La vital importancia de los insectos –y otros seres silvestres– para nuestra Vida Toda | Por: Frank Bracho

Frank Bracho / 18 de junio del 2025

Por mucho tiempo hemos estado advirtiendo (tal como también lo detalla la brillante obra «Los Insectos en Venezuela» del Dr. Jorge M. González) que:
«Si no nos ocupamos, positivamente, de los insectos –y otros seres silvestres–, ellos, habiendo perdido sus naturales hábitats de origen (en bosques e invalorables cuencas hídricas), se abalanzarán entonces sobre nuestras casas –¡cuales plagas bíblicas!– transmisoras de malaria o paludismo, fiebre amarilla, dengue, encefalitis, peste bubónica, mal de chagas… ¡Y pare usted de contar!
En la forma de acosadoras, urticantes y hasta fatales abejas, zancudos, garrapatas, chipos, jejenes, mariposas, escarabajos, cocuyos… ¡Y para usted de contar.

Y aunque ellos no tengan ni partidos políticos, ni sindicatos, ni reciban ninguna bolsa Clap a fin de poder influenciar «la agenda local», son literalmente miles de millones (!!) en un municipio como El Hatillo (!!), mientras que los humanos somos apenas unos pocos miles.
Por lo cual, aunque podamos acabar con unos cuantos de ellos (y su tasa de extinción mundial ya es muy alarmante), en dicha incesante, impenitente y desigual ‘Gran Guerra’… NO es difícil saber, en números, quién la va a ganar .
Aunque el sentido común escasee tanto –con el actual antes homo sapiens convertido hoy en homo brutus: «¡Dos y dos siguen siendo cuatro! No hay tu tía»… ¡Es, en definitiva, elemental!

Pero, en verdad, sería un muy estúpido «Suicidio Colectivo»!! Porque sin ellos, los humanos, ni ningún otro «reino», en definitiva, podrían vivir.
Ya que no solo fertilizan o polinizan en forma crucial los suelos sobre los cuales vemos crecer nuestros alimentos… sino que ellos mismos nos los proveen directamente: a través de su miel, diversos frutos, tintes, colores, ceras y sedas para nuestra vestimenta, la gran belleza escénica de muchos de ellos, su biomasa misma ingerible, y hasta diversos productos medicinales para nuestra salud.

Y es que ningún «reino» viene solo en la Natura, sino que lo que priva es una exquisita interdependencia (!!), en la más esplendorosa unidad en la legítima diversidad.
Como dice el Catecismo mismo de la Iglesia.
Y como lo han dicho los profetas indígenas Hopi: «Todo ha de ser cuidado como sagrado y digno de ser celebrado» 

Pues sin ello, terminará la Vida, y comenzará una super-vivencia… que solo puede llevarnos a la propia extinción
Tic tac, tic tac…

 

 

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