La vuelta «a casa» del Mundial, un sueño para Sudamérica

De izquierda a derecha, el presidente de la Asociación Paraguaya de Fútbol, Robert Harrison, el ministro del Deporte de Uruguay, Sebastián Bauzá, el presidente de la Confederación Suramericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez, el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Ignacio Alonso, el presidente de la Federación de Fútbol de Chile, Pablo Milad y el vicepresidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), Rodolfo Donofrio, participan en un anuncio hoy, en el Estadio Centenario, en Montevideo (Uruguay). EFE/Raúl Martínez

Montevideo, 2 ago (EFE).- Visionarios y soñadores. De esa forma se recordó este martes a quienes en 1930 pusieron la piedra fundamental para que Uruguay organizara en Montevideo el primer Mundial de fútbol, que en ocho años celebrará su centenario.

Sin lugar a dudas, 2030 será un año ideal para festejar ese hito y Sudamérica tiene muy claro la forma en que debe celebrarlo: organizando la Copa del Mundo en «el lugar donde todo comenzó».

Y, aunque varios pasos ya habían sido dados en esa dirección, en esta jornada se avanzó aún más para conseguirlo.

El estadio Centenario, testigo de históricas batallas futbolísticas dentro del campo, recibió a las principales autoridades políticas y deportivas de Uruguay, Argentina, Paraguay y Chile, los cuatro países que buscan albergar en conjunto el principal torneo en materia de selecciones.

No obstante, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, dejó claro que ese no es un deseo solo de ellos.

«Es el sueño de un continente», dijo durante una rueda de prensa llevada a cabo en la entrada del Centenario tras un encuentro protocolar en el que intervino el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, para dar el máximo espaldarazo al sueño suramericano.

Domínguez recordó el evento llevado a cabo entre el 13 y el 30 de julio de 1930, 100 años después de que Uruguay jurara su primera Constitución, que concluyó con el primero de los dos títulos mundiales que atesora la Celeste -que se suman a los olímpicos de 1924 y 1928 para completar las cuatro estrellas sobre el escudo de su camiseta-.

«Tenemos que pensar en conjunto. Rememorar y preguntarnos si aquellos visionarios que soñaron, que creyeron y que hicieron factible el primer Mundial acá se hubieran imaginado el impacto que llega a tener hoy el fútbol en el mundo entero», dijo.

También cuestionó si estos hubiesen imaginado la manera en que se disputa en la actualidad el poder ser anfitrión o sede de un Mundial.

«En función de eso, nosotros no podemos no trabajar con todo el corazón por honrar su memoria y por demostrarle al mundo que la historia, el fútbol, la FIFA y todos nuestros colegas tienen una deuda moral y un reconocimiento que hacer a aquellos primeros soñadores», acotó Domínguez.

Así, Sudamérica invitó a que el mundo entero se vuelque con su idea porque, como aclaró el presidente de la Conmebol, luego habrá tiempo para que otros países organicen torneos de este tipo. Pero, sin duda, como afirmó, «cien años se cumplen una vez».

Ya en noviembre pasado, con motivo de la disputa en Montevideo de las tres finales de la Conmebol -las Copas Libertadores masculina y femenina y la Copa Sudamericana-, se expresó en voz alta por parte de varias autoridades el sueño de que el Centenario albergase algún encuentro del Mundial 2030.

El vetusto coliseo, erigido en pocos meses de aquel lejano 1930 a una velocidad de vértigo en jornadas de trabajo de hasta tres turnos, recibió una inyección económica de 6 millones de dólares de la Conmebol que permitió su remodelación en 2021 para albergar las finales de la Sudamericana y la Libertadores masculina.

Sin duda, ese escaparate mostró, ahora en todo su esplendor y con una mirada del siglo XXI, la obra diseñada por el arquitecto, docente, urbanista y periodista Juan Antonio Scasso.

Si bien no se dieron a conocer detalles de la candidatura conjunta, el recinto que es, desde el 18 de julio de 1983, Monumento Histórico del Fútbol Mundial y que, en palabras del expresidente de la FIFA Joao Havelange, es el Partenón del balompié por su contribución a la cultura del orbe podría ser la sede de la final de 2030.

Los dirigentes mencionaron que podría haber 14 sedes, pero aún faltan muchos asuntos por concretarse como las ayudas económicas, cuántos partidos albergará cada país o si Uruguay será origen y final de la cita mundialista.

Todos saben que la única candidatura presentada hasta el momento, la que defienden España y Portugal, cuenta con muchas fortalezas, si bien Sudamérica defiende, con vistas a la decisión que se tomará en 2024, el peso de la historia y el sueño de la vuelta «a casa».

 

 

 

 

 

 

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