Los venezolanos siguen conquistando el mundo, tal es el caso de la danzarina Larissa Vesci quien con su talento, carisma y exotismo ha enamorado a la Tierra Santa. Esta artista, aragüeña de nacimiento y con lazos familiares hispano italianos, se ha convertido , tras cinco años consecutivos de invitación permanente a Israel, en una de las estrellas más queridas, seguidas y respetadas del panorama de las danzas orientales de ese país.
Su técnica, excelencia profesional, unicidad de estilo, versatilidad y virtuosismo en el manejo de diferentes registros de los contrastes entre las líneas estilizadas y las expresiones salvajes propias de la danza gypsy oriental, han hecho que la comunidad de bailarines y fans de la danza oriental israelí la requieran como una artista con permanente presencia en el medio.
Esta venezolana de gran trayectoria, comenzó siendo invitada por un prestigioso festival con sede en la exclusiva zona de Eilat, en el Mar Rojo, continuó periódicamente un periplo artístico por diferentes ciudades y localidades de la región de Judea durante varios años hasta, haber sido convocada a la histórica ciudad bíblica de Nazareth, en la región de Galilea a fin de compartir sus talleres «Nomades», y finalmente, ser elegida para ser la primera artista internacional invitada en la primera edición del Festival de Danzas Orientales del Mar Muerto en el que tuvo una exitosa participación y cuyas clases y actuaciones fueron motivo de interés por parte de prestigiosa prensa israelí.
«Desde el primer día que pisé su suelo, Israel y su gente me ha ofrecido un gran cariño y respeto genuinos. Allí me han hecho sentir como en casa. Han sido viajes cargados de innumerables experiencias en estudios en diferentes lugares y escenarios de prestigio, llenos de calor y gran acogida. Allí también he sido invitada para conocer su folklor de la mano de un gran profesional, y entre mis experiencias más entrañables han sido, por una parte, mi vivencia artística cargada de espiritualidad en diversidad de espacios sagrados de las regiones de Judea y Galilea; en lugares que de una energía muy especial y el hecho de haber tenido el privilegio de entrar a las aguas sagradas del Río Jordán o del legendario Mar Muerto en paréntesis entre clases y actuaciones», nos dijo esta venezolana visiblemente emocionada.
Otra vivencia que Larissa Vesci valora es que algunos compañeros y alumnos le hayan abierto las puertas de sus hogares, siendo en algún caso ella misma testigo de primera mano de tradiciones religiosas estrictas que solamente dan apertura a los cercanos. «Si hay un lugar que me hace rememorar la cercanía familiar propia de los lazos familiares que tengo de mi querida Venezuela es ese, Israel, además de ser el origen geográfico de mis creencias espirituales», confiesa Vesci.
Recientemente, Larissa ha recibido una nueva invitación para Israel la cual habrá de llevarse a cabo en cuanto mejore la actual crisis de salud mundial por causa de la pandemia COVID 19, para tal fin, esta artista aragüeña tiene preparado un nuevo programa y repertorio de su estilo de danza gypsy oriental Romalic.