Eladio Muchacho Unda
Aunque muchos dicen que exagero, el chavismo sirvió para algo: sirvió para que el pueblo venezolano aprendiera de economía y de política económica. El pueblo venezolano aprendió de manera práctica y en carne viva lo fundamental de la ciencia económica: la ley de la oferta y la demanda. Aprendió que cuando hay escasez de un producto su precio sube, y cuando hay abundancia el precio baja. Aprendió que los precios no se estabilizan con controles, se controlan con producción. Aprendió que los controles no sirven para mantener los precios bajos, que es la abundancia de un producto la que estabiliza su precio. Aprendió que la especulación y el bachaqueo son consecuencia de la escasez producida por los controles y la corrupción. Aprendió que cuando un gobierno sabe gobernar genera confianza, la confianza estimula al empresario a invertir para producir más, más empresarios produciendo más aumentan la competencia, el incremento de la competencia estabiliza los precios. Aprendió que cuando un gobierno no es capaz de controlar la inflación, los continuos aumentos de salarios producen más inflación. Lo asombroso es que lo aprendió el pueblo, pero no lo aprendió el gobierno. Aprendió que un gobierno analfabeto en economía es más peligroso que un mono con una hojilla. Un gobierno analfabeto en economía hace de las expropiaciones una política de estado: recuerden el soberbio y suicida ¡EXPRÓPIESE! El pueblo venezolano aprendió que las expropiaciones arruinan las empresas y destruyen el sistema nacional de producción. ¡Cuántas fincas arruinadas y saqueadas!, ¡cuántas empresas destruidas!, ¡cuánta capacidad de producción pulverizada por las expropiaciones! Cuando la CANTV era privada y capitalista funcionaba muchísimo mejor que la CANTV SOCIALISTA, y lo más importante era que se mantenía al día en tecnología, mantenimiento, calidad de servicio y capacitación de su gente; cuando la electricidad de Caracas era privada y capitalista en Caracas no se iba la luz; cuando Agroisleña era privada y capitalista funcionaba y prestaba mejores servicios a los productores que la Agropatria socialista. Nuestros campesinos añoran la Agroisleña capitalista. El pueblo venezolano aprendió que un gobierno que le declara la guerra al sector privado es un gobierno suicida y bruto. Un gobierno inteligente y sensato, por ejemplo, el de Evo Morales en Bolivia, apoya y estimula la empresa privada, como también lo hicieron Lula en Brasil y Pepe Mujica en Uruguay. El pueblo venezolano aprendió que las expropiaciones y los controles sólo producen escasez, miseria, colas, angustias, hambre, inseguridad, corrupción, violencia y frustración. El pueblo venezolano aprendió economía viviendo y sufriendo el mayor fracaso económico, político y social que gobierno alguno ha sido capaz de producir en el mundo: arruinar un país petrolero pleno de recursos de todo tipo: Venezuela. No es cuento ni propaganda, lo vivimos y sufrimos cada día. Lo reconoce el chavista consciente. Al salir de esta pesadilla y recuperar a Venezuela nos toca volverla a construir y hacerla mejor, para que una tragedia como ésta no la volvamos a vivir nunca más.