Por: Ivanna Laura Ordoñez
Caracas. Las lluvias constantes en Las Tejerías terminaron por saturar los suelos de las montañas que la rodean. La ciudad, arrasada por el deslave del sábado, 8 de octubre, está ubicada en el estado Aragua, aproximadamente a 67 kilómetros de Caracas.
Hasta el jueves, 13 de octubre, se registraban 50 fallecidos, informó Remigio Ceballos, ministro de Interior, Justicia y Paz. Además, según datos publicados por la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), hay al menos 400 viviendas destruidas y otras 400 casas con distintos tipos de daños en 23 sectores de Las Tejerías.
Estos aguaceros ocasionaron el deslizamiento de grandes capas de lodo desde las montañas hacia las comunidades que están en la parte baja. El fenómeno lleva por nombre flujo de detritos o escombros –también conocidos como aludes torrenciales–, que corren a través de un abanico aluvial, explicó Luiraima Salazar, ingeniera geóloga, egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
Los flujos de detritos o escombros suelen estar compuestos por lodo suelto, arenas, rocas, árboles y aire que descienden de forma abrupta y rápida por efecto de la gravedad”.
¿Qué es un abanico aluvial?
Salazar precisó que un abanico aluvial es un relieve depositacional localizado en la base de la montaña. Su origen se asocia a los movimientos de masas rocosas que se desprenden de la parte alta de una cuenca y son transportados a través flujos de agua, sedimentos o lodo, que son depositados en la parte más llana de ese frente de montaña.
En ese punto, ellos se explanan y forman una especie de cono o abanico, de allí su nombre”.
El fenómeno ocurrido en #Tejerías tiene como nombre flujo de detritos o escombros (debris flow), es una gran masa de sedimentos compuesto por lodo suelto, arenas, rocas, árboles y aire que desciende de forma abrupta y rápida por efecto de la gravedad. pic.twitter.com/KyYXMVyrFN
— Luiraima
(@lui_regresa) October 10, 2022
Principales factores que contribuyen para que suceda un flujo de detrito:
- Condiciones del terreno: en esto influye la pendiente del terreno y si los materiales están cohesionados, es decir, el estado en el que están las rocas sobre la montaña. También la presencia de fallas geológicas o zonas de debilidad, el estado de la cobertura vegetal y si son suelos que han sido erosionados o talados.
- Procesos naturales: tienen que ver con las condiciones climáticas, las cuales pueden activar los procesos de saturación de los suelos. Es el caso de las lluvias intensas y prolongadas, la ocurrencia de sismos o procesos erosivos sumamente prolongados.
- Procesos artificiales: esto está relacionado con la acción antrópica del humano. Allí influye el irrespeto a los cauces de los ríos, construcciones en las laderas de las quebradas y ríos, y la falta de tratamiento a las aguas servidas.
“Hay quienes utilizan estos ríos como especie de cloacas y echan basura que obstruye el curso natural de las aguas. Además de la actividad minera indiscriminada, no sé qué tanta influencia tiene esto. Sé que en estas zonas hay algunas canteras”, explicó la ingeniera geóloga.
En Las Tejerías, luego de varios días de lluvias continuas, dichas condiciones se juntaron y ocurrió la tragedia. “No se puede determinar cuándo puede suceder este tipo de eventos. Sin embargo, son episodios que suceden de manera cíclica en el tiempo”. añadió Salazar.
Revertir los daños
Para suavizar los daños de un flujo de detritos o escombros es necesario que no haya construcciones en las laderas de los ríos, en los cauces ni en las llanuras de inundaciones o zonas de depósito de los ríos.
Las Tejerías está construida, probablemente, sobre una llanura de depósito de los riachuelos que pasan cerca de la zona habitada. En esta ciudad aragüeña fue la quebrada Los Patos, dividida a su vez en tres riachuelos, que desbordó su cauce desde la parte alta de la montaña.
Muchas veces vemos que cerca de los ríos hay planicies en donde los humanos creen que pueden construir, pero resulta que dichos terrenos no son aptos porque esa es la llanura de inundación de ese río. Eso es lo que sucedió en Las Tejerías. Se desarrolló todo un casco urbano en lo que es el abanico aluvial de esa cuenca hidrográfica”, detalló la geóloga.
De acuerdo con la explicación de la experta, también es probable que esto haya sucedido antes en esta zona, porque sino no existiese ese abanico aluvial en donde actualmente está construida Las Tejerías. “En Caracas hay evidencia de aludes o de flujos de detrito de la edad precolombina”.
¿Cómo preparar a la población?
Remigio Ceballos, ministro de Interior, Justicia y Paz, mencionó que en Las Tejerías cayeron 108 litros de lluvia por cada metro cuadrado de superficie. “Quizás un poco más en las montañas porque hay tendencia a que las nubes se mantengan allí descargando”, añadió a este dato Jacobo Vidarte, experto en análisis de riesgos y rescatista.
Desde el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh) explicaron que el agua que cayó en seis horas de lluvia en Las Tejerías, corresponden a un mes completo de aguaceros.
A juicio de los expertos, el hecho de que las lluvias ocurran de forma constante, aunque no sean fuertes, igual mantiene la posibilidad de deslizamiento. Esto debido a la saturación de los suelos, lo que, a su vez ocasiona que tengan poca capacidad de absorber.
Vidarte agregó que para evitar tragedias como la de Las Tejerías es necesario la instalación de sistemas de alerta temprana, al igual que la planificación previa a la construcción de viviendas en zonas cercanas a ríos o quebradas. También es necesaria la actualización de los estudios de estos terrenos.
Algo que podría ser de utilidad es la instalación de pluviómetros –planteó Vidarte–. Estos sistemas pueden servir para determinar cuánta cantidad de agua ha caído en las zonas donde están instalados y sus cercanías.
La idea es que la información sea de dominio público para que los habitantes de estas zonas puedan saber cuánta cantidad de agua está cayendo en las partes altas, para que sepan qué niveles son peligrosos”.
Vidarte pone como ejemplo la tragedia del año 1987 en el río El Limón, en la ciudad de Maracay, también en Aragua, en donde, aún en la actualidad, las familias de la zona cercana al río, cuando este llega a cierto nivel, optan por el desalojo preventivo de las viviendas.
Respeto a los ríos
La geóloga Salazar añadió que es necesario el respeto de los terrenos cercanos a los ríos y quebradas y darle prioridad a los estudios geológicos, técnicos y morfológicos antes de hacer cualquier planificación urbana, debido al riesgo que pueden representar a través del tiempo.
Una de las recomendaciones de la experta es la reubicación de las personas que están en las zonas de mayor riesgo.
Si se vuelve a construir en esta misma zona es probable que estén en terrenos inestables. Reubicar a las personas sería una inversión a futuro. Eso implica una inversión que quizás el Estado no puede asumir. Eso queda a conciencia de quienes toman las decisiones políticas”.
Para ejecutar una reubicación también es necesario tomar en cuenta aspectos socioeconómicos y no alterar la cotidianidad de los afectados, pues reubicar a grupos poblacionales de manera no organizada puede generar el retorno de estas personas a las zonas de riesgo.
“Muchas veces reubican a las personas en donde no pueden darle continuidad a sus vidas porque no tienen empleo, escuelas cercanas o no hay condiciones para mantener el mismo nivel de vida que tenían antes. Eso provoca que ellos regresen a las zonas de riesgo”, concluyó la ingeniera geóloga.
Fuente: Crónica Uno
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