«Me gusta cuando llueve, porque esconde mis lágrimas»
Charles Chaplin
El día 10 de enero, del 2019 el firmamento amaneció… oscuro, nublado y triste; decían nuestros antepasados, es un día «aciago», sus razones tendrían- A media mañana, caen gotas de agua del cielo, una lluvia moja «pendejos», que algo nos anunciaba. Lo interpretamos como si Dios lloraba sobre Venezuela, algo nos anunciaba que iría a ocurrir. En efecto, se realizaría la «juramentación» ilegítima y de facto, de un periodo presidencial por seis largos años más. Este hecho es interpretado como ilegítimo, producto de unas elecciones amañadas, con un CNE sesgado. Un país atravesando la peor crisis en su historia republicana. Según historiadores, durante la guerra de Independencia hubo un promedio de 200000 muertes, en escasamente 10 o 12 años,- pero había una guerra._ En los últimos 20 años, -sin guerra- han ocurrido muchas más. Nuestro rico-pobre país, está atravesando lo que nunca habíamos visto: hambre, miseria, desabastecimiento de medicinas, hospitales sin insumos, una diáspora de profesionales jóvenes, universitario, muy bien formados, en excelentes y reconocidas Universidades públicas y privadas. Los ejemplos abundan; en el último premio Nobel de Medicina 2018 a tres grupos de investigadores, de USA y Europa; en el grupo norteamericano, está un Médico Venezolano (46 años), uno de los mejores Cardiólogos de Texas y otro en Boston, hijos de trujillanos, son destacados en su Especialidad y de los mejores. El camino por recorrer aun es largo y tortuoso, no está fácil, necesitamos aglutinar fuerzas; no vemos una luz al final del túnel, no será mañana ni pasado, pero llegará. Recordemos que la historia tiende a repetirse en épocas diferentes y con actores diferentes. Tratemos de no cometer errores. Tenemos que buscar un líder que sume y no reste. No es fácil, pero tampoco imposible. Tengamos la certeza que esa lluvia «moja pendejos» de hoy (lágrimas de sentimiento), humedecieron la tierra y las muchas semillas, ahí existentes germinarán y darán sus frutos. Aquellos que tuvieron la necesidad de irse, volverán, con la experiencia de lo vivido. Aquellos que aun queriendo no lo hicimos por diferentes factores, los recibiremos con los brazos abiertos. Los hijos regresarán al calor del hogar, el cual añoran. Dejemos en manos de Dios, ese momento que más temprano que tarde se hará realidad.