Los venezolanos vivieron el martes 30 de abril, una jornada de vértigo que dejó muchas preguntas sin responder. ¿Qué hay detrás de estos sucesos en Venezuela? ¿Por qué la oposición decidió adelantar la jornada de movilizaciones, prevista para el 1º de mayo? Este miércoles, en cualquier caso, ambos volverán a medir fuerzas en las calles de Venezuela
BBC Mundo
Poco antes del amanecer, el presidente de la Asamblea Nacional y líder de la oposición, Juan Guaidó, tomó desprevenidos a opositores y oficialistas al anunciar en un video distribuido en redes sociales el inicio de la «Operación Libertad», una iniciativa que busca impulsar el fin del gobierno del presidente Nicolás Maduro a través de la movilización popular y que originalmente estaba prevista para el 1 de mayo.
Pero había más sorpresas: Guaidó estaba acompañado de efectivos militares y del dirigente opositor Leopoldo López, quien permanecía preso desde 2014 aunque en los últimos dos años gozaba del beneficio de arresto domiciliario bajo custodia del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
En el video, el líder opositor llamaba a los ciudadanos a salir a las calles, indicando que había iniciado el cese definitivo de la «usurpación», frase con la que alude al gobierno de Maduro e invitando a los militares a sumarse a ese proceso «dentro de la Constitución».
El mensaje era transmitido desde los alrededores de la base aérea de La Carlota, en el este de Caracas, y en él aparecían efectivos uniformados, dando la impresión de que era una operación militar de envergadura, una idea reforzada por mensajes de miembros del gobierno de Maduro, como el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino, quien en Twitter denunciaba un «movimiento golpista que pretende llenar de violencia al país».
Mientras miles de opositores salían a las calles en numerosas ciudades del país y, en algunas de ellas, realizaban concentraciones frente a cuarteles e instalaciones militares, el escenario parecía servido para una confrontación.
Al final, sin embargo, la violencia no tomó forma de enfrentamientos entre militares sino principalmente de duros choques entre los manifestantes y efectivos de la Guardia Nacional (GN) que no escatimaron en el uso de bombas lacrimógenas y balas de goma.
En algunos casos, la represión ofreció escenas muy fuertes como la de unas tanquetas en Caracas que arremetían y parecían arrollar a un grupo de personas que protestaban cerca de la base aérea de La Carlota.
A las 8 de la noche se había confirmado la detención de 83 manifestantes, según cifras de la ONG Foro Penal. Pero, ¿qué había detrás de estos sucesos en Venezuela?
Visiones encontradas
En torno a las 9 de la noche (hora local), Nicolás Maduro apareció en cadena nacional de radio y televisión, luego de más 10 horas de silencio en las que apenas se manifestó mediante mensajes por Twitter. En su intervención en los medios, el mandatario acusó a la oposición de haber buscado un enfrentamiento armado en el país que causara centenares de muertos.
El mandatario dijo que se trató de un «levantamiento» impulsado por un grupo de oposición «de la ultraderecha venezolana, la oligarquía colombiana y el imperialismo estadounidense».
Guaidó, quien transmitió un mensaje a través de redes sociales poco antes que Maduro, presentó los sucesos del martes como el paso final hacia el «cese de la usurpación», una meta para la cual él había advertido desde hace meses que se requería el apoyo de los militares.
Así, el líder opositor aprovechó para presentar la jornada como una demostración de que Maduro «no tiene el respaldo ni el respeto» de la Fuerza Armada, aunque reconoció que la oposición aún necesita recibir más apoyo de los uniformados.
Las incógnitas que deja la jornada
Pero la incertidumbre con la que se inició la jornada no se despejó al final de la misma.
Muchas preguntas quedaban en el aire, empezando por la propia forma de caracterizar lo ocurrido. ¿Se trató realmente de un intento de golpe de Estado como dijo el oficialismo o de una «rebelión pacífica» como la presentó Guaidó?
¿Por qué la oposición decidió adelantar la jornada de movilizaciones, prevista inicialmente para el 1º de mayo? ¿Intentaba jugar con el factor sorpresa o, por el contrario, como se especulaba al inicio del día, era una reacción para detener los supuestos planes del gobierno de arrestar a Guaidó? Pero hay otras posibilidades.
