Luis A. Villarreal P.
La travesía, al desenlace del 28 /7, sigue minada de posibles sorpresas —decepcionantes o satisfactorias— difíciles de precisar. Y esto involucra a los dos bandos irremediablemente antagónicos; aunque muy poco competitivos desde una proyección electoral señalando la rotunda diferencia entre un oficialismo rampante y decadente frente a su contrincante democrático opositor persistiendo, con su enorme adherencia electoral, en sacar de raíz esa yerba chavista potencialmente invasiva y contraproducente al interés nacional y más allá, aún dispuesta a menguar el porvenir de los venezolanos.
El corre corre no termina el 28/7: Oficialismo y Oposición, según se ve, seguirán ‘discrepando’
Según el diseño del Cronograma Electoral, la fecha constitucional de elecciones presidenciales fue adelantada buscando ventajismo para el régimen en su febril deseo de quedarse en el poder a través de su manida reelección indefinida; asimismo ocurre con ese largo tiempo adicional de maniobra previsto —del 28/7 al 10/1/2025—, por si acaso el continuismo ve frustradas las posibilidades de darse por ganador en los comicios.
El citado lapso de más de cinco meses está desde ya al servicio de las artimañas y trapisondas chavistas, destinadas no a regatear, o atenuar, las consecuencias de una inminente derrota electoral esperándoles ya, mucho menos a la habilitación de la Comisión de Enlace, integrada por personeros del desgobierno saliente y del gobierno del Cambio, no.
Lo más probable, y realista, es la posibilidad de ver a un Régimen transmutado, seguido de adláteres e incondicionales, enarbolándose cual gallo pinto vapuleado, insistiendo en salvar la ‘revolución’, a través de procedimientos constituyentes conocidos, esta vez acompañados de represión.
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¿Y más allá del 28/7/2024?
Conociendo al chavismo
y su modus operandi, tenemos
entonces el antídoto
para no sorprendernos
ni a sus tácticas seguir sucumbiendo.
¿Acaso hemos pensado
con necesaria suspicacia sobre
ese incómodo lapso
que, luego de elecciones,
podría reservarnos más horrores?
Cinco meses muy largos
a favor de los urgidos del tiempo,
ahora derrotados
pero bastante lejos
de resignarse a dejar el pelero.
¿Qué es lo que podrían
intentar hacer en su desenfreno
de negación política?
¿¡Volver al atropello
de una constituyente antes de enero!?
L A V P
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El Régimen está persuadido de sus capacidades engañosas y sigue arraigado a su matriz informativa de creerse ganador e ignorar la voluntad popular
Continúan las expresiones tendenciosas en los medios del Estado, ya no pretendiendo engañar con apreciaciones y encuestas falsas a Venezuela y al mundo, a llenar de falsas expectativas a quienes remolcan y arrean en sus actos de calle, también a sus cuadros pesuvistas víctimas de sus propias embustes creyendo en un chance remoto y utópico provenido del 1×10.
En un alarde de disciplina ‘revolucionaria’ según la cual, al decir de Bernal y otros magos del régimen, la maquinaria misma pone en segundo término a las mayorías sufragantes. O sea, aparte de una logística pesuvista infalible y eficaz, estaremos en presencia de: ‘actas mata voto’ o simplemente de cara a un ‘’sistema automatizado vs. aguacero de votantes”. Mmm.
El ‘simulacro’ realizado el domingo 30, lo convirtieron en un top secret, porque aunque no hubo movimiento opositor el muestreo electoral favoreció a Edmundo González.
En la prosecución de negociaciones con Estados Unidos, sólo respecto a los acuerdos de Catar, el Régimen quiere aparentar preeminencia
Dando a entender en la posible reapertura de relaciones diplomáticas un supuesto reconocimiento de la Casa Blanca a sus ‘evidentes’ factibilidades de triunfo el 28/7. Esto raya en lo anecdótico y mucho más en el infeliz deseo de hacer de las Presidenciales un acto de magia simulador de fraude.
A la Oposición triunfante no le queda sino proceder según las posturas y reacciones del Régimen ante su merecida derrota electoral
Si el oficialismo comete fraude, tergiversando los resultados, entonces la fuerza ganadora del Cambio debe ocupar la calle —ordenada y lo más cívicamente posible— y reclamar el triunfo; sin fijarse en las ‘precauciones’ ya anunciadas de militarización; aspirando eso sí la coherente postura de los custodios del orden, quienes por respeto a la voluntad popular, al Pueblo en su derecho, deben no solo permitir el justo reclamo sino protegerlo de la violencia de los grupos de choque —probablemente ya previstos— dispuestos a interceptar e impedir la movilización popular.
Advertidos estamos sobre la peligrosidad implícita si el Régimen, en su aberrante negación política, obliga a la Oposición a reclamar el triunfo en la calle, buscando generar un estado de conmoción
Tanto el liderazgo demócrata como quienes sostienen las armas de la República, están obligados —o predeterminados— a converger en la dirección y actitud correctas en aras del sinceramiento político y la salvación de Venezuela.
La dirigencia política civil está en la obligación de reivindicar la Voluntad del Pueblo, en el entendido de un electorado consciente de su ineludible responsabilidad en horas cruciales; igualmente, los responsables de la salvaguarda colectiva y constitucional.
El ‘formal’ inicio de la Campaña Electoral, el pasado 4/7, en Caracas y otras ciudades, simplemente ha reiterado la diferencia abismal entre las candidaturas antagónicas: Edmundo, derrochando confianza y triunfalismo por su efervescente apoyo popular guiado por su estrella María Corina; y el oficialismo, estirando ventajismo y recursos, amenazas y mucho aguaje, tendiente a mostrar y mantener un respaldo artificial y rebuscado, haciendo ver sin remedio su capote bastante roto y descosido.