Los voceros comunales de distintos sectores, no han dejado de presentar sus quejas ante las autoridades policiales, pero estas hacen caso omiso o se sospecha que algo oscuro pudiera estar sucediendo porque en los pocos patrullajes que observan dentro y fuera de la ciudad, los expendios de licores mantienen sus puertas abiertas hasta altas horas y algunos llegan al extremo de vender hasta el mismo amanecer.
Las denuncias también provienen desde las parroquias foráneas donde ya es común la violación de los horarios que no deben exceder de las 9:00 pm para el funcionamiento de sus establecimientos. Otros expendedores incumplen la norma de la venta para el consumo no permitido, que va desde los locales, en las aceras o espacios laterales. Desde hace tiempo se está hablando de complacencia por parte de la Alcaldía y los organismos de seguridad, porque también a las puertas de estos establecimientos se encuentran los vehículos con sus equipos de sonido produciendo contaminación sónica sin ningún tipo de consideración para los vecinos que residen en estos alrededores.
Se viene insistiendo en la activación del Comando Unificado de Seguridad Ciudadana Boconó (Cuscbo), pero hasta ahora no se observa ningún interés. También se conoció que de este caso están al tanto las autoridades regionales, pero más bien parece que existe una orden para proteger a quienes violan las leyes y ordenanzas municipales, en detrimento de la comunidad, porque hasta ahora las autoridades siguen indiferentes.