Por: Luis Jugo Burguera
I.- Lluvias en Los Andes
En la cuenca del río Mocotíes, Estado Mérida, la 4ª semana de agosto 2021, se produjo un gran deslave con graves daños al parecer más graves que el anterior que se realizó en 2005 (un hecho que reseñé ese año con el informe MARNN en la 2ª edición ampliada del trabajo “Ríos y Municipios como Proyectos Socio ambientales” 2005, pp.106-110, consultable en web en saber ULA, que acabo de confirmar abre por el título). El informe MARNR planteaba a mediano plazo: …implementar proyectos agroforestales y de desarrollo social con la participación activa de la comunidad. En aquellos casos donde el uso del suelo esté acorde con su vocación, implementar prácticas conservacionistas que garanticen la estabilidad del mismo. Este año al parecer se afectó un vasto sector de la cuenca en tres municipios, desde Bailadores, Tovar a Santa Cruz de Mora. Todo eso me hizo rememorar que en los años 80, oí que en el valle del Mocotíes, estaban aplicando una técnica aprendida en cafetales colombianos—algo que se debe confirmar—para aumentar el rendimiento de las cosechas en las plantaciones de café: quitar árboles y sembrar las plantas en forma más densa para que se protegieran contra la lluvia que tumba la flor que produce el fruto (los árboles reducen la fuerza de la gota de lluvia). Quise verlo y visité una finca cerca de Zea en la cual me impresionó la densidad del follaje, lo tupido de la plantación sin árboles que no invitaba a caminar por el cafetal. Elevado desde la casa de la finca, veía el verde mar de hojas sin árboles y me impresionó la cantidad de cardenales, esas aves rojinegro con copete, que nunca había visto en manada, jugueteando sobre el follaje. Lamentablemente nunca lo escribí y sólo hoy me vino a la mente: es hora de escribirlo. Si eso es así, que lo demuestren los especialistas, lo urgente es reforestar, recuperar los bosques, y prepararse a acompañar la plantación, porque generar un bosque puede tardar 30 años para que los árboles alcance su tamaño adulto, igual que la madurez de los humanos, cuando pasan de jóvenes adultos a adultos responsables. Es un reto intergeneracional.
II.- La ULA hacia las redes locales de universidades
En “Río+10” en Johannesburgo 2002 (la reunión a 10 años de Brasil, cumbre de la Tierra, sobre Ambiente y Desarrollo cuando se convocó a todos los gobiernos del planeta a hacer Desarrollo Sostenible) el maestro japonés Daisaku Ikeda, propuso a las Naciones Unidas, que 2005-2014 fuera “Decenio de la Educación por el Desarrollo Sostenible”, lo cual se aceptó. El maestro Ikeda, es presidente de “Soka Gakkai”, movimiento budista cultural mundial por la paz y la amistad, eliminar la amenaza nuclear por una “revolución humana” que, yo, católico, comprendo como “conocerse a sí mismo y aprender a vivir en paz, con uno mismo, con los demás y con los ecosistemas: ambientes en la biosfera”.
Hoy, un movimiento mundial es la suma de movimientos locales. Para los sistemas educativos creo implica estudios que interrelacionan cómo enseñar áreas de conocimiento en forma holística, cómo innovar en los sistemas educativos según edades; cómo concretar lo que aprendo en teoría en la práctica, en acciones no sólo en beneficio de la comunidad sino de los ecosistemas. Para las universidades significa cómo aprender lo anterior y comenzar a lograrlo en las instalaciones de los campus y núcleos. Y por extensión, aplicar los principios del desarrollo sostenible por autogestión de comunidades pequeñas en red, que al aprenderlo, lo difunden con comunidades vecinas, sembrando siempre la inquietud de innovar, pues alguien puede descubrir cómo mejorar una técnicas y tácticas y retro transmitir a todos: el flujo y reflujo de conocimientos es lograr universidad en acción.
En 2007 en un encuentro iberoamericano de educación ambiental en Bogotá concluyeron en crear una “Alianza de Redes Iberoamericanas de Universidades por la Sostenibilidad y el Ambiente” ARIUSA. Una profesora Ingeniero Agropecuario en la UCLA que se enteró más tarde convocó en marzo 2013 un congreso ambiental y creó la “Red Venezolana de Universidades por el Ambiente” REDVUA. En la ULA Mérida nos enteramos de esos eventos, y la Ingeniero UCLA participó en acto de la RED ULA en junio 2013.
La ULA se convierte en universidad regional en los años 70 al crearse los Núcleos en Táchira y Trujillo. Sus antecedentes en conservación ambiental remiten a fines de los 40 cuando se crea la facultad de Ingeniería Forestal, y por coadyuvar a la defensa de la cuenca del Río Mucujún en Mérida, instala “Comisión ULA de Asuntos Ambientales” con carácter permanente desde 1985. Allí fortuitamente nos enteramos del Decenio por una revista de la UNESCO 2005 y en 2007 emprendimos acciones para aprender y difundir la tarea realizando seminario “ciudad sostenible” y creando el blog http://www.eventos.ula.ve/ciudadsostenible/. Ese año el IPCC (Panel intergubernamental del cambio climático, del PNUMA, ambiente ONU) recibe el Nóbel de la Paz, y envía a más de 400 participantes en la década de los 90, credenciales co-receptores del premio, entre ellos seis venezolanos: uno, el tachirense geógrafo UCV, profesor ULA, Rigoberto Andressen. 1939-2015. En enero 2009, le entrevistamos en programas ambientales por ULA FM, y bajo su coordinación iniciamos acciones para crear una Cátedra Libre sobre el Cambio Climátco, realizando seminarios en las facultades de Ingeniería, Forestal Economía, más eventos con los fundadores de cátedras similares en la UCLA en Barquisimeto y la UCV en Caracas. Con las ponencias se añade un área sobre el clima en el blog. El Consejo Universitario aprobó el 6 de junio 2011 que la ULA sea “Universidad Ambiental” y el 20 de junio aprueba la normativa del permanente “Foro de Estudio del Cambio Climático” FECC, el cual en 2014 presenta una comunicación institucional para el trabajo futuro que se adopta como “Remitido del Consejo Universitario ante el Cambio Climático”, el cual es consultable en prensa ULA. Hasta 2015 se trabaja el reglamento como red desconcentrada donde cada Unidad Académica y Administrativa, tiene la potestad de articular su estrategia en el marco de sus planes de acción como ejecución de la política universitaria. Se aprueba el 19 de septiembre 2016 como “Reglamento de la Red Ambiental y Operativa” de la ULA”.
Idealmente, por extensión intramural y extramural, las universidades ante las emergencias de cambio climático y calentamiento global, y desde 2020 en pandemia, por su finalidad en los artículo 5° y 6° de la ley de universidades desde 1970, las universidades deben coordinarse con el sistema educativo y atender las necesidades del medio donde funcionamos. Sólo en la ciudad de Mérida hay hoy como 20 universidades. Vislumbremos el potencial de cada universidad histórica en cada ciudad y municipio. Continuará D.m.
Tesista ULA 2021-2024, aulaambiental1@gmail.com