Los “antojitos” son un sacrificio económico

¡Vamos por un café! Es la frase a la cual le sigue una enorme sonrisa. Es que nadie, o casi nadie, puede decirle no a este antojito, generalmente acompañado de una torta o galleta dulce. No obstante, para los venezolanos es un placer relegado a los quinces y últimos, pues representa un verdadero sacrificio económico.

Un café con una torta puede llegar a costar 12 mil 500 bolívares, lo cual representa más de un día de trabajo (8 mil 400 en base a un salario mínimo). Por eso, la mayoría reserva esa cita para una o dos veces al mes. De esta manera lo corroboraron algunos encargados de distintas cafeterías y panaderías de la ciudad de Valera.

Un encargado de un café, ubicado en el centro de la ciudad, explicó que los costos de los postres se fijan de acuerdo a los precios de la materia prima. Estos varían cada semana y no permiten establecer un precio invariable. Uno de los rubros más inestables es la harina de trigo, que suele conseguirse en el mercado negro y no al precio regulado por el estado.

Las chucherías

Por otro lado, se observó el precio de los confites empacados. Estos, pese a no ser elaborados por los comerciantes, llegan con precios nuevos cada mes. Otro encargado, quien también reservó su identidad, manifestó que los costos de las llamadas chucherías, dependen de los establecidos por los proveedores y los fabricantes. Si se encargan directamente de la empresa madre son más económicos, en comparación a las distribuidas por confiterías. De todos, los importados son los más costosos, pues se fijan al dólar paralelo.

 

 

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