Lorent Saleh, preso político del gobierno de Nicolás Maduro, envió este martes una carta a la Unión Europea para agradecer las sanciones impuestas por este organismo a siete funcionarios venezolanos por incurrir en violaciones a los Derechos Humanos.
En el texto, Saleh explicó la situación que vivió Europa durante el Holocausto y los crímenes que se cometieron por la complacencia de la comunidad internacional al no tomar acciones tempranas contra el gobierno de Hitler. “Solo la intervención aguda y oportuna de la comunidad internacional podrá cambiar esta dramática realidad y evitar que pronto en Venezuela se instale un nuevo Auschwitz”, indicó en el texto.
A continuación, la carta de Lorent Saleh a la Unión Europea:
Hay episodios que, de no haber ocurrido, no los hubiésemos siquiera imaginado; actos tan perversos que no podríamos considerar porque los creemos imposibles, muy remotos, demasiado innecesarios o hasta absurdos para la realidad. Sin embargo, un lugar como Auschwitz en la Alemania de Hitler era inimaginable y aún así durante años se erigió como el campo de concentración y exterminio más grande de todo el territorio Nazi. Lo que empezó como una cárcel para unos cuantos presos políticos, terminó como el lugar donde se torturó y asesinó a sangre fría a más de 1 millón de seres humanos.
Sin duda el Holocausto es una de las peores expresiones del totalitarismo como forma de ejercer el poder. En los sistemas totalitarios, los ciudadanos son sometidos a un estado de completa indefensión y el Estado se impone como un ente dedicado a generar terror y suprimir todo espacio de libertad individual en sus ciudadanos, llegando así a valerse del odio, el hambre, la intolerancia y el genocidio como principales herramientas para este fin. Luego de sobrevivir a esta experiencia, ustedes mejor que muchos son capaces de comprender las terribles consecuencias de menospreciar o subestimar la perversidad de un régimen que atenta contra lo esencialmente humano, la vida.
Lo lamentable es que, a pesar de los importantes avances logrados sobre la base de tan terrible experiencia, entre los que se cuenta la Declaración Universal de los Derechos Humanos -invaluable paso para la búsqueda de la preservación universal de la dignidad inherente al hombre sin importar su condición-, en el mundo aún se observan crueles ejemplos de irrespeto a la libertad y la dignidad humana. Es el caso de nuestro país, Venezuela, que transita a pasos agigantados el doloroso camino hacia la devastación que conlleva todo plan totalitario.
En ese sentido, Europa salta a la luz ante todos nosotros como un acervo de valiosas enseñanzas obtenidas hace apenas poco menos de un siglo. Los estragos de persecuciones, torturas y asesinatos tan atroces aún tocan dolorosamente a millones de familias en todo el mundo. Las naciones que fueron testigo reconocen que estos crímenes no fueron cometidos únicamente contra Europa, sino contra toda la humanidad.
Debemos de una vez por todas comprender y reconocer que una de las condiciones ideales para la implantación y avance de todo totalitarismo es la complacencia de países externos y organismos internacionales cuando son evidentes las desviaciones de la democracia. Por ello, los demócratas del mundo admiramos que uno de los principios rectores de la política exterior de la Unión Europea sea velar por el respeto a la democracia, el Estado de Derecho y los Derechos Humanos en cualquier lugar del mundo.
Hoy los venezolanos celebramos y recibimos con especial agradecimiento las recientes gestiones dirigidas hacia la defensa de la dignidad humana, concretadas en un conjunto de sanciones a algunos funcionarios del régimen venezolano responsables de sistemáticas violaciones a los derechos humanos, socavar principios inquebrantables de la democracia y la comisión crímenes de lesa humanidad.
Es valioso lo que hacen porque es fundamental actuar ahora, a tiempo. Hay que avanzar responsablemente en defensa de los Derechos Humanos, porque vemos que la tiranía sigue profundizando sus crueles prácticas para mantenerse en el poder por encima de cualquier lógica. La naturaleza del régimen venezolano es totalitaria y antidemocrática. Esto se reafirma cada día con menos escrúpulos. Esa es la tendencia, no otra: más crímenes y destrucción, más muerte y miseria, y el desenlace fatal se incrementa con los días tal como ha pasado en otros desafortunados episodios de la historia de la humanidad.
Nada de esto cambiará por sí solo, no. Sólo la intervención aguda y oportuna de la comunidad internacional podrá cambiar esta dramática realidad y evitar que pronto en Venezuela se instale un nuevo Auschwitz.
Lorent Saleh
Desde la Prisión Política
Caracas, Venezuela.