 10 de Mathew Street -concebido originalmente como club de jazz-, en la que perfilaron su identidad musical y se prepararon su gran salto a una fama descomunal.

No fue hasta nueve meses después de su debut cuando acudió al local Brian Epstein, que les propuso representarles tras quedar impactado por su actuación, después de haber sido alertado de la existencia del grupo por un cliente de su tienda musical.

A Epstein se le atribuye la salida del batería Pete Best y también se le relaciona con el giro estético de los integrantes de la banda, que cambiaron sus chaquetas de cuero por corbatas; pero, sobre todo, consiguió un contrato discográfico para el grupo.

«The Cavern Club» se convirtió así en el escenario de un encuentro llamado a marcar la historia de la música moderna.

Los Beatles hicieron de este local santuario y sumaron cerca de 300 conciertos, entre las actuaciones de mediodía y las de la noche, ante una creciente y enfervorecida audiencia, precursora de la «beatlemanía» que se extendió poco después por todo el mundo

La última aparición de los ídolos locales en su club de referencia se produjo el 3 de agosto de 1963, pocos meses antes de embarcarse en sus primeros proyectos en Estados Unidos.

Para entonces los Beatles ya habían publicado su primer álbum, logrado sus primeros números uno («Please please me», «From me to you») y estaban a punto de conquistar el mundo con «She loves you» y su irresistible «yeah yeah yeah!».

Lejos de Liverpool, la banda cambió aquel escenario en forma de cueva de su ciudad natal por los grandes estadios, donde se reunieron miles de personas en los primeros conciertos multitudinarios de la historia del rock.

Testigo del ascenso a la fama de los Beatles y tras haber sobrevivido a varios periodos de cierre y a una demolición, «The Cavern Club” se convirtió en un epicentro de turismo musical en Liverpool, además de mantener su esencia con actuaciones eventuales de nuevos talentos musicales y de bandas tributo.

En enero de 1997, una estatua de John Lennon pasó a presidir la entrada del local, que en 2018 acogió un concierto de Paul McCartney, quien durante dos horas volvió a cantar sobre su escenario.

En la actualidad y como consecuencia de la pandemia, la mítica sala lucha por sobrevivir, y tal y como aseguraba en agosto a la BBC Bill Heckie, uno de los directores del local, las medidas sanitarias impuestas por Reino Unido han afectado a la sala, haciendo que perdiera unas 30.000 libras semanales (33.110 euros, más de 41.000 dólares).

María Muñoz

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