A este respecto, el analista español Felipe Sahagún se preguntaba si la jugada era causada por la desesperación de Guaidó ante «los pobres resultados conseguidos» desde que en enero pasado se autoproclamó presidente encargado de Venezuela con la voluntad de sacar a Maduro del poder y lograr la convocatoria de elecciones.
Además, ¿cuál era la verdadera implicación de los militares en esta iniciativa y quiénes estaban realmente comprometidos con ella?
Según Maduro, 80% de los que acompañaron a Guaidó habían sido engañados y el número de estos uniformados realmente leales a la oposición se reduciría a una veintena.
Pero, aunque en los sucesos de este martes la oposición recibió el apoyo de un grupo pequeño de militares, lo que resultó más llamativo en realidad fue -por el contrario- la falta de efectivos uniformados en la calle.
Este hecho fue constatado, entre otros, por el reportero de The New York Times en Caracas, Anatoly Kurmanaev, quien señalaba cómo no estaban operando en las vías de la ciudad los usuales controles militares y policiales.
«No hay soldados en la principal autopista. Los soldados no se están uniendo a la protesta, pero tampoco la reprimen. Es la misma actitud de espera de la Fuerza Armada que estoy escuchando de otras partes del país», señaló.
¿Y el Sebin?
En relación con los militares, la jornada dejó grandes dudas sobre la participación del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin).
Es posible que miembros de ese cuerpo colaboraron en la liberación de Leopoldo López. Pero, ¿cuál era la implicación del cuerpo?
El martes por la noche, Maduro anunció la sustitución del general que encabezaba ese organismo, Manuel Ricardo Cristopher Figuera, pero en una carta publicada por medios venezolanos y atribuida a este oficial, él reiteraba su lealtad a Maduro y negaba haber participado en lo ocurrido.
Por otra parte, si el gobierno de Maduro estaba tan seguro de la lealtad de las Fuerzas Armadas, ¿por qué Maduro y sus principales ministros -con excepción de Padrino- tardaron tantas horas en aparecer ante las cámaras de televisión?
Otros poderes
Las dudas recaen también sobre otros poderes del Estado. Algunos análisis apuntan a que lo ocurrido este martes formaba parte de una operación más amplia en la cual no solamente participarían militares sino también miembros de otros poderes.
Esa es, por ejemplo, la versión de la periodista y analista Luz Mely Reyes, quien señaló en un artículo en el medio digital Efecto Cocuyo que los planes eran que el presidente del Tribunal Supremo, Maikel Moreno, aprobara una sentencia que abriría el camino para que Padrino y otros altos cargos de la Fuerza Armada le pidieran la renuncia a Maduro.
La tesis de Reyes parece coincidir, al menos parcialmente, con lo dicho por el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Bolton, quien sugirió la existencia de un cierto arreglo, al afirmar en una rueda de prensa que Padrino, Moreno y el comandante de la Guardia de Honor Presidencial, general Iván Rafael Hernández Dala, «están de acuerdo en que Maduro debe irse».
Este miércoles, en cualquier caso, ambos volverán a medir fuerzas en las calles de Venezuela.
¿Se iba Maduro?
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, fue aún más lejos y aseguró en una entrevista con CNN que Maduro estaba dispuesto a irse este martes de Venezuela pero que fue frenado por Moscú.
«Tenían un avión en la pista. Hasta donde sabemos, estaba listo para irse esta mañana. Los rusos dijeron que debería quedarse», dijo Pompeo, quien aseguró que el mandatario tenía previsto irse a Cuba. Los portavoces del gobierno estadounidense no ofrecieron, sin embargo, ninguna prueba para validar sus afirmaciones que fueron negadas de plano por Maduro durante su comparecencia televisada el martes por la noche.
«Hasta dónde llega la insensatez, la locura y la manipulación. Señor Pompeo, por favor, qué falta de seriedad», dijo el mandatario, quien presumió de que iba a salir «victorioso» de este trance. La confianza que muestran tanto Maduro como Guaidó en que, al final, podrán prevalecer, son una de las pocas cosas que tienen en común.