Leo Messi (Argentina). Una nueva oportunidad para Leo, que fue subcampeón en las dos últimas ediciones. No ha ganado aún nada con la absoluta y lo necesita para disipar esa eterna duda.
James Rodríguez (Colombia). Llega con el futuro en el aire, después de dejar en el Bayern y saber que no jugará en el Madrid. El faro de Colombia. Un torneo perfecto para reivindicarse.
Philippe Coutinho (Brasil). La baja de Neymar sitúa los focos sobre él. Decepcionante en el Barça, debe liderar a una Brasil deprimida sin su estrella. Podrá jugar donde a él más le gusta.
Paolo Guerrero (Perú). Máximo goleador en las Copas América de 2011 y 2015. La sombra que planea sobre él tras la sanción por dopaje no impide que sea un excelso goleador.
Salomón Rondón (Venezuela). Gran año en el Newcastle, es de los pocos veteranos que quedan en una Venezuela rejuvenecida y con talento. Salomón se las sabe todas en ataque.
Luis Suárez (Uruguay). Se perdió la final de Copa con el Barça al someterse a una operación para llegar a la Copa América. Uruguay le necesita, aunque en Can Barça ya se duda de él.
Shoya Nakayima (Japón). Un talento excepcional, se perdió la Copa de Asia por una lesión y hay muchísimas ganas de verle en acción. El PSG lo tiene ‘atado’ en su club satélite de Qatar.
Almoez Ali (Qatar). Máximo goleador de la Copa de Asia, rápido, con buen disparo con ambas piernas, sudanés de nacimiento. Junto a Akram Afif, el peligro de Qatar.
Ángel Mena (Ecuador). Temporada inolvidable en León, en la Liga MX, para un goleador estupendo y mayor amenaza de Ecuador junto a Ayrton Preciado. Puede sorprender.
Marcelo Moreno (Bolivia). El jugador más peligroso de Bolivia, milita en China y ha hecho muchos goles allá por donde ha ido. Llegó a jugar en categorías inferiores de Brasil.
Gustavo Gómez (Paraguay). Capitán de Paraguay y clave en Palmeiras campeón de Brasil, en el Milan no cuajó pero es un defensor serio y poderoso por arriba. El baluarte paraguayo.
Arturo Vidal (Chile). Terminó por jugar muchos minutos en el Barça de Valverde y su garra y su carácter en mediocampo son innegables. En La Roja, además, tiene galones.