En Carvajal se guarda grata recordación por sus lavanderas, entre otras: Narcisa Prada y Mélida Bolaños, quienes realizando este trabajo lograron salir adelante con sus respectivas familias.
Distinguida lavandera:
Narcisa Prada, nativa del Alto de la Cruz, fue destacada lavandera, a la que su reconocida fama en el difícil oficio de lavar ropa ajena le facilitaba tener una clientela selecta, la cual confiaba plenamente en la calidad de su trabajo, así como en la responsabilidad y puntualidad a la hora de entrega del vestuario y lencería pulcramente lavada, almidonada y planchada.
Narcisa, al momento de recibir la ropa sucia ajena, por las noches la contaba, separaba, marcaba y organizaba antes de ser lavada, para así imposibilitar cualquier irregularidad al instante de retornar cada pieza de ropa a su respectivo dueño, cuando estos pasaban a retirarla.
El día del lavado de ropa se levantaba tempranito, colaba café, hacia el desayuno y preparaba el avío para el almuerzo, a fin de estar lista antes de despuntar el sol y marchar por la carretera vieja hasta el caudaloso río Motatán, siempre acompañada por una de sus hijas, una amiga o vecina que hacía las veces de ayudante; así emprendían la marcha llevando las cargas de ropa montadas sobre un rodete de trapo posado en sus cabezas, y en las manos los macutos de provisiones, contentivos de almidón, lejía, jabón, agua potable, comida, panela, más dos latas mantequeras para montarlas en un improvisado fogón, a efectos de hervir la ropa, y hacer el almidón.
Logrado el objetivo de acercarse hasta el río, se agachaba en cuclillas a orillas del caudal para lavar la ropa sobre una piedra semi plana, y después, continuaba la tarea usando una tabla lisa.
Continuará…
* Cronista Oficial del municipio San Rafael de Carvajal