Se ha traicionado a los militantes del chavismo en su buena fe, en su lealtad al Comandante Chávez, en su ingenuidad, en su credulidad que tal cosa no sería posible nunca más. Han manipulado e irrespetado el sentimiento y la disciplina de los hombres y mujeres que acompañamos al Comandante, de los revolucionarios, de los que asumimos tareas y trabajos sin importar el riesgo, sin cálculos egoístas, con la convicción de que hacíamos el bien, como lo hacía nuestro Jefe
Por: Rafael Ramírez Carreño
La situación que nuestro país padece no es más que el resultado de uno de los fraudes más perversos a las legítimas aspiraciones populares y a la buena fe y entrega de nuestro pueblo, es producto de la traición al Comandante Chávez y a su legado.
Es Judas, con sus distintas caras en el madurismo, pero siempre es él mismo, con sus rostros y actitudes: sus mentiras y engaños; su cinismo; violencia, intolerancia; su fiesta, indolencia; improvisación; deslealtad; prepotencia y adoración al poder y deidades extrañas. Es Judas, el traidor al pueblo venezolano.
Se ha traicionado a los más humildes, en su fe y esperanza, al que ha seguido al Comandante, convencido de que era el único capaz de sacarlo de la miseria, de la exclusión, del gueto político y social, al que lo condenaron por años y en el que vuelve a caer como la maldición de «Sísifo», como les pasó a las lanzas de Bolívar, a los campesinos de Zamora. Hoy luchan por la comida, medicinas, víctimas de la irresponsabilidad de Judas, luchan por sobrevivir de la violencia en la calle.
Se ha traicionado a los humildes que han pasado por las misiones: los de la Robinson, Ribas, Sucre. ¿Dónde están?, atendieron al llamado de la Revolución, participaron en lo que era el inicio de un proceso de inclusión, pero, además, y éste es el centro del asunto, en la construcción de instancias de participación, democracia protagónica, más allá de las estructuras del Estado, construyendo una conciencia socialista, un espacio de la solidaridad, del empoderamiento del pueblo. ¿Dónde están las Brigadas de Construcción de la Gran Misión Vivienda? Hoy el pueblo luce desmovilizado, desmotivado, se cambió la participación y el trabajo por un carnet y una caja de comida, víctimas de la improvisación, incompetencia e indolencia de Judas.
También se ha traicionado a los hombres y mujeres de bien, los honestos, trabajadores, profesionales, todos aquellos que trabajamos en la construcción de una patria posible, un sueño que ha sido razón de vida, de posiciones éticas y conductas consecuentes en el tiempo. A los hoy adultos mayores, que durante años lucharon y mantuvieron una actitud digna de esperanza y lucha, los que no se plegaron a la fiesta de la IV República, y que vieron en Chávez una posibilidad de justicia y resarcimiento a la memoria de los que entregaron su vida o su libertad, en los duros años de la guerra del 60. Hoy se debaten entre el silencio, la decepción y la incredulidad por la intolerancia, irrespeto, improvisación y deslealtad de Judas. Otros, ya sienten en su corazón el frío de la nueva traición.
Se ha traicionado a los militantes del Psuv, ¿Dónde está la democracia participativa y protagónica? ¿Dónde está la Dirección Nacional electa en el último Congreso del Partido? ¿Quién discutió la candidatura del madurismo? ¿Quién decide los candidatos para las próximas elecciones? ¿Dónde está el Polo Patriótico? ¿Por qué se creó una estructura política clientelar paralela al partido que conformó el Comandante Chávez? Una organización «ni fu, ni fa», donde el chavismo no aparece por ningún lado. Es el irrespeto, el autoritarismo de Judas. (…)
Pero también, y ésto es probablemente mucho más grave que todo, se ha traicionado a los jóvenes, esos que tenían apenas años de nacidos cuando insurgió la Revolución Bolivariana, aquellos que se disfrazaban de «Chavitos» después de la rebelión del 4 de febrero de 1992. Se ha defraudado a los mismos niños que Chávez abrazó, educó, protegió, por quienes entregó su vida. ¿Dónde están esos niños de entonces? Hoy, muy probablemente, están fuera del país, haciendo cualquier cosa para retomar una vida, lejos de la patria, de la traición. Hoy salen por cientos de miles, aunque el madurismo lo niegue, los jóvenes no ven perspectivas de futuro a este desastre.
Se ha traicionado a los oficiales y soldados de la patria. Poco le ha importado a Judas el honor militar, los códigos y conductas de la vida militar, el heroísmo del 4 de febrero, la épica de la gestación del movimiento bolivariano desde el seno de la academia, los años y años de servicio a la patria. Hoy día hay una persecución permanente, miedo a expresarse, todos saben que pueden ser catalogados como «traidores», detenidos, degradados, ofendidos por el «pranato» político, la violencia, el autoritarismo de Judas.
Se ha traicionado a los obreros petroleros, a los que refundaron nuestra empresa, la nueva Pdvsa, de las cenizas del sabotaje petrolero, a los hombres y mujeres que se movilizaron, con todo su conocimiento y capacidades, para apoyar el llamado del Comandante Chávez, a asumir las tareas que les correspondían en proteger, explotar y producir de manera exitosa nuestros inmensos recursos de petróleo y gas, de manera responsable y exitosa a favor de nuestra soberanía, de nuestro pueblo. A los miles y miles de trabajadores, gerentes, jóvenes que se sumaron entusiastas en la construcción de una nueva ética en su relación con el país, en el nacimiento de una creciente y extendida conciencia del deber social. (…)
Pero también se ha traicionado al venezolano, hombre o mujer, que no se involucra ni se quiere involucrar en la política, quien se ha mantenido todos estos años fuera de la diatriba política, el que votó por Chávez y luego por la oposición, o viceversa. Se ha traicionado a la población que espera que las cosas funcionen, que se pueda vivir tranquilo, seguro, que se pueda trabajar, estudiar, divertirse, distraerse. Hoy la vida es un azar, todo está disfuncional, no se puede trabajar, se emigra, «sálvese quien pueda», empezar otra vez, en otro país, dejar todo atrás por culpa de Judas.
Esta inmensa traición, este daño tan profundo a nuestro país, esta traición a Chávez, es responsabilidad de Maduro, pero tiene más caras, más expresiones: el madurismo. Este grupo de oportunistas que, sin importarles nada, han apoyado, estimulado y promovido este inmenso fraude, esta estafa al corazón de la patria. Un grupo de arribistas que, tan pronto se nos fue el Comandante, medraron en debilidades y componendas para hacerse del poder.
El Comandante Chávez los había hecho a un lado o los tenía a una distancia prudencial, porque sabía qué intereses representan, sabía de sus debilidades y de su poca calidad humana. (…) Lamentablemente, una de las caras de Judas, es muy violenta, intolerante, arbitraria, tiene en su haber miles de detenciones, cientos de presos y secuestrados de todo tipo, se hizo cotidiano el horror de los muertos por razones políticas.
En el madurismo las cosas se hacen como a Maduro le da la gana, o a su círculo íntimo o a cualquiera de sus seguidores. A Judas no le importan las leyes, ni la Constitución, ni las instituciones, ni el respeto a nada, ni siquiera al Comandante Chávez, puesto que esas leyes, esa Constitución, esas instituciones, son parte de su legado.
Judas, se expresa con sus distintas caras todos los días, para desgracia de nuestro pueblo. Todos los días la traición y acción de Judas se manifiesta en los hechos más inverosímiles a los que ahora, como nunca antes, estamos expuestos. (…)
Hace ya varios años que el pueblo perdió el poder, el poder lo detenta Judas y su entorno, al servicio de oscuros intereses, anti nacionales, grupos que están dispuestos a entregar a nuestro país y nuestra revolución, para satisfacer sus intereses. Las caras de Judas se ven todos los días, no importa cuándo, no importa dónde, lamentablemente, las consecuencias de todo esto la sufrimos todos por igual. Judas ha unificado al país en la tragedia de su incapacidad y en la consigna de terminar con esta pesadilla, que se parece mucho, cada día más, a lo peor de la IV República. (…)
Otro personaje declara, es de los que mejor resume la cara de Judas, de cinismo, vanidad y deslealtad al chavismo. Lo notable es que este personaje en particular, que tanto daño le ha hecho al chavismo, con una pésima gestión pública, hace gala de la mayor prepotencia posible con sus poses de manipulador, miente descaradamente sobre la situación del país.
Para el madurismo, mentir y manipular es parte de su esencia, Judas no asume ninguna responsabilidad por su incompetencia para gobernar al país. (…)
Como éstas son muchas caras las de Judas, sin ética, ni moral, pero como les sucede constantemente a los traidores, siempre se les aparece el maestro traicionado, los atormenta su presencia, su recuerdo, los rostros de Chávez. Por eso Judas nos persigue, borra fotos, trunca videos, elimina colores, trata de cambiar la historia, encarcela y persigue, compra y corrompe, como si todos quisieran sus dinares. No Judas, es Domingo de Resurrección.
El pueblo está allí, observando, paciente, con rabia, hastío, decepción, cansancio. Podrás mentir, seguir obrando mal, como Herodes, Pilatos y Judas: es la Trinidad del mal, pero todo lo que va a pasar tiene su tiempo y hora. Con Chávez siempre ¡Venceremos! Fuente: Aporrea.com