Líderes de la protesta en Colombia plantearon al presidente Iván Duque instalar una nueva mesa de diálogo para discutir las demandas y las críticas al gobierno, que han movilizado a cientos de miles de personas desde el 21 de
noviembre.
El Comité Nacional del Paro, que reúne a sindicatos, estudiantes, indígenas y comunidades afro, criticaron en una carta abierta las conversaciones que desde el pasado fin de semana lleva a cabo el gobierno con sectores que incluso no están reclamando en las calles, en un intento por aliviar el descontento social.
En ese sentido, propuso un “diálogo incluyente, democrático y eficaz” y convocó a una nueva “gran jornada de movilización” el 4 de diciembre.
“Creemos que la consigna en este momento es: el paro sigue”, dijo en rueda de prensa Jimmy Moreno, portavoz de la organización que está alentando las manifestaciones diarias contra el gobierno, las más multitudinarias en décadas y que han derivado en algunos choques con la fuerza pública.
Cuatro personas han muerto y unas 500 han resultado heridas entre civiles, policías y militares.
Aunque menos concurridas que en días pasados, este jueves se registraron nuevas manifestaciones pacíficas. En el norte de Bogotá, cientos de personas hicieron sonar sus tambores y cacerolas en una batucada nocturna.
Queremos “expresar por medio de la percusión, por medio del tambor la inconformidad que sentimos y exigir cambio social”, dijo a la AFP Alejandra Rojas, una docente de 27 años.
Garantías para la protesta
En el escrito dirigido a Duque, el comité pidió que se conforme una “Mesa Nacional del Diálogo” que incluya a los sectores que exigen un cambio de rumbo al gobierno.
También plantearon una agenda de discusiones en torno a los múltiples reclamos de la protesta, la implementación “integral” del acuerdo de paz firmado en 2016 con los rebeldes de las Farc, la lucha anticorrupción, la política de seguridad, los asesinatos de activistas de derechos humanos, líderes sociales y exguerrilleros.
Además, los manifestantes pidieron que “se garantice el ejercicio del derecho a la protesta, se desmilitaricen las ciudades y cese toda acción violenta contra las movilizaciones pacíficas de la ciudadanía por parte de la Fuerza Pública y, en especial, del Esmad”, la unidad antidisturbios de la policía.
Este jueves Medicina Legal confirmó las causas de la muerte de un estudiante de 18 años el lunes. Dilan Cruz fue agredido en la cabeza con perdigones de plomo disparados por un miembro del Esmad con una escopeta calibre 12, según la autopsia.
“Esperamos que esta propuesta de Mesa de Diálogo Nacional sea acogida (…) lo antes posible. La ciudadanía ha expresado en forma multitudinaria y civilizada su anhelo de un cambio que permita contrarrestar la desigualdad social, asegurar el respeto de sus derechos y consolidar la paz”, apuntó el Comité Nacional del Paro.
En medio de la agitación social que recorre el continente sin una causa común, en Colombia las calles se volcaron contra Duque.
El mandatario no solo encara el desprestigio de sus políticas, sino también el descontento incubado durante décadas y silenciado por el ruido del conflicto con las Farc, la otrora guerrilla convertida en partido tras la firma de la paz hace tres años.
En la tarde se sumaron a las protestas guardias indígenas provenientes de una región azotada por la violencia financiada por el narcotráfico.
Con sus bastones tradicionales, una delegación de los pueblos originarios llegó a Bogotá para exigir protección frente al asesinato de 134 comuneros desde que asumió Duque en agosto de 2018.
“En nombre de los guardias indígenas asesinados en el Cauca (suroeste), en el Chocó (noroeste), en Nariño (suroeste), vamos a rendir este homenaje de reencuentro (…) con los que están luchando en las ciudades”, dijo en rueda de prensa la consejera de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), Aida Quilcué.