La escritura de Don Tulio Montilla, la elaboró para ser leída en su temporalidad tridimensional como lo dice: Ángel Lombardi (pasado, presente y futuro). Sus testimonios son la construcción de una microhistoria agradable, amena, que desde el presente recorre el tiempo histórico edificado de nuevo con el imaginario de cada uno de los lectores.
Con sus publicaciones como: Camino de Piedra, Lo Contó el Abuelo y La Virgen y el Terrible Antonio. Deja a Sabana de Mendoza, en un lugar privilegiado para la historiografía trujillana. En este libro, es el recuerdo local mendocino que se sustenta en la Virgen del Carmen, el muchacho travieso, demasiado travieso, tanto así que es preocupación de la propia Virgen y por supuesto, el ferrocarril. Nos relata que uno de los principales atractivos para el pueblerino era la plaza del ferrocarril.
Sabana de Mendoza, es un sentido de pertenencia y querencia a la creencia católica de la Virgen del Carmen, una advocación universal, de hecho, fue una revelación del profeta Elías en el Monte Carmelo de Palestina. Pero su fe, es muy propia a la de su pueblo, que siente en la Virgen la protectora de la vida de sus habitantes cuando la fiebre amarilla hacía estragos con sus pueblerinos.
Se debe a Doña Elisa, una mujer de fe y buena voluntad en un momento de angustia, por la muerte de varios familiares entre ellos el viejo Elías, pero este no fue, como es claro, el profeta. El último en morir de su familia a causa de la peste amarilla.
Doña Elisa que tenía en su cuarto un cuadro de la Virgen del Carmen, en donde le hacía plegaria y pedía por todos, frente a la muerte de sus familiares, decide tomar las callejuelas del pueblo y con sus amistades. Con el cuadro de la Virgen en la mano lo cuelga en capilla de la comarca. Es la primera vez que llega de la Virgen del Monte Carmelo a Sabana de Mendoza.
Otra virgen de gran estima es María Auxiliadora, desde ese momento esta advocación se fue estableciendo, primero que nada en el sentimiento pueblerino. Al igual que la evolución y construcción del actual templo. Incluso, el terrible Antonio, muchacho travieso y tremendo que se decía que lo poseía el diablo.
Al ver por primera vez la imagen de la Virgen del Carmen traída de Italia vía Puerto de La Ceiba, se desmayó confesando que esa mujer, ya la había visto y que lo había salvado, cuando lo atacaba un perro grande, negro. Antonio, con el tiempo se corrigió a un hombre de bien, de trabajo, de familia, buen padre, esposo y hasta fiel, saboreó la soledad al quedar viudo. Este libro de Don Tulio, es un hermoso recorrido por el Trujillo de la Zona Baja, que invito a leer.
Bibliografía.
MONTILLA ARANGUREN, Tulio. La Virgen y el Terrible Antonio. Fondo Editorial Tulio Montilla. Valera. 2009.