Diversas son las opiniones que se escuchan entre la ciudadanía sobre la vacuna, cualquiera sea su marca, para la protección de la COVID-19, la gran mayoría generadas como consecuencia de campañas conspirativas gestadas en el mundo por quienes están en contra. Pero la realidad es que de acuerdo con los expertos, son seguras, necesarias, y las esperanzas están cifradas en esta nueva estrategia para para poner fin a la pandemia.
Así lo considera el médico internista e intensivista Loranso Asskoul, con maestría en Salud Pública, quien lleva las riendas de la Comisión Asesora Científica para la Atención de la Pandemia por la COVID-19, creada por el Gobierno regional.
Aunque es una realidad la dificultad que tendrán, no solo los venezolanos sino todos quienes habiten en países latinoamericanos para tener alcance con prontitud a la vacunación, porque no hay la capacidad de producción para atender a la población mundial que supera los 7 mil millones de habitantes, es importante que en la medida en que los ciudadanos puedan tener acceso a ella se la coloquen para comenzar a frenar la enfermedad, dijo Asskoul quien informó que de acuerdo al avance de la misma, se estima que Venezuela trascurra un año más con la COVID-19.
La vacuna –dijo- es una herramienta fundamental para poder eliminar esta enfermedad que ya es considerada prevenible por vacunación.
Explicó el experto que las vacunas atraviesan tres fases, como mínimo, antes de salir a su utilidad en las comunidades, fases que estuvieron apoyadas por una gran inversión en recursos económicos y cooperación científica para que la población pudiera contar con esta estrategia en corto plazo.
“Quienes hacemos ciencia tenemos que recomendar a la comunidad que la vacuna de la cual podamos disponer en Venezuela tenemos que usarla, nosotros estamos con la certeza al cien por ciento que cualquiera de las vacunas que ha transitado todos los esquemas que corresponde a las tres fases de investigación son vacunas seguras y vendrán a ayudarnos, a protegernos del coronavirus”, señaló el coordinador de la comisión científica.
La colocación de la vacuna ha permitido establecer su eficacia en la protección contra la muerte y los casos graves de hospitalización por esta enfermedad, y los efectos secundarios generados son propios de la vacuna, nada que comprometa la vida de los usuarios, asintió.
En cuanto a quienes deben colocarse o no la vacuna, explicó el doctor Asskoul que todas las personas que han pasado la Covid al igual que los pacientes oncológicos deben recibirla.
Solo las mujeres embarazadas y los menores de 16 años están excluidos, porque las mismas no fueron probadas en este segmento de la población.
Mejor respuesta inmunitaria
El médico internista e intensivista, Loranso Asskoul, explicó que la COVID-19 es una enfermedad emergente y las personas que la han padecido, de acuerdo con las investigaciones que se han hecho a escala mundial, han tenido variaciones en su inmunidad, en su protección, la cual va de tres a seis meses, pues la misma depende de la gravedad que haya enfrentado el paciente.
“Si tuve una enfermedad leve, la inmunidad que hago es leve, es débil; si tuve una enfermedad grave la inmunidad que produje es mucho más fuerte. Ante esta situación y a lo corto de la inmunidad que produce la Covid, es importante e imperativo que nosotros nos coloquemos la vacuna, porque ella va a magnificar nuestra respuesta inmunitaria y por tanto tendremos mejor condición para enfrentar en el futuro la patología”.
La vacuna es una herramienta valiosísima que ha logrado la humanidad y debemos aprovecharla, pues disminuye mortalidad, hospitalización por casos graves y número de casos, eso ya se ha visto en los países que la están colocando, dijo para cerrar Loranso Asskoul.
Prensa CAC