¿Estás dispuesto a aprender para convertirte en líder en tu organización y hacerla más productiva, innovadora, competitiva y exitosa en el mercado; y para desarrollar la habilidad de pensar en grande?
Casi siempre que escuchamos su nombre, recordamos imágenes de famosas obras de arte como la Mona Lisa, La última cena o El hombre de Vitruvio; sin embargo, Leonardo da Vinci fue mucho más que un artista. Fue arquitecto, músico, matemático, ingeniero, inventor, experto en anatomía, geólogo, cartógrafo y botánico. En pocas palabras, un genio.
Como líderes de negocio, tenemos mucho que aprender de esta gran figura del Renacimiento, cuyo trabajo puede enseñarnos hoy buenos consejos para guiar a nuestras organizaciones por el camino del crecimiento.
Qué mejor momento de hacerlo que este mes de mayo, cuando se cumplen 500 años de su muerte. Sean estas lecciones, una forma de recordar a este genio universal.
Innovación… pero de verdad
Es común escuchar que un hombre o una mujer fue “adelantado a su tiempo”, pero a decir verdad, rara vez alguien ha ido muy por delante como sucedía con Leonardo. Para muchos estudiosos, parecía como si él pudiera ver el futuro; y no solo verlo, sino también materializarlo en varios de sus inventos.
Muchos CEOs y líderes empresariales navegan con la bandera de la innovación a “diestra y siniestra”, pero desconocen su verdadero significado. Para innovar -de verdad- no necesitas crear o hacer algo tan disruptivo como los inventos de Da Vinci; la idea es mejorar, perfeccionar o eficientar algo que ya existe, pero que puede dar mejores resultados o aplicarse en otros campos o industrias. ¡Sin verdadera innovación, no hay liderazgo!
Legado con alto impacto en el futuro
Dime, ¿Alguna vez has manejado una bicicleta o un automóvil?, o más emocionante aún, ¿Te has subido a un paracaídas? Pues déjame decirte que la huella de Leonardo está presente en esos artefactos, por ser uno de sus precursores. Como estos, en muchos otros sistemas que son parte de nuestra vida actual –y con los que nos topamos a diario-, Da Vinci también contribuyó con su granito de arena, gracias a sus ideas, sus manuscritos y su trabajo.
La mayoría de los líderes empresariales no se ocupan en dejar un legado. Incluso, algunos nunca más se mencionan cuando dejan una organización. Un líder exitoso sabe dejar un buen legado que perdure por años y tenga impacto positivo en su organización.
Esto es de suma importancia, no solo para ser más valorado y recordado, sino para dejar una “herencia” que inspire a futuros líderes a construir empresas más sólidas.
Curiosidad insaciable
Para los expertos, Da Vinci tenía talentos especiales, pero su rasgo distintivo e inspirador era su curiosidad insaciable. Siempre llevaba un cuaderno en el que anotaba todo lo que veía a su alrededor, desde pensamientos que pasaban por su cabeza, impresiones, dibujos, observaciones e información, reflexiones sobre problemas actuales, hasta pensamientos filosóficos y mucho más.
Toda empresa depende, en gran parte, de sus líderes para innovar con productos, servicios, sistemas y procesos que permitan mejorar el valor que se ofrece a los clientes y competir de manera efectiva en el mercado. Pero para esto, es esencial ser extremadamente curioso, y tener la capacidad de explorar, crear y pensar de manera diferente. La curiosidad por investigar proporciona un espacio perfecto para innovar y sobresalir entre los demás.
Pensamiento creativo
Además de ser un maestro del arte y la ciencia, Leonardo Da Vinci también es conocido por ser un gran pensador, con una habilidad extraordinaria para observar el mundo desde una perspectiva creativa. Sus métodos de pensamiento creativo le permitieron lograr invenciones en diferentes campos, incluyendo el arte, arquitectura, música, matemáticas e ingeniería.
El pensamiento creativo es un factor esencial para impulsar el éxito empresarial, pues ayuda a mejorar la posición competitiva de una empresa en el mercado. Cada líder debe esforzarse por tener esta habilidad, pero también por impulsar a sus colaboradores a pensar de manera creativa para mejorar la toma de decisiones y la resolución de problemas.
Pensar en grande
Leonardo Da Vinci supo ir más allá de lo conocido por muchos, de lo que sonaba familiar y previsible. Aprendió a mirar desde el futuro hacia atrás y no desde el presente hacia el futuro. Esto le abrió posibilidades ilimitadas para encontrar las mejores oportunidades con un potencial infinito y sin límites máximos. Pensar en grande le ayudó a ejecutar sus ideas de una manera diferente a sus contemporáneos.
Para ser un líder eficaz, necesitas pensar como un líder, y eso significa pensar en grande. Sólo necesitas cambiar tu manera de pensar. Por ejemplo: en lugar de pensar solo en ti mismo, incluye a los demás; no te centres demasiado en los problemas, mejor enfócate en las soluciones; o en lugar de complicar las cosas, busca cómo simplificarlas.
Pensar en grande es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y que comienza cuando estamos seguros, en nuestra mente y corazón, que cosas grandes están esperando por nosotros.
Más allá de cualquier lección que como líderes de negocios podamos aprender, lo cierto es que Leonardo ha inspirado a muchos hombres y mujeres través de la historia, impulsando en ellos la creatividad, la innovación y muchas otras habilidades que los han ayudado a ser exitosos.
Una conocida frase de este genio, dice así: “Aprender no agota nunca la mente”…
Dime, ¿Qué estás dispuesto a aprender para convertirte en el líder que tu organización necesita para ser más productiva, innovadora, competitiva y exitosa en el mercado; y sobre todo, para desarrollar la habilidad de pensar en grande y dejar un legado duradero